Cádiz

Aquellos jueves que relucían más que el Sol

  • La celebración del Corpus Christi alcanzaba en Cádiz una extraordinaria brillantez y reunía en sus calles a infinidad de visitantes llegados de toda Andalucía

A mediados del siglo XVII, en la Santa Iglesia Catedral de Cádiz había un obelisco de plata regalado por el Rey Alfonso X el Sabio que se utilizaba en la procesión del Corpus. En opinión del Cabildo Catedral esa obra de arte no tenía la suficiente calidad y tamaño, por ello, años más tarde se pensó en construir una nueva Custodia utilizando para ello las piedras preciosas de un rostrillo de diamantes que tenía la Virgen del Rosario en la Catedral Vieja.

No prosperó esta idea hasta que en 1648 se le encargó al platero gaditano Antonio Suárez tan delicada obra en la que se emplearon 16 años, si bien a los 8 se construyó el primer cuerpo. Finalmente, en 1664 concluyeron los trabajos de construcción.

Pasada la primera impresión de majestuosidad, comenzaron a oírse protestas por los defectos que se iban descubriendo en la traza de la Custodia. Un cuarto de siglo duraron las censuras.

LA CASA DE LAS CADENAS

Arreciadas las críticas se buscaba un motivo para la reforma, cuando llegó la famosa procesión del Corpus del año 1692 que daría fama a la conocida 'Casa de las Cadenas'. Una inesperada tormenta provocó que el Santísimo tuviera que buscar refugio en alguna casa de las calles de la carrera. Para ello se eligió un edificio de la calle Juan de Andas (hoy Cristóbal Colón).

El dueño de la finca, Diego de Barrios de la Rosa y Soto, quiso dignificar el suceso y derribó las casas números 153, 154, 155 y 156 de la citada calle para levantar un soberbio palacio de estilo barroco. En la magnífica portada de ricos mármoles italianos, obra de Giacomo Antonio Ponzanello, una lápida recuerda el suceso.

Por el mismo motivo de haber resguardado al Santísimo, el rey Carlos II concedió a Diego de Barrios el privilegio de poner cadenas en su puerta. Este símbolo, también llamado derecho de asilo eclesiástico, significaba que las personas que buscaran cobijo detrás de esas cadenas quedaban fuera de la jurisdicción ordinaria.

La lluvia de ese día estropeó la Custodia y el canónigo Antonio García de la Yedra insinuó que corría el peligro de que se estropease y "criarían moho los tornillos y costaría mucho trabajo desarmarla, además de quebrase, para lo que se había de poner pronto remedio". Por tal motivo se acordó poner en ejecución su limpieza. Se consultaron varios artífices que pidieron cantidades exhorbitantes y el más ecuánime y conveniente fue el romano Bernardino Centoliny, que ejecutó los bajos relieves y adornos. Por dicha obra Centoliny cobró mil pesos.

ESTRENO DEL TRAJE

Las crónicas del Diario reflejan que el día del Corpus era el señalado para el estreno de los trajes de verano, aunque se afinaba tanto esta cuestión que para la 'velada' del miércoles había quien estrenaban el traje veraniego de diario. Y respecto a las noches de veladas, las jóvenes y los jóvenes de hace ochenta años daban vueltas y más vueltas a las calles de la carrera: Cobos, Juan de Anda, Nueva, plaza de Isabel II, Pelota, Cristóbal Colón, Duque de la Victoria, San Juan de Dios y Alonso el Sabio. Estos paseos estaban justificados: la de aprovechar para que los jovencitos galanes se acercasen a sus pretendientas y poner, la mayoría de las veces, los cimientos de futuros matrimonios, teniendo, eso sí, buen cuidado, en que al llegar a las proximidades del lugar que ocupaban los papás separarse prudentemente de sus amadas, para no poner a éstas en el trance de ser vistas con muchachos.

TRECE PASOS

Respecto a las imágenes que desfilaban en la procesión del Corpus, hubo tiempos, como en 1910, en que, aparte de los Patronos, las sagradas reliquias y la Patrona, figuraban también las efigies de San Francisco Javier, San Roque, San Blas, San Dionisio, el Arcángel San Rafael, San José, Santa Teresa y los Sagrados Corazones de Jesús y María. Cuenta Diario de Cádiz que ese año, la procesión del Corpus fue solemnísima en compostura y gusto. A partir de 1991, la procesión del Corpus se celebra en domingo y no en jueves como era tradicional y siguen haciendo en algunas capitales.

Lamentablemente en Cádiz, ya no es cierto el famoso dicho; "hay tres jueves en el año que relucen más que el sol; Jueves Santos, Corpus Cristi y el Día de la Ascensión".

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