El Jardín Botánico y otros espacios olvidados en un Cádiz sin espacio

Los trámites de la UCA para devolver al Ayuntamiento la zona verde de la calle Santa Rosalía recuerda suelos y edificios repartidos por la ciudad sin uso y sin proyecto futuro

Interior de la Casa del Niño Jesús.
Interior de la Casa del Niño Jesús. / Fito Carreto

Décadas cerrado, oculto además por una tapia improvisada que se levantó en su día y que ahí se mantiene; un edificio a medio construir en su interior, y un pase de manos a manos que veinte años después vuelve a su anterior titular. La operación que ha puesto en marcha la Universidad para devolver la titularidad del Jardín Botánico al Ayuntamiento ha sacado a la luz un espacio, el Jardín Botánico, que es absolutamente desconocido para muchos. “¿Hay un Jardín Botánico en Cádiz?”, preguntan algunos; “¿y dónde está?”, dicen otros…

Esto del Jardín Botánico no deja de ser un llamativo ejemplo más de diversos espacios que en la ciudad ven pasar el tiempo sin que nadie se fije en ellos. Solares y edificios que acumulan años, cuando no décadas, sin uso alguno; y lo que es peor, que en todo este tiempo no se ha planteado recuperarlos para nada ni se ha hablado de ellos. Son los grandes olvidados en una ciudad que constantemente se queja o se lamenta de la falta de suelo y la derivada falta de oportunidades. Una ciudad en la que cada metro cuadrado debiera ser oro (como de hecho parece que lo es en el sector inmobiliario).

De este modo, en ese limbo en el que se encuentra el Jardín Botánico se podría ubicar también, por ejemplo, el Chalé de San Luis; un solar en plena Avenida principal que el PGOU destina a dotaciones (no a vivienda) y que ha pasado de administración a administración sin que ninguna haya definido un proyecto o idea concreta para ejecutar. El antiguo chalé fue de la Junta, y pasó al Ayuntamiento, cuya única utilidad que anunció en su día (con Teófila Martínez de alcaldesa) fue construir una biblioteca.

Ese mismo fin, biblioteca y sala de estudios, ha sido la única propuesta que en todos estos años ha recibido un espacio que sigue estando libre en el Estadio y que nunca se ha incluido en ninguna subasta de locales ni operaciones lideradas por el Ayuntamiento. Se trata del local habilitado bajo el acceso principal a la zona de Tribuna, con más de 600 metros cuadrados de superficie.

No sólo espacios de reciente construcción son los que perviven a la espera de que alguna vez se idee algún fin para ellos. También hay enclaves históricos sobre los que (casi) nunca se habla ni se plantean opciones de futuro.

En este bloque estaría, por ejemplo, la antigua Casa del Niño Jesús en las bóvedas de las Puertas de Tierra. Desde principios de siglo están vacías estas instalaciones, que siguen conservando todo el mobiliario de cuando acogía a menores que vivían allí. Curiosamente, al otro lado del frente de las Puertas de Tierra, donde estaba el parque de Bomberos, sí se proyectó la reforma y nuevos usos, que en parte se han instalado en estos años; pero en el lado de la Casa del Niño Jesús ni se ha hecho nada ni se sabe qué se va a hacer. De hecho, el Ayuntamiento sigue reconociendo en la actualidad que carece de proyecto para esas bóvedas ahora que va a arreglar todo el frente con el préstamo de 27 millones de euros solicitado a finales del pasado año para financiar tres grandes actuaciones (incluida la de las Puertas de Tierra).

Cerca de las Puertas de Tierra está el antiguo taller Velasco, en la Cuesta de las Calesas, junto a la bolsa de aparcamiento que explota Emasa en el lado de la muralla. Cierto es que años atrás se ideó allí el museo de las cofradías, descubriendo entonces un gran espacio bajo las bóvedas de Santa Elena que el gobierno de José María González terminaría descartando para esa actividad cofrade, sin que nunca más se hablar de talleres Velasco para ningún proyecto de la ciudad. Ahí sigue cerrado en la actualidad.

Otros espacios sí tienen un uso claro, definido, que de hecho dio origen a su construcción; pero acumulan años sin abrir las puertas y en visible deterioro, sin que se revierta la situación. Se trata de algunos de los quioscos construidos con vocación hostelera. Especialmente llamativo es el caso del situado dentro de los antiguos cuarteles de Varela, que cerró al poco de abrir por un conflicto judicial y que ha desaparecido por completo de la actualidad municipal. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con la instalación del barrio de Astilleros, cerrada desde hace años y víctima de la ocupación y del paso del tiempo.

Y este limbo urbanístico alcanza también a solares de la ciudad, como el ya citado del antiguo chalé de San Luis, sobre los que ninguna administración ha conseguido pintar en los últimos años ningún proyecto. Como ejemplo pueden valer el solar que hay en el acceso a la ciudad desde el puente de la Constitución de 1812, en el barrio de Astilleros (junto a la guardería); o el de la esquina de la calle Vea Murguía con Carmen Coronada, que por ahora queda fuera de cualquier plan o actuación en materia de vivienda.

En Cádiz no hay suelo, es irrefutable. Y por eso llama la atención que cuente con tantos metros cuadrados pendientes de uso, o incluso desconocidos para gran parte de la población.

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