La falta de inversiones lastra la apuesta por el Museo y el Teatro Romano en Cádiz
Las administraciones se muestran tacañas con dos referentes de la cultura gaditana lo que dificulta su expansión y el aumento de sus visitantes, con el menor número de Andalucía
El Museo de Cádiz y el Teatro Romano, dos de los grandes referentes de la cultura y el turismo en la ciudad, cerraron 2022 con datos de visitantes que, sin considerarse malos atendiendo a la dinámica de ambos equipamientos en los últimos años, están muy por debajo de su potencial,muy por debajo de su potencial además de situarse en el pelotón de cola de los museos y complejos históricos gestionados por la Junta en Andalucía.
El primero se quedó con 112.581 visitantes, una cifra superior a la de 2021 cuando aún estábamos en proceso de recuperación de la pandemia, mientras que los restos romanos fueron visitados por 118.163 personas.
Tanto el Museo de la plaza de Mina como el Teatro Romano aguantan desde hace años la falta de planes inversores potentes por parte de las administraciones de las que dependen, ya que en el primero de los casos es un centro propiedad del Ministerio de Cultura aunque gestionado por la administración regional.
El Museo lleva esperando cerca de dos décadas a que se ejecute la última fase de su ampliación, iniciada en 1990. En esta el complejo se expandirá por el edificio de la antigua Escuela de Artes en el Callejón del Tinte y por la sede de la Academia de Bellas Artes, que malvive en varias dependencias en precario a pesar de la relevancia de su historia y su legado.
El proyecto para esta expansión se presentó hace años, pero desde entonces nada se ha hecho, aunque la Escuela de Artes se reubicó en una nueva y flamante sede.
El PSOE y el PP no paran de tirarse balones a la hora de buscar responsables de este parón, mientras que sí se invierte en otros museos públicos por toda Andalucía, con presupuestos millonarios en centros de nueva apertura o reformados en Sevilla, Málaga, Córdoba o Jaén.
El pasado septiembre, en una entrevista con este diario, la delegada de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo, que anteriormente fue delegada provincial de Cultura, asumía los incumplimientos de las administraciones con ambos complejos históricos a la vez que reclamaba más inversiones para mejorarlos.
En todo caso, un deseo que no parece que vaya a hacerse realidad a corto plazo.
El Museo de Cádiz, con una de las más importantes colecciones arqueológicas de todo el país, además de colecciones pictóricas y etnográficas más que relevantes, sufre una falta de personal que, en determinadas épocas del año, provoca el cierre de varias salas. Y junto a ello, la ausencia de inversiones impide la ejecución de las obras de mejora de la montera del edificio... que está en lista de espera desde hace años.
El director de este centro, Juan Ignacio Vallejo, intenta ver el futuro inmediato con cierto optimismo y confía en que en este mismo ejercicio se ejecuten, por fin, estas obras, mientras que se está pendiente de la dirección general Cultura para el necesario incremento de la plantilla.
Vallejo ha dado un cierto dinamismo al Museo tanto en su presencia en las redes sociales como en la organización de actividades y exposiciones, y la atracción al mismo a colectivos ciudadanos.
Confía en que, tras la pandemia, la cifra de visitantes vaya al alza, aunque resalta que ésta está muy relacionada con el turismo que recibe cada año la ciudad. Y aunque los hoteles y los restaurantes se lleven el número de visitantes que vienen a Cádiz es ostensiblemente inferior al que llegan a las principales capitales andaluzas.
Eso sí, tiene claro que "el Museo debe mirar al público de la ciudad y de la provincia. Es un vecino más de Cádiz, por lo que buscamos reforzar esta conexión". Si alguna vez se ejecutan las obras de expansión por el Tinte, Vallejo, considera que el proyecto expositivo elaborado en su día, así como la planificación de las nuevas y viejas salas, siguen totalmente vigente.
El Teatro también desespera
Años de espera lleva también el Teatro Romano, a pesar de ser el más antiguo y el segundo en tamaño en España y de quedar aún mucho por recuperar.
El proyecto se paró durante seis años y acumuló otros tantos antes de conocer el plan de ejecución definitivo. O se supone que definitivo, pues ya se han pintado varias actuaciones que nunca han acabado por culminarse.
La operación de más relevancia es la transformación de la también histórica Posada del Mesón en el nuevo acceso al complejo, ampliando en este edificio el centro de interpretación, hoy limitado a un reducido espacio en un local vecino. El compromiso de Mercedes Colombo es que esta fase esté lista antes de 2026.
La Junta ya aprobó una inversión de 2,1 millones de euros, en parte financiado con fondos de la ITI para esta obra. Tras la actuación en la Posada, la siguiente fase se centrará en la consolidación de los restos del Teatro ya visibles, mejorando su conservación.
Se han descartado, en todo caso, efectuar nuevas campañas arqueológicas en el yacimiento, más allá que la actuación bajo el suelo de la Posada del Mesón.
Sí habría que plantearse una actuación más ambiciosa, como en su día se barajó, para dar continuidad a los restos del teatro que se encuentran en el subsuelo del barrio del Pópulo, aunque sería una operación complicada y costosa, lo que hace suponer que nunca se hará.
Con todo, en cualquier otra ciudad del país, y más en el resto de Europa, contar con unos restos como los del Teatro Romano de Cádiz sería un tesoro mimado tanto en el plano cultural como turístico, algo que aquí se sigue ignorando no solo por parte de las administraciones sino por parte de la propia ciudadanía.
En cuanto al resto de los complejos museísticos de la ciudad, en manos de otras instituciones, el Museo de las Cortes, del Ayuntamiento, está metido en un plan de recuperación, eliminándose las humedades que sufría el centro, así como restaurando numerosos cuadros y mobiliario antiguo, pendiente de un proyecto de potenciación visual de la maqueta de Cádiz. Queda por potenciar el Museo del Títere, con la planta baja cerrada desde hace años, y dar un nuevo giro al Museo Litográfico, además de la Casa del Carnaval que se abrirá en unos meses en el Palacio de Recaño.
El obispado ha realizado nuevas inversiones en el Museo Catedralicio, donde hay nuevos planes de actuación.
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