Por primera vez en su historia en la ciudad de Cádiz han cerrado tres hoteles tras terminar el verano. Los efectos de la pandemia redujeron las reservas hasta niveles inviables para las empresas, lo que ha llevado a esta drástica medida.

El cierre hotelero es algo habitual en otras localidades costeras, como Chiclana, Conil y Tarifa, aunque este año se ha adelantado la clausura.

Según datos aportados por Horeca, a final de septiembre habían cerrado sus puertas 37 hoteles de toda la provincia, con 10.122 plazas. En agosto, funcionaron 510 establecimientos hoteleros con una oferta de 48.128 camas y 6.976 empleados.

Para Antonio de María, presidente de Horeca, el cierre nada habitual de los tres centros de Cádiz no debe alarmar "teniendo en cuenta la situación sanitaria que estamos viviendo".

Constata el dirigente hotelero que "lo grave, lo peligroso sería que estos hoteles cerrasen de forma definitiva, para siempre. Ahora se puede decir que están hibernando para coger fuerza y volver a ponerse en marcha cuando se normalice la situación, y retornen los viajeros".

En este sentido, Antonio de María advierte que las fechas previas al verano durante las cuales hay una importante demanda hotelera en la provincia: Carnaval, Semana Santa y las ferias de la primavera, están todas en el aire, por lo que no sería de extrañar que alguno de estos hoteles, u otros, extendiesen este clausura provisional hasta el verano de 2021.

Junto al hotel tradicional, los apartamentos y pisos turísticos también han visto reducir de forma notable su negocio. En ciudades como Cádiz, donde la oferta había crecido hasta tal punto que el Ayuntamiento planteó medidas de control paradas por la oposición, en los últimos meses ha aumentado el número de estos negocios que han dado marcha atrás y han retornado al mercado inmobiliario, con los alquileres a familias o a estudiantes, ante la nula oferta turística que tenían.