Juan Roig es el otro yo de Jaime Rocha, un gaditano que pasó gran parte de su carrera militar en los servicios de inteligencia españoles, una vez llamado Cesid o como es en el caso actual, CNI. Roig es un alto cargo de un banco que tiene negocios en Libia y que de la noche a la mañana se ve reclutado por La Casa, como le llaman los propios espías al aparato de inteligencia español, para tratar de sacar información sobre el terreno del régimen libio en un momento en el que hay atentados por todo el mundo y del que se sospecha que su líder, Muammar al-Gadafi, se encontraba detrás de ellos.

Juan Roig, el personaje, gestionó una empresa de azulejos en la provincia de Castellón, como Jaime Rocha, la persona. Y es que éste ha llevado a su primera novela Operación El Dorado Canyon su experiencia personal en aquella misión en la que los servicios de inteligencia españoles colaboraron con la CIA para tratar de sacar información de algunos objetivos militares del régimen libio y de su propio líder.

Y es que este libro publicado por la editorial Doble Identidad está basada en la historia real de este espía español nacido en Cádiz que llegó a Gadafi en la mayor operación militar de los años 80.

La Operación El Dorado Canyon fue tan real como que el propio Jaime Rocha estuvo inmerso en ella y fue el agente secreto que fue enviado a Libia para llevar a cabo la misión. Hay mucho de realidad, pero como reconoce el propio autor, hay algunos pasajes que se han readaptado a la novela.

El libro tiene un ritmo trepidante y son dos novelas en una con unos habilidosos saltos entre el presente y el pasado, cada uno de ellos relacionados entre sí.

Esta es la primera novela de Jaime Rocha pero la historia se encuentra ahora en manos de la Fox y de otras dos productoras, tal y como indica su autor, porque puede acabar convirtiéndose una serie. Y el segundo hijo literario, El muro, ya está en camino. Esta versará sobre otro de los destinos que tuvo Jaime Rocha en los servicios de inteligencia, como fue Checoslovaquia, en un momento en el que estaba a punto de producirse la caída del telón de acero y de ese muro que marcaba la separación entre los dos bloques.

Curiosamente esta novela nació casi como una forma de dejar un legado. Un espía salía de su casa y volvía varios días o semanas después sin que nadie supiera, ni siquiera su familia, dónde había estado ni qué había hecho. Jaime Rocha empezó a escribir esta novela con el doble objetivo de que sus hijos supieran el servicio que había hecho a su país durante tantos años y también como una forma de dar a conocer la labor tan importante que hace la inteligencia española.

En principio iba a ser una autoedición para un consumo casi doméstico, pero en el camino se cruzaron amigos suyos como los periodistas Ángel Expósito y Manuel Molares y el escritor Jesús Maeso que le dijeron que estaba muy bien y le animaron a ser más ambicioso. En una de las grandes editoriales del país le animaron a hacer unas memorias, que se las están elaborando, y que verán más adelante la luz.

Tras una entrevista en este periódico, la editorial Lantia Publishing se puso en contacto con él y ha publicado esta interesante historia que va ya por 3.000 ejemplares vendidos y por la tercera edición.