El futuro que pudo haber sido
El intelectual Federico Mayor Zaragoza da una "lección" en 'Las Tertulias de La Pepa' sobre los valores de la Constitución de 1812 y la situación actual internacional
"La soberanía del pueblo, la ciudadanía, la libertad de expresión son hoy nuestra esperanza. Pasar de súbditos a ciudadanos". Estos valores, y otros más, fueron destacados ayer por Federico Mayor Zaragoza para comparar la Constitución de 1812 y la compleja situación internacional actual.
El intelectual español dio una lección ayer en la quinta cita de Las Tertulias de La Pepa, que organizan la Asociación de la Prensa de Cádiz y el Consorcio del Bicentenario, sobre La libertad y las consecuencias de la Constitución de 1812 en la actualidad en una conferencia que versó sobre "el futuro que pudo haber sido".
Un repaso crítico que el ex ministro de Educación y ex director general de la Unesco, entre otros cargos, centró en los problemas de la sociedad en la que vivimos en contrapunto con los logros de La Pepa, con la palabra libertad siempre de fondo.
En primer lugar, definió la Constitución del Doce como un texto "a una altura que no se supo poner en práctica".
La libertad de expresión fue otro de los pilares del discurso de Mayor Zaragoza, unida a la importancia de la democracia, que significa "hablar, debatir y expresar de manera irrestricta".
Este concepto fue muy repetido durante la charla, aunque con adaptación a los nuevos tiempos, ya que "estamos en un momento histórico en el que sí podemos expresarnos y poder tener una participación permanente". Además, añadió que "hoy la gente sí puede saber y comparar".
Uno de los problemas internacionales que destacó en su conferencia Mayor Zaragoza es el cambio de los principios de la sociedad. "Los valores que gobernaban el mundo los cambiamos en los años 80 por las leyes de mercado. Lo vamos a pagar si no lo paramos a tiempo", sentenció. Una sociedad que, en sus palabras, está "a la deriva, inmersa en una crisis múltiple".
Otro de los aspectos en los que hizo especial hincapié el político y científico fue la necesidad de la actualización de la Constitución de 1978. "Es modélica, pero tiene que actualizar los textos y anticiparse, como lo hizo en su momento La Pepa".
En su papel como ex ministro de Educación, recordó su participación en 1982 en el 170 aniversario de la Carta Magna gaditana. "El 25 de enero vine como ministro de Educación y visité el Oratorio. Dije que este tema -el de la Constitución de 1812- lo tenemos que explotar y llamar la atención del mundo, ya que Cádiz fue la ciudad donde nació una de las democracias más vertebradas de Europa", aseguró. Por ello, según Mayor Zaragoza, "hay que extraer esas lecciones en el ahora que vivimos, valores cuya primera vez se vieron aquí".
Tampoco pasaron por alto otros aspectos como la organización de la educación o el fin de la inquisición, que supuso "la separación entre la Iglesia y el Estado".
Otra lección de La Pepa que quiso extraer Mayor Zaragoza fue el "futuro extraordinario que hubiera existido sin el acoso francés y sin Fernando VII, que trajo de nuevo el absolutismo".
A pesar de este "error de abortar el proceso de Cádiz", Mayor Zaragoza concluyó que "las semillas que se plantaron en un tiempo tan hostil han fructificado" y nos pueden llevar "al futuro que puede ser".
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