La Fundación Ory celebra durante toda una semana en Cádiz 'La hora del cuento'

La cita comienza el sábado en el ECCO con una miniferia del libro en torno a la narrativa en breve

Las nuevas Jornadas de la Fundación Ory estarán dedicadas al escritor Ignacio Aldecoa

Juan Casamayor, editor de Páginas de Espuma.
Juan Casamayor, editor de Páginas de Espuma. / Isabel Wagemann

Bajo el paraguas de la celebración de las XIV Jornadas de la Fundación Ory, el ECCO reunirá este sábado, de once y media de la mañana a dos del mediodía, una microferia del libro de cuentos que contará, también, con la presencia de Ana María Shua (que acaba de publicar El cuerpo roto); y con la intervención de María Alcantarilla y Juan Casamayor, que hablarán de las peculiaridades de la edición de la narrativa en breve.

Casamayor es, de hecho, editor y cofundador de Páginas de Espuma: el sello que apostó a tumba abierta por el relato hace un cuarto de siglo, cuando el cuento aún arrastraba mucho de hermanastra fea de las letras. Varios de sus autores (entre los que se encuentra Shua) estarán también en la convocatoria de las jornadas, que se extenderán hasta el próximo 28 de noviembre bajo el epígrafe 'La hora del cuento'. Así, el miércoles 26, Andrés Neuman y Eloy Tizón hablarán de Iluminaciones y alumbramientos, es decir, de creatividad, escritura híbrida en el cuento y los diálogos entre la tradición y lo contemporáneo. Por otro lado, Carlos Castán y Marina Perezagua acudirán el viernes 28 para charlar sobre El aroma de lo oscuro: lo inquietante en la narrativa breve.

EL LEGADO "FUNDAMENTAL" DE ALDECOA

La Fundación Ory dedica este año su convocatoria, además, a uno de los grandes del cuento en nuestro país: Ignacio Aldecoa. Fallecido con tan sólo 44 años, Ignacio Aldecoa fue un "muy buen observador de la sociedad española", habilidad que plasmó en unos cuentos que podían llegar a ser oscuros, retratando realidades muy duras "pero siempre con un halo poético y conmovedor", indica Juan Casamayor, recordando que, en los inicios de Páginas de Espuma, "cuando publicábamos muchas antologías, siempre había un cuento de Aldecoa".

Para el editor, la herencia de Aldecoa es especialmente visible en escritores de los noventa, como Hipólito G. Navarro, Carlos Castán o Eloy Tizón: "Todos ellos te dicen que Ignacio Aldecoa es fundamental", afirma. El legado de Aldecoa es de los que vienen a contradecir esa especie de que en España no se ha hecho buen cuento, "aunque tengamos a autores grandísimos, como Hortelano o Martín Gaite: autores que fueron muy importantes en distintas disciplinas, y que reivindicaron su faceta de cuentistas".

De la mano de esta asunción que coloca al cuento de nuestro país en regional preferente, están los jugadores de Champion, colocados en fila al otro lado del Atlántico: Cortázar, Borges, Arreola, Monterroso... Sin embargo, para el editor Casamayor el diferencial entre orillas no es tanto cuestión de autores, como de trato editorial: "Aquí, simplemente, la industria decidió apostar por otros palos más comerciales".

No obstante, en los últimos tiempos, el género ha vivido éxitos comerciales absolutos, como los cuentos de Lucia Berlin o Margaret Atwood. "Un éxito que descansa mucho en el hecho de que no estamos viviendo un boom de escritoras, porque ellas siempre escribieron, sino de las lectoras, que leen sobre todo ficción: ese es otro elemento más que ha ayudado al cuento. Además -continúa Casamayor-, los talleres de escritura, que tanto abundan, se basan casi todos en el cuento".

"El cuento no es un trampolín de nada, un género no lleva al otro", añade Casamayor, que indica además que hablar de géneros en el siglo XXI es bastante inútil. "Si un cuentista pasa a una novela, es porque hay una voz o una historia que necesita más espacio: no sé da un salto".

Junto a María Alcantarilla, editora de Arraval, Juan Casamayor hablará de las peculiaridades de la edición en corto: un proceso "lento, porque tiene una doble corrección, individual y colectiva: el conjunto tiene un ritmo que viene marcado por el orden que le das. Por ejemplo, en Eloy Tizón es común el ritmo in crescendo. María Fernanda Ampuero te golpea a la primera y muy duro".

"En principio, trabajamos engañosamente con formas breves -desarrolla- pero los cuentos pierden su autonomía una vez que forman parte de un todo. Entre sí, los textos tienen un eco: forman parte de una atmósfera, tienen unos ciertos usos narrativos, hay canales subterráneos que los unen. No se trata de publicar un libro con cuentos, sino de cuentos".

También te puede interesar

Lo último

stats