Al cantante y escritor gaditano Fernando Lobo el confinamiento de 2020 le llegó con su último disco recién sacado al mercado: “Fue al límite”. Afirma que la situación es “complicada”, aunque también que reconoce que no solo lo es a su nivel, sino que afecta a “todos los ámbitos”. Pero es que, en su caso, dio al traste con los planes que tenía en torno a su nuevo conjunto de canciones, igual que los conciertos programados se fueron cayendo paulatinamente a excepción del que pudo protagonizar en noviembre, al filo ya también de la segunda ola, en la sala Central Lechera de Cádiz.

Este concierto y algunos recitales de poesía que, a través del Centro Andaluz de las Letras, ha dado en su también condición de escritor, han sido las “únicas actividades presenciales” de Fernando Lobo desde que la pandemia comenzó a ahogar la vida cotidiana de la gente y la vida cultural.

El cantautor gaditano, además, admite que la situación le produce “un gran respeto” y por ello la recuperación de giras no es ahora mismo su principal objetivo: “No quiero viajar nada, ahora mismo no tengo esa energía y estoy aprovechando para componer, escribir”.

Una decisión, eso sí, que Fernando pretende asumir con responsabilidad social pero que, al tiempo, sabe que no se puede prolongar eternamente y por eso le preocupa también que la situación sea “tan incierta, no se sabe cómo evolucionará”.

Recuerda que algunos de sus compañeros sí se han aventurado más y han protagonizado más conciertos, de los pocos que se han programado, mientras que hay otros que incluso han tenido en este tiempo una actividad menor: “En verdad, no veo que sea una situación homogénea. A mí me ha pillado con el paso un poco cambiado y prefiero ir despacio”.

Lobo, que ha tenido como otros artistas del escenario que ir tirando de sus ahorros, destaca también la labor de instituciones públicas como la Diputación, que hizo un pequeño ciclo de vídeos, con actuaciones hechas desde casa, y al Ayuntamiento de la capital, que “luchó” para programar de nuevo en La Lechera en cuanto se pudo, aunque con un aforo bastante más reducido que el habitual. “Estas instituciones, al menos, han tenido iniciativas que han ayudado a paliar esta complicada situación económica. Son cositas que se agradecen, porque músicos somos muchísimos en Cádiz”.