Entrevista a Yván Pozuelo | Coordinador de Seminario de Historia de la Masonería

“Quien quiera estudiar la historia de la masonería tendrá que pasar por Cádiz”

  • Este historiador resalta la importancia de los documentos donados a la Fundación Joly

  • El asturiano, llamado el “profesor de los dieces”, recibió una polémica sanción por su método

Yván Pozuelo posa en la sede del Ateneo el pasado viernes.

Yván Pozuelo posa en la sede del Ateneo el pasado viernes. / Lourdes de Vicente

Este asturiano se hizo famoso hace unos meses cuando fue suspendido de empleo y sueldo en Asturias por un método en el que ponía un diez a todos el alumnado que trabajaba bien con él. Después de dos meses y medio ha sido reincorporado a las clases a la espera de un juicio que tendrá lugar en diciembre por una denuncia suya contra la administración. Yván Pozuelo es historiador y estudió en la Sorbona de París. Haciendo una investigación sobre la Segunda República y la Guerra Civil en Asturias accedió a documentación de la masonería y desde entonces la ha estudiado a fondo. Este fin de semana ha sido el coordinador del II Seminario Permanente Internacional de Historia de las Masonería celebrado en Cádiz.

-Todo el mundo le conoce como el “profesor de los dieces”, ¿pero qué le une con el tema de la masonería y qué le ha hecho ser coordinador de este seminario que ha tenido lugar en Cádiz?

-Yo me crié en París, hice los estudios en la Sorbona de Historia y cuando regresé a Asturias tenía en mente algo sobre la Segunda República y la Guerra Civil y, de pronto, me encuentro en el Archivo de Salamanca y ahí veo que hay una estantería con masones y miro si los que estaba yo investigando eran masones y estaban todos.  En ese momento era una ficha policial pero decidí investigar si había algo sobre masonería durante la Segunda República y Guerra Civil en Asturias y, sobre todo, a través de la revolución de octubre de 1934 allí. Ahí me lancé y ya llevo 25 años investigando la masonería con libros, congresos, simposios, artículos y tesis doctorales sobre la materia. Es una materia que es interesante porque yo no soy masón y eso hace que veamos la documentación masónica como histórica independientemente de la masonería en sí.

¿Y que vemos ahí dentro? Vemos millones de documentos que hablan de los seres humanos, de sus preocupaciones y de sus soluciones. Y tenemos además un período muy negro aquí en España que es la dictadura franquista que va a decir que el enemigo público número 1 de los españoles, de los creyentes y de las clases más acomodadas es la masonería. Es algo que quise llegar por mí mismo, que nadie me lo contase y descubrí cosas maravillosas y también a una cantidad de gente, historiadores y historiadoras, entregados a esto que nos  reunimos cada vez para avanzar en esa documentación.

Antes queríamos construir entre Europa y América y ahora ese puente lo tenemos con ese seminario como el que hacemos en Cádiz porque la mitad de los ponentes vienen de América y la otra mitad de Europa.

-¿Y Cádiz qué significa para la masonería?

-Fundamental. La provincia de Cádiz es la que tiene mayor número de talleres masónicos, el mayor numero de masones de todas las provincias españolas en el siglo XIX. Aquí va a haber las primeras logias en España y es lo que vamos a dilucidar por qué Cádiz y por qué no otro sitio. Hay razones políticas, geopolíticas, geográficas, demográficas que nos va a explicar por qué en Cádiz hubo tanto. Es el gran foco de la masonería española en el siglo XIX.

-¿Puede ahondar más?

-Hay un gran componente de la inmigración porque la masonería viene de los ingleses, de los franceses de relaciones comerciales, de flujos migratorios, de comercio con América, también la parte militar que es fundamental. Hay varias fuentes que vienen a unirse en esta localidad, en esta provincia, y  a eso contribuye también que estamos cerca del Campo de Gibraltar. Estamos en una zona de tránsito importante con una clase social emergente como es la burguesía y ahí cuajan varios de estos aspectos.

-¿Seguimos teniendo en España esa imagen negativa de la masonería que se consolidó durante la dictadura franquista?

-Hay algún cambio. Venimos aquí a Cádiz también porque vamos a hacer entrega de la documentación del Centro Nacional de Estudios Históricos de la Masonería en España que fue fundado por José Antonio Ferrer Benimeli y estos días se cumple los 50 años de la tesis doctoral de Ferrer Benimeli. La hizo al final del franquismo, son 50 años de historiografía masónica española que ha dado pasos importantes, para nosotros insuficientes, porque queremos que se difunda mejor la historia de la masonería pero se ha avanzado. Ahora bien, fueron 40 años de dictadura, de propaganda antimasónica  de las más duras que hubo en el mundo y ahí incluimos al nazismo, al estalinismo soviético y al fascismo italiano, y está todavía el llamado complot judeomasónico comunista que fue inexistente porque, si hubiera existido, hay que decir que es bastante malo, porque en 300 años ya podrían haberlo sacado adelante. Si no lo han hecho es porque no ha existido. La gente que está todavía con eso es que desconoce la historia de la masonería así como la historia contemporánea española.

-¿En otros países no existe esa imagen negativa de la masonería e incluso es un signo de distinción?

-Sí, como por ejemplo en Estados Unidos o Gran Bretaña, donde es una distinción y no tienen ningún problema en visibilizar las logias en las señalizaciones de las carteras, en las matrículas de los coches, en sus cazadoras o gorras. Aquí cada vez se va implantando mas pero sigue quedando ese poso de la masonería ignorante que todavía nos afecta. También en otros países hay rasgos antimasónicos pero no son tan violentos ni tan ignorantes como los españoles.

-Se va a proceder a la entrega del archivo a la Fundación Joly, que ya de por sí tenía bastante documentación. ¿Cree que esa fundación va a ser a partir de ahora un lugar fundamental para el estudio de la masonería?

-Lo va a ser. Cualquiera que investigue a partir de ahora la historia de la masonería en España o la hispanoamericana va a tener que pasar por Cádiz y por la fundación, al igual que todos lo hemos hecho por Salamanca, que también es obligado. A partir de ahora lo obligado será venir a Cádiz. Son 80.000 fichas de masones, es un archivo de académicos, de historiografía, de prensa, de documentación masónica, del exilio español… A partir de ahora quien no cite al archivo de la Fundación Federico Joly Höhr le miraremos un poco raro.

-¿Cuáles son los valores de la masonería?

-Eso lo deberían decir los masones pero desde un punto de vista exterior y quitando las leyendas de un lado y los mitos, porque hay una antimasonería ignorante pero también hay una masonería ignorante de su pasado, lo que sí puedo decir yo después de 25 años es que es una asociación de hombres, de hombres con mujeres, porque hay distintas formas de vivir la masonería, que se reúnen a través de unos rituales y simbología para reflexionar, escuchar discrepancias y para mejorase como personas ellos mismos. Los valores en principio hoy en día son altamente liberales y democráticos, incluso desde el punto de vista de la religiosidad, la espiritualidad, como de la política, de lo cultural. Son gente abierta a escuchar.

-¿Precisamente en una sociedad tan polarizada esos valores del debate de las ideas no son más importantes aún si cabe?

-Sí, pero algo que aprendimos es que la masonería y los masones se rigen con ritos y protocolos antiguos, pero son presos de su contexto real presente. Por ello esa polarización también la vamos a encontrar de vez en cuando y quizás de una manera menos visible, entre los propios masones. Ahora bien, no llega a la crispación violenta, se separan antes y buscan otra forma de uniones. Una logia sola no es masonería, masonería es varias logias o talleres y es una congregación de logias que debe tener una serie de uniones mínima.

-Relacionamos mucho la masonería con las conspiraciones. ¿Crees que en su caso como profesor ha habido algún tipo de conspiración?

-Yo cuando investigo la historia de la masonería en Asturias durante la Segunda República y la Guerra Civil y en cualquier otro punto de España se  tiene que estudiar su relación con la educación. Es obligatorio sobre la instrucción escolar, sobre laicismo. El estudio de la masonería es transversal y la educación es paso obligatorio para saber cuál fue la posición de la masonería sobre la educación en España. Ya por ahí ya tengo el nexo.

Sí que fue muy curioso porque dentro de los que estudiamos la Guerra Civil y hemos entrado en el archivo de Salamanca sí vimos los juicios contra los masones donde se les pedía una declaración, una retractación. La primera pregunta que me hizo el inspector cuando se reunió conmigo sin yo saber para qué, fue presentarme una entrevista en prensa y preguntar si yo me retractaba de lo que había dicho allí. De repente me encontré yo en mi propio libro. ¿Qué estaba yo haciendo allí? Parece que se ampliaban 80 años de esa famosa ley liberticida de la Ley de Represión contra el Comunismo y la Masonería hecha por Franco en 1940. Yo tengo que decir que en mi caso tuvo que haber una conspiración porque después de dos años todavía no me han dicho quién me ha denunciado. Lo mas curioso es lo contrario. Es una conspiración antimasónica porque ademas de saber que era profesor de francés también soy historiador de la masonería y esto es desconocer que se puede ser historiador de las hormigas sin ser hormiga, pues han creído tener la ocasión de cargarse a un masón en el 2020.

-¿Se ha sentido como un incomprendido, alguien que quería romper las reglas? 

-El problema es que yo no rompí las reglas. Hay unas reglas y yo las cumplí. Las reglas tienen unos márgenes. Por ejemplo te pueden decir que en las autopistas se puede circular de 60 a 120, pues yo voy a 120, estoy dentro de la norma. ¿Quieres que vaya a 90? Pues está bien pero me pones el panel a 90. El tema es que yo no rompí las reglas. Estoy convencido, por haberme leído muchas veces la ley, que estoy dentro de las normas. La norma pone una serie de condiciones, que es verdad que hay algunas contradicciones, pero cada uno escoge el lado de la contradicción. Yo escogí el lado de la contradicción que dice que yo estoy en enseñanzas básicas, que es educación inclusiva, atención a la diversidad y que hay que flexibilizar y adaptarse al ritmo de los alumnos y fijarse en el progreso y el esfuerzo de ellos. Yo sólo veo a dieces. Es preocupante, yo me releo el libro a veces porque en algún punto has podido pasarte pero la regla dice claramente que no. Otra cosa es que estemos de acuerdo de cómo juego y esto es como el fútbol, como los que juegan defensivo o al ataque, lo practican de distinta forma pero todo es fútbol. Yo respeto a los que sin ponerlo en la ley usan los libros de texto, mandan deberes y hacen exámenes memorísticos. Yo los respeto pero por qué no me respetan a mí que no uso libro de texto sino que trabajo por proyectos, no mando deberes sino a hacer vídeos...

-¿Pudo demostrar que el alumnado progresaba con ese método?

-La verdad es que quien tiene que demostrar que no progresan y que no saben son ellos. Pero por otro lado hay que decir que ahora estamos en competencias clave. El truco no es saber las capitales del mundo de memoria sino que cuando necesites saber una, tú tengas el medio de saber cuál es. Yo estoy en esta segunda. El francés no es para ser bilingüe francés, no lo pone la ley, es para adquirir esas siete u ocho competencias. Estamos por competencias y por ello yo he visto que mi método da frutos. Incluso ahora que estoy en el grado superior de formación profesional , es decir, con adultos, veo que da frutos también para darles las herramientas para que sean los mejores en los que los decidan.

-¿Qué beneficio daba ese sistema?

-El beneficio es que no tienes miedo a confundirte, por lo tanto, estás en predisposición a aprender. No tienes miedo a errar. Lo primero que hay que hacer en el francés es hablarlo, escribirlo y comprenderlo muy mal. Si en ese instante yo vengo con la guillotina y digo que eso no se hace así, pierdo a gran parte de la clase y yo no estoy para perder alumnos. Que hay algunos que van a hacer mas o menos, evidentemente, pero para eso es un año, una etapa. Y también si evaluamos  por qué no evaluamos todo  y no en un día en un examen. Por qué no se evalúa las condiciones sociales de ese alumnado o la situación psicológica del mismo que cada vez los vemos mas angustiados y estresados por nada, si cada vez los estresamos mas, incluso los que tradicionalmente sacan dieces. En mis clases todos avanzan. 

-¿Y es justo el sistema?

-Es justo. Si estás a nivel tres y pasas al cuatro, es justo poner un 10. ¿Que todos están en el nivel 25? Yo no voy a comparar, si pasa del nivel tres al cuatro, es un diez. El del nivel 25 va al 25. Esto no quiere decir que baje el del nivel 25 al tres o al cuatro, no tiene nada que ver. Para eso hay que diseñar un trabajo por proyecto, unas actividades que hacen que puedas hacer una mima actividad con gente que que parte de diversos niveles, pero eso hay que currarlo, hay que formarse…  ¿Es justa la EBAU? ¿Es justo todos los exámenes después de los vacaciones ? ¿El mismo examen para todos? La EBAU por ejemplo sólo hace preguntas de 2% de lo visto en 12 años ¿Eso es justo? ¿Es justo que en idioma extranjero no haya prueba oral? Es que cuando empiezas a indagar surgen muchas preguntas sobre ello. ¿Por qué es justo mi método? Porque yo sólo evalúo sobre lo que se hace en clase, no lo que se hace fuera. ¿Es justo lo mismo al que va a una academia o tiene un profesor en casa o que tiene a sus padres profesores? ¿Es justo porque es un papel con las mismas cuatro preguntas para todo? Para nada, eso es injusto. Aparte de que es injusto, tenemos que pensar qué país queremos y lo que queremos es que sea potente en todo, en camareros, en médicos, en ingenieros, en informáticos, que sean los mejores y no debemos cortar las alas a la gente que está desarrollándose. Somos demasiado exigentes con los menores y muchísimo menos con los adultos. 

-Ha vuelto hace unas semanas a dar clases en la Escuela de Hostelería de Gijón. ¿Va a seguir con el mismo método?

-Sí. Si vienen a clase, si me contestan bien…. ¿Por qué no les debo poner un diez? Si me contesta bien a una pregunta en el minuto 47 de una clase en la que no hay examen si es evaluación continua. Se ha quedado mucho el tema de los dieces y nadie se ha percatado que también hay algunos unos, porque los que no hacen absolutamente nada o en el caso de la formación profesional que no vienen, claro, el titular que se queda la gente es que pone dieces a todo el mundo aunque no vengan. Si vienes a clase no tengo a ningún alumno que no esté haciendo la actividad que yo quiero que hagan. Las clasificaciones actuales vienen de la inercia de una ley franquista de la Ley de Educación de 1953 y no nos hemos quitado esa inercia de las aulas. Pero hay una ola en el mundo de profesores y profesoras que están dispuestos a cambiar su mirada evaluadora, que es la de mirar a todos los alumnos individualmente dentro de un colectivo de clase, sin compararlos unos con otro. Si tienes a Einstein en Física y Química, él no es la referencia, él también va a tener un diez. Estamos obsesionado con el mejor y la mejor, con lo brillante y la brillantez. Incluso entre los dieces tratamos de hacer comparaciones entre el que se esfuerza y el que no lo necesita para sacarlos. Llegamos a ese nivel de obsesión. Es una obsesión transmitida a los padres porque se han criado en esa misma obsesión.

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