Entrevista con José Manuel Fedriani | Ex director general de la Zona Franca de Cádiz

“He echado de menos alguna llamada pidiéndome disculpas”

José Manuel Fedriani posa en la sede de Diario de Cádiz.

José Manuel Fedriani posa en la sede de Diario de Cádiz. / Miguel Gómez

Para José Manuel Fedriani su calvario judicial acabó el pasado 24 de enero cuando el Tribunal Supremo dictó una sentencia en la que salía absuelto por segunda vez en el caso de Quality Food, la empresa alimentaria que era propiedad de Manuel García Gallardo. Los hechos por los que se le juzgó, entre otros malversación de caudales públicos, sucedieron cuando era jefe de gabinete del ex delegado del Estado en la Zona Franca, Miguel Osuna, y la imputación le llegó tras siete años de instrucción y cuando era director general de la Zona Franca, cargo del que cesó temporalmente. En esta entrevista relata lo mal que lo ha pasado en un proceso en el que se ha visto en el foco mediático con un juicio público contra su persona.Actualmente está en el departamento de explotación del área técnica de la Zona Franca.

–¿Cómo se siente después de quitarse ese peso de encima?

–La verdad es que yo me esperaba una reacción mayor. Mi familia estalló en una alegría que yo no fui capaz de tener. Durante ese tiempo viví esa situación como si no me estuviera pasando a mí y le estuviera pasando a otra persona y yo lo estuviera presenciando. Eso me aisló tanto de la situación que la reacción no fue tan grande. Eso sí, cuando va pasando el tiempo una alegría inmensa porque se haya hecho justicia, porque lo que sí tengo claro desde el principio es que yo no estaba jugando a la lotería. No había hecho nada, no entendía por qué estaba en ese proceso y al final pasó lo que tenía que pasar.

–¿Cuál es el precio que ha tenido que pagar por este proceso en lo personal y en lo profesional?

–Es difícil decir qué precio se paga. Al final es posible que todos los que han intervenido en la toma de decisiones sobre mí a todos los niveles nunca reconocerían que era consecuencia del proceso penal pero sí es verdad que cuando a mí me imputan llevaba seis meses como director general de Zona Franca. Un momento muy importante de mi carrera profesional lo convirtieron en un calvario. Cada vez que había una novedad del proceso a nivel judicial, salía una noticia en prensa. Evidentemente no era agradable.

Profesionalmente es verdad que ha habido un devenir en Zona Franca como consecuencia de este tema, empezando por mi cese temporal de mis funciones como director general, que se produce, y eso está en un documento, como consecuencia de este procedimiento. Ese documento establecía que en el momento que fuera absuelto o ya no estuviera imputado, yo automáticamente volvía a mis funciones de director general. Ese primer paso se da con ese procedimiento penal y con la apertura de ese juicio oral.

Después de eso, los puestos directivos son de confianza y los siguientes responsables de la Zona Franca entiendo que tomaron sus decisiones desde un punto de vista legal sin tener nada que decir pero yo no dejo de pensar que el inicio de la caída tuvo su consecuencia en el procedimiento penal.

A nivel personal y familiar es un calvario para ti familia, amigos y padres. Mi madre falleció el 12 de febrero y la sentencia salió el 24 de enero, por lo que es una cosa que le doy gracias a Dios que se enterara de que todo había terminado antes de marcharse.

Como ya le he dicho antes, ese hecho de aislarme de la situación me protegió para no caer en una depresión pero lo vives y lo sufres, con una noticia y otra noticia y piden tu cese y tu dimisión...

–¿Se considera un daño colateral de una lucha política?

–Absolutamente. Se ha construido unas reglas no escritas que en mi opinión vulneran el principio de presunción de inocencia, que los políticos se aplican o no entre sí en función de como les convenga, porque tampoco es una cosa que se lleve a rajatabla. Por ejemplo, la alcaldesa de Rota fue en las listas electorales y ya había sido juzgada y estaba esperando sentencia, que después resultó condenada.A mí no me la pueden aplicar porque no soy político. Yo entiendo que estaba desarrollando una función técnica y debe prevalecer el principio de presunción de inocencia cuando nadie me preguntó qué había pasado en Quality. Es decir, sin conocerme de nada, sin preguntarme qué había pasado, de repente me encuentro día sí y día no con una persecución en los medios cuando yo no soy una figura pública. De hecho, esta es la primera vez desde que surgió el tema Quality que yo charlo con un periodista y lo hago porque las tengo contadas. 600 noticias negativas desde que empieza el proceso y 15 desde que tengo la absolución. Yo necesito decirle a la gente y que sepa lo que pasó en Quality, que no pasó nada, que lo que hice fue defender los intereses de Zona Franca, y que he sido absolutamente vapuleado públicamente.

"Profesionalmente ha habido un devenir en Zona Franca por este tema, empezando por mi cese temporal”

–Cuando llega la imputación, ¿podía entenderlo? El proceso llevaba ya siete años y en ese momento da un giro.

–El que haya podido tener acceso al escrito de la Abogacía del Estado que se presenta en octubre de 2012, ya ve que, aunque no se me acusa directamente y no se pide mi imputación, ya se me relata como cooperador o conocedor de los hechos que se le imputan a Osuna. ¿Mi imputación? Es sorprendente porque yo voy a declarar como testigo y la juez me pregunta si yo quiero declarar como testigo o como imputado. Yo digo que no, que quiero declarar como testigo y el abogado de Osuna dice que esa decisión no me puede corresponder a mí. La jueza dio marcha atrás y aseveró que iba a declarar como imputado. Eso a mí me resulta sorprendente porque yo iba a declarar como testigo al igual que había hecho en otra ocasión anterior en el proceso. Y también es más sorprendente cuando en el curso de la instrucción no se termina concluyendo que no tengo nada que ver con esta historia.

–De usted se habló muy poco en el juicio de la Audiencia.

–Pues a pesar de eso las acusaciones pidieron la misma pena que para Miguel Osuna, lo cual es un disparate para alguien que no tiene funciones ejecutivas. Ahí intervinieron dos factores. Uno, fruto de la casualidad, como fueron viniendo los hechos. Y el otro porque mi abogado, Manolo Salinero, que tiene un profundo conocimiento del tema penal, estratégicamente lo hizo muy bien. Nuestra intención desde el principio era dejar muy claro lo que había pasado en la intervención de Quality y la circunstancia que se dio. Como a mí fue al último que se imputó, soy el último en declarar y también en el turno para que mi abogado le pregunte a los testigos. Eso hizo que lo que queríamos que se dijera salió, por lo cual mi abogado preguntó muy poco y cuando lo hizo fue para dejar claro, que es lo que recoge la sentencia, no solamente que no oculté ninguna información sino que colaboré activamente con todos los que intervinieron en el proceso, es decir, empresas de auditoría, la intervención del Estado, la Abogacía del Estado, cuyo comportamiento deja bastante que desear, etcétera.

José Manuel Fedriani, momentos antes de la entrevista. José Manuel Fedriani, momentos antes de la entrevista.

José Manuel Fedriani, momentos antes de la entrevista. / Miguel Gómez

–Ese papel secundario le tocó también cuando llegó el momento de la absolución. Los focos se pusieron en la inocencia del ex delegado del Estado de la Zona Franca, Miguel Osuna, el veredicto de culpabilidad de García Gallardo en la Audiencia Provincial o cuando se ordenó repetir el juicio para esta persona tras la sentencia del Tribunal Supremo.

–Es que era lo lógico. Para mí lo raro no es que haya 15 noticias positivas desde la sentencia y se mencione muy de pasada a Fedriani. Para mí lo extraño fueron las 600 previas. Ni era noticia después pero tampoco antes. Creo que ha habido otras personas que se han visto envueltas en casos así y no se han visto tan mediatizadas. Comprendo que la Zona Franca desgraciadamente desde hace algunos años, todo es noticia. Pero el machaqueo continuo no era lógico. Llevaba en Zona Franca desde 2001, he estado con Miguel Osuna, con José de Mier, después con Jorge Ramos, y ocupando cargos directivos desde de Mier. Yo entiendo que eso no es noticia. No veo al director financiero de la Zona Franca de Vigo saliendo en la prensa por cualquier historia de estas.

–En esa sentencia del Tribunal Supremo sale su absolución definitiva y también la de Miguel Osuna, pero lo más llamativo es que se ordena la repetición del juicio penal en la Audiencia para Manuel García Gallardo y para Víctor Ocaña (ex director de una sucursal bancaria) porque no se había aceptado una prueba pericial en el primer juicio aportada por la defensa del empresario. ¿Qué opina de esta repetición?

–Sin entrar en tecnicismos, entiendo que a alguien al que se le piden tantos años de cárcel hay que dejarlo defenderse con todas las armas que tenga a su alcance. Entiendo que el tribunal tendría sus razones para rechazar la prueba pero a mí no me ha sorprendido la sentencia del Supremo en ese sentido. Creo que hubiera sido mucho mas razonable que presentara esa prueba, que declararan los peritos o los testigos que él considerara oportunos y que después el tribunal hubiera sentenciado habiendo dejado a todo el mundo que presentara las pruebas que quisieran.

"Lo que hice en Quality fue defender los intereses de Zona Franca y he sido vapuleado públicamente”

–De todas las acusaciones que hubo, ¿le dolió especialmente la que ejerció el PSOE?

–Lo que pasa es que no lo entiendo. La presencia en la acusación del PSOE y también del PP no lo entiendo porque esto no era un tema político, sino puramente técnico. Es una empresa que tiene relación con Zona Franca y que ésta la manda un político, pero para mí no tenía sentido la presencia de ninguno de los dos pero desgraciadamente estos temas están muy politizados porque la Zona Franca, desde Rodríguez de Castro, está muy mediatizada y se sufren todas esas consecuencias. –

Y a pesar de estar absuelto, está la condena digital Todo el que teclee José Manuel Fedriani en un buscador de Internet va a encontrar que usted estuvo investigado en esta causa. ¿Se siente desprotegido por ello?

–No desprotegido, es que es una realidad. El tema es que cuando el tema se mediatiza tanto, tú sufres un juicio público. Es posible que haya gente que no me conoce que me haya condenado, e incluso otra que a pesar de haber salido absuelto que dirá que si lo sentaron en el banquillo, algo habría por detrás. Eso es inevitable. De todas formas, a mí me gustaría haber recibido alguna que otra llamada de teléfono de personas y algún que otro mensaje de personas pidiendo disculpas. Me hubiera gustado. A mí no me hubiera gustado formar parte del juego político, pero una vez que pasó, hubiera deseado que me hubieran llamado pidiendo disculpas.

–¿Y alguien lo hizo?

–Nadie. Hasta el alcalde de Cádiz mandó un escrito a la Zona Franca interesándose por mi situación laboral. ¿No tiene otras cosas que hacer que ocuparse de mi relación laboral con Zona Franca?

–¿Ha vuelto a hablar con Osuna?

–El día que salió la sentencia sí comentamos y nos dimos la enhorabuena mutua. Para mí tampoco fue una sorpresa la absolución de Miguel Osuna. Evidentemente en mis funciones yo no estaba al tanto del cien por cien de las cosas, pero en lo que conozco a Miguel Osuna, nunca he tenido dudas de su inocencia.

–¿Volvería a actuar del mismo modo si tuviera ahora que gestionar el asunto de Quality Food como hace dos décadas?

–Absolutamente. Cuando entrevistó usted a Miguel Osuna un par de días después de la sentencia de la Audiencia Provincial, una de las cosas que dijo es que se alegraba mucho de mi absolución porque siempre había sido una persona leal. Mi lealtad siempre ha estado con la institución y con el delegado y yo la entiendo como decir o aconsejar firmemente lo que tú piensas. Yo en su momento le dije a Miguel Osuna que no entráramos en Quality. El lo sabe, se dijo en el juicio, lo dijo el abogado del Estado jefe, Manuel Ponce, y claro que volvería a actuar de la misma manera. Una cosa era el apoyo institucional, económico y financiero, que podría ser razonable, y otra que nos metiéramos en una empresa privada. Eso al final nos terminó estallando en la cara.

–El informe que hizo el abogado del Estado, José Aurelio Ruiz, fue fundamental para que Osuna y usted acabaran sentados en el banquillo de los acusados. ¿Tiene algún resquemor hacia esta persona por ello?

–Lo que me dolió de esta historia es que yo colaboré con la Abogacía del Estado desde el minuto cero y ésta pega un quiebro siete años después de empezar la instrucción y se da cuenta de que Miguel Osuna, en connivencia con García Gallardo y conmigo, distraemos fondos de la Zona Franca para llevarlo al ámbito privado. Repito, siete años después. Ahí se construye un relato que no tiene ningún sentido. Ni siquiera se puede probar documental ni testificalmente, como se pudo demostrar en el juicio. Pero no se puede probar porque es un relato inventado. Lo que me duele es que con la relación que había tenido con la Abogacía del Estado de colaboración y de lealtad, nadie me dijera que esto no está pintando bien o lo que sea. Creo que en una conversación esto hubiera quedado aclarado y no hubiera seguido adelante. Sin embargo, creo que los abogados del Estado, primero José Aurelio Ruiz y después Miguel Ángel Gilabert, se colocaron en una posición de recelo hacia mí cuando había estado colaborando con ellos en este y otros muchos temas. Siempre ha sido una institución que siempre me ha infundido mucho respeto. El abogado del Estado jefe, Manuel Ponce, declaró en el juicio lo que tenía que declarar, es decir, relató lo que pasó el 23 de diciembre y nada que objetar a lo que dijo, En lo demás creo que ha sido una instrucción nefasta.

–¿Es complicado creer en una justicia tarde tanto en resolver sus temas? En el caso de Quality Food lleva dos décadas y usted ha llevado este asunto más de ocho años a sus espaldas.

–Francisco Baena, el abogado de la madre de García Gallardo, dijo en sus conclusiones que la justicia tardía ya no es justicia. No se puede someter a nadie tantos años por muy complejo que sea el tema, que lo es en este caso: un sumario de 9.000 folios, un asunto muy complejo. Algo hay que hacer para que estos procesos no se eternicen. Ahora cuando vuelvan a repetir el juicio a Manuel García Gallardo este año o el que viene, van a estar juzgando hechos de hace 22 o 23 años. Es un disparate. No sé si me citará o no como testigo pero hacer memoria de algo que ha pasado hace 22 o 23 años es imposible, te ha pasado la vida, te ha dado ya mil vueltas. ¿Por qué pienso yo que no es justicia? Porque todo se desvirtúa. Cuando llamas a un testigo para que relate cosas que han pasado hace 22 años y no se acuerda, no le puedes poner una pistola en el pecho porque no se acuerda.

–¿En este tiempo ha podido comprobar quiénes eran sus amistades de verdad y quiénes no?

–Es indudable. Aparte de la familia, hay amigos míos que han visto esto como una pesadilla, que me conocen bien, y que saben que esto ha sido un calvario y que siempre han confiado en mí. Además, acusar a una persona de malversación, de retirar el dinero de arcas públicas para enriquecerse, pero en este caso no para enriquecerte tú, sino para otro. Entonces encima soy delincuente y tonto. Lo primero es que cuando te acusan de un delito de malversación tendría que haberse hecho una averiguación patrimonial. Pues resulta que vivo en la misma casa en la que estaba incluso antes de entrar Zona Franca. Una vida normal y corriente. Me estás acusando de que he sacado dinero de Zona Franca para que se enriquezca otro, Es muy absurdo. Me sorprendió que no se hubiera hecho un análisis patrimonial y en el caso de Osuna también.

"Se me acusaba de desviar dinero público para enriquecer a otro. Encima de delincuente, tonto. Era absurdo”

–¿Espera recuperar algún día ese estatus profesional que perdió?

–Yo siempre estoy a disposición de la institución y de las personas que la dirigen para intentar dar lo mejor de mí para que la Zona Franca sea lo mas potente posible. Ese ofrecimiento está y el delegado lo sabe porque se lo he hecho personalmente. No es que yo espere o no espere recuperar. Cuando la persona que dirige Zona Franca decida darme más responsabilidad, estaré encantado de asumirla y seguir sirviendo como hasta ahora.

–Hay veces que cuando una persona se ha sentido injustamente tratada, bien judicialmente o a través de los medios, cuando sale absuelto decide revolverse y emprender acciones judiciales contra los que lo han acusado. ¿Usted ha llegado a planteárselo?

–No. Estaba deseando terminar este calvario como para meterme en otro procedimiento. Los pensamientos que tengo de todo lo que he pasado se los he contado ahora. Se acabó y se acabó. La vida sigue, hay que seguir trabajando y a mirar para adelante.

–¿Su familia cómo lo ha llevado?

–Como ha podido. El apoyo incondicional de mi mujer y mis hijos ha sido muy importante en este proceso. Me ha cogido que mis hijos ya son mayores. Cuando se celebra el juicio mi hijo Álvaro cumple 18 años y mi hija 15. No eran niños pequeños que estuvieran al margen de esta historia, Ellos me han acompañado mucho y mi hija incluso ha llegado a estar en algunas sesiones del juicio. Esa cercanía, ese apoyo lo he sentido. De mis amigos mas cercanos también. Eso es lo que te da fuerzas para seguir adelante.Estoy seguro de que los que peor lo han pasado han sido mis padres. Eso no tiene precio. Es imposible, aunque ahora me querellara contra alguien, que jamás, jamás se pueda eliminar el dolor y sufrimiento que han tenido durante estos años.Luego el hecho de las noticias en prensa he tenido que ir muchas veces a casa de mis padres a avisarles de que mañana en el Diario va a salir esto, en esta radio va a salir lo otro porque los teletipos se anticipan y ya sabes lo que va a venir.

–¿Hay algo que le ha dolido especialmente de lo que hayan dicho de usted?

–No hay nada en concreto, es el goteo. Es sin conocerte de nada ni preguntarte sobre nada empiecen a pedir tu cabeza y eso condiciona a la gente porque te hacen un juicio público. Ese goteo es lo que te desgasta y te entristece.

–¿Consideró lógico que cesara en su día como director general cuando fue imputado?

–En absoluto. De hecho me vi forzado a tomar esa decisión. No fue una decisión que salió de mí porque yo no había hecho nada. La solución que me pareció dentro de lo ilógico de todo, fue un cese temporal de funciones hasta que se aclarara todo. Evidentemente yo no hubiera tomado esa decisión por mí mismo.

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