Rafael Barberi Ruiz acaba de ser reelegido presidente de la Asociación de Vecinos Manuel de Falla-La Laguna, siendo este su quinto mandato. Entró en esta entidad en 1994 como vocal de Medio Ambiente y Limpieza, y accedió al cargo de presidente en 1999. Desde entonces, ha sido reelegido en cada convocatoria de elecciones.

Afirma sentirse muy satisfecho con el trabajo que realiza en la AVV porque desde su posición, "tengo la opción de modificar y mejorar la vida de los vecinos de mi barrio, y eso me llena mucho y me emociona. Aquí trabajamos sin ánimo de lucro, con mucho esfuerzo y quitando muchas horas a la familia, pero mi familia me apoya en esto".

Cuenta que decidió presentar su candidatura por primera vez porque veía "que hacían falta muchos cambios en la asociación de vecinos y en el barrio". Consideraba que la entidad estaba muy politizada y él pensaba que eso no era bueno para el barrio "porque si te enfrentas a las administraciones y no te aproximas a los políticos que están gobernando, eso va en detrimento de los vecinos y del barrio. Creo que la aproximación es la única manera de que la AVV sea ese nexo entre el Ayuntamiento y los vecinos. Nuestro lema era De cara al barrio y por eso siempre hemos estado en la calle, viendo los problemas del barrio para transmitírselos a los dirigentes políticos".

Al poco tiempo de acceder Barberi a la presidencia de la AVV de La Laguna, comenzaron las obras del soterramiento de la vía del tren. "En aquel momento, era muy necesario estar bien relacionados con las administraciones porque el barrio se iba a transformar con esta obra e iba a influir en la vida de los vecinos", señala, añadiendo que consensuaron con el Ayuntamiento mejoras en las calles transversales a la actual avenida Juan Carlos I -por donde antes pasaba la vía del tren-. Así, "hicimos un plan de trabajo para cuatro años y vimos que una de las calles que más necesidad de arreglo tenía era Miramar, que apenas tenía saneamiento y cuando llovía, el agua se metía en las casas; además, entraba en las viviendas las raíces de unos ficus que habían crecido y que también quitaban mucha luz. Otras calles que se arreglaron fueron Santa Clara, Pintor Zuloaga, Pintor Clemente de Torres, Goya, Velázquez y Alonso Cano. Pero lo principal no era la superficie, sino la mejora del saneamiento. Se metieron nuevos cables de fuerza y más presión de agua". También se renovó todo el alumbrado de la barriada, con "cerca de 200 puntos nuevos de luz".

Barberi señala que todavía quedan zonas pendientes de arreglar, como la plaza de César Vallejo y la calle Madraza. "Está hecho el proyecto, pero estamos pendientes de que el nuevo equipo de gobierno lo apruebe", puntualiza. Asimismo, habla de la necesidad de una renovación de los parques y jardines, además de los contenedores, que también precisan una reubicación. Otra necesidad para el barrio, según Rafael Barberi, es "un espacio para atender a la tercera edad".

Una de las labores que realiza la AVV y que a Barberi le produce "una satisfacción muy grande" es poder repartir alimentos a personas necesitadas de La Laguna. "Hace seis años, el Banco de Alimentos nos pidió colaboración y empezamos comprando nosotros alimentos para donárselos. Ahora, gracias a ellos, repartimos lotes de productos a unas 50 familias". Recuerda que, al principio, esos lotes eran muy escasos y la propia asociación compraba productos para que fuesen más completos.

Rafael Barberi cuenta que empezó a trabajar con 15 años y desde entonces no ha parado. Los últimos años estaba en un banco y, cuando le quedaba poco para jubilarse, pensó que no podía quedarse sin hacer nada. Entonces, algún conocido le animó a incorporarse a la AVV y así fue como comenzó a trabajar activamente por su barrio.

Asegura que, desde que es presidente, siempre ha trasladado las peticiones de los vecinos al Ayuntamiento y ha intentado tener un contacto directo con el equipo de gobierno. Reconoce que los nuevos gobernantes son "menos accesibles, pero esperamos conseguir que se den cuenta de que las AAVV somos sus ojos y sus oídos. Si ellos hacen cosas por el barrio, mejorarán la vida de los vecinos y la gente va a estar con ellos; y los vecinos son los que votan. El Ayuntamiento tiene que darse cuenta de la importancia del contacto estrecho con las AAVV. Es una pena que hayan cerrado la comunicación porque es muy importante para nosotros y para los barrios". Así, piensa que "ahora mismo, están ciegos y sordos, pero tenemos paciencia, pienso que se darán cuenta y cambiarán su actitud".

Al preguntarle cómo ve actualmente el movimiento vecinal, afirma que está más unido. "El nuevo equipo de gobierno ha hecho que volvamos a reunirnos y ahora las asociaciones de vecinos somos una piña. Ellos ignoran la fuerza que tenemos las AAVV y si nos apoyan, tienen a medio Cádiz a su favor. Todavía tienen que coger práctica pero nosotros tenemos las puertas abiertas".

Rafael Barberi anuncia que seguramente este será su último mandato, ya que "ahora tengo más responsabilidades en casa". De hecho, piensa ir poco a poco cediendo el paso a su junta directiva para dejar el cargo en manos del vicepresidente, Rafael Sánchez Luna. "Me iré muy tranquilo con los que se quedan y muy satisfecho con los 20 años que llevo trabajando por mi barrio, de las buenas relaciones que tenemos y de haber conseguido la apertura a todo el mundo. Porque la AVV de La Laguna está abierta a todos", concluye.