Finalmente no será replantado. La Junta de Andalucía decidió ayer desistir en su empeño de recuperar el centenario drago, de unos 260 años de antigüedad. Un nuevo y segundo informe elaborado por técnicos de Medio Ambiente ha sido determinante. En dicho informe, remitido ayer tarde por la Delegación del Gobierno de la Junta en Cádiz a los medios de comunicación, se especifica: "Tal y como se preveía en las valoraciones más pesimistas, todas las ramas y yemas terminales se vieron afectadas en la caída y, por lo tanto, no hay continuidad en ningún caso desde el tronco principal hasta las yemas (...). De hecho, hasta las ramas principales están rotas o fracturadas desde su punto de inserción en el tronco, o un par de metros más arriba (...). Por lo tanto, y en definitiva, no hay continuidad en ningún caso desde el cepellón y tronco principal hasta las yemas viables, condición que a tenor de la biología de la especie, y en consonancia con la opinión de los diferentes especialistas consultados, era imprescindible para poder abordar, con un mínimo de garantías de éxito, el trasplante y recuperación del ejemplar".

A esta valoración, la administración andaluza sumó ayer la opinión de expertos canarios en vegetación tropical, que tras examinar fotografías del estado actual de la dañada planta también desaconsejaron -vía telefónica- trasplantarla.

Fue el pasado 30 de marzo cuando se desplomó, y dos días después la delegada territorial de Cultura, Cristina Saucedo, aseguró que era posible recuperarlo y replantarlo. El delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, Fernando López Gil, también apostó por su salvación, e incluso propuso trasplantarlo en la cercana plaza de Mina. No obstante, el pasado lunes los técnicos advirtieron de que se habían encontrado el árbol en peores condiciones de lo que esperaban, y tras ese anuncio el dirigente socialista reconoció el "mal estado" del mismo. Aun así, reiteró que la directriz era "recuperarlo a todas, todas".

Pero finalmente, la directriz se tornó imposible ayer martes, tras valorar la opinión de los expertos en un nuevo informe. "El tronco está muy dañado y los expertos están convencidos de que si se vuelve a plantar, se secará. Se ha realizado un análisis muy detallado del ejemplar y su recuperación parece imposible", precisó.

López Gil lamentó la pérdida de este patrimonio cultural de la ciudad de Cádiz, que cabe recordar está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), y por Decreto 51/2012, de 29 de febrero, fue inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como BIC, como sitio histórico, legado patrimonial de los lugares de las Cortes y la Constitución de 1812. "Es un bien patrimonial que, por desgracia, se ha perdido. He llevado personalmente este tema para intentar sacarlo adelante. He insistido mucho y he presionado para replantarlo, pero los técnicos me han manifestado que es muy difícil salvarlo. A estas alturas -añadió- no tengo muy claro de quiénes son las competencias, pero me había propuesto recuperarlo porque es un árbol que llevo viendo desde pequeño y al que le tengo cierto cariño".

En el primer informe que los técnicos de Medio Ambiente realizaron la pasada semana, se señala lo siguiente: "Si después de los trabajos previos se determina que el daño sufrido en la caída hace que el drago no sea recuperable, se continuará con el tronzado del tronco y las ramas principales y el transporte de restos al vertedero. En este caso, se propone la posibilidad de replantar, en la misma ubicación, alguno de los esquejes o 'hijuelos' recuperados de mejor porte".

No obstante, la intención del delegado del Gobierno es otra. Según compartió ayer con este medio, propondrá al Ayuntamiento de Cádiz ocupar el espacio que deja el drago en el patio de la antigua Escuela de Arte con otro árbol, y no precisamente un drago. "Estamos pensando en un árbol fuerte, con porte y centenario. Un ejemplar que, al igual que el drago, pueda ver el transcurrir de los años en ese espacio del callejón del Tinte. Podría ser un ejemplar con cierto simbolismo para la provincia de Cádiz". Y como ejemplo mencionó el acebuche, conocido también como olivo silvestre.