La descendencia vejeriega del padre de la patria

Al vejeriego Francisco Verdugo Duarte, propietario del hotel El Paso y del restaurante de La Barca de Vejer, le hicieron prometer en la república Dominicana que su hijo se llamaría Juan Pablo y que haría todo lo posible para cambiar el orden de los apellidos. De ahí saldría Juan Pablo Duarte, con la misma sangre pero ocho o nueve generaciones posteriores al que fue padre de la patria dominicana. En aquel viaje de 1983 a la isla caribeña, su mujer María José Estudillo iba embarazada. Si era niña, el nombre que habría que ponerle era el de la madre de Juan Pablo, Rosa de Lima. Finalmente fue niña y los padres tomaron la decisión salomónica y la llamaron María José Rosa de Lima.

El padre de Juan Pablo Duarte, Manuel, era de Vejer y decidió emigrar a la República Dominicana, donde tuvo a Juan Pablo, que se convirtió en el líder de la independencia de este país a mediados del siglo XIX.

Ayer contaba cómo un taxista en Santo Domingo cuando se enteró que era descendiente de Duarte, paró el vehículo, salió del mismo y le dio un gran abrazo. Aunque ya conocía el hecho de la descendencia, la visita años antes de un historiador dominicano que pretendía conocer las raíces de Juan Pablo Duarte, Antonio Frías, fue lo que despertó su interés por la figura de su antepasado. Pero hasta que no fue allí no fue consciente de la importancia del padre de la patria. Aunque iba de turista, acabó en la televisión y haciendo entrevistas como si de una celebridad se tratara.