Coronavirus en Cádiz

La paciencia tenía un límite

  • Los pescadores, contentos por volver a disfrutar de su afición

  • Coinciden en que esperaban más pescados después de dos meses de parón

Un pescador captura una pieza en el paseo de Astilleros.

Un pescador captura una pieza en el paseo de Astilleros. / Jesús Marín

A paciencia no hay quien les gane, pero habían pasado ya dos meses sin practicar su hobby, un relajante que distrae, un antídoto contra el aburrimiento. Los pescadores volvieron a cargar sus equipos el lunes después de que el Gobierno, dentro de las fases de desescalada por la crisis del coronavirus, permitiese la pesca deportiva. Y barandales y balaustradas de la capital se llenaron de cañas. No lo hacen para subsistir, Ni siquiera por deporte. Pero coinciden en que el litoral está “igual de quemado” que estaba. Nada de regeneración de especies y crecimiento de tamaños con dos meses sin pesca. No pasa nada, lo importante es retomar la afición.

Fernando Traversi estuvo el lunes en el paseo de Astilleros y este martes en la Alameda, donde fue “buscando la sombra”. Antes de reiniciar este entretenimiento llamó a la Comandancia de la Guardia Civil porque entendían los pescadores en sus foros que no quedaba claro el horario. “Finalmente me dijeron que podíamos pescar a cualquier hora y todo el tiempo, mientras que mantengamos las distancias de seguridad y desinfectemos el material”, explicaba.

A falta de cebos vivos, los pescadores tienen que improvisar ‘carná’ casera

Una vez lanzados los aparejos, Fernando admitía que “creíamos que habría más pescado por aquello de que en dos meses no ha habido pesca y han tenido tiempo para reproducirse y para crecer. Además, en estos dos meses de confinamiento se veían por las redes sociales videos con grandes bancos de pescado por estas costas, pero la realidad es que todo está como antes. Parece que los peces siguen confinados”. “Se esperaba más pesca. Mojarras y lisas, poco más”, decía Juan Rico, un cordobés que lleva poco tiempo en Cádiz, en el paseo de Astilleros. Muy cerca, soportando el fuerte calor, Diego Cornejo comentaba que había estado el lunes en Santa María del Mar. “Parece que el pescado no se ha reproducido”, añadía mientras, precisamente, sacaba del mar una mojarra. “Este sitio no es bueno para caña del país. Se cogen lisas, que antes decían que comía mucha porquería, pero ya menos. Si las limpias bien los filetes están buenos”, argumentaba.Otro asunto importante en estos dos primeros días de pesca ha sido la ausencia de carná. “Como tampoco han dejado mariscar, hay poco cebo. Yo he tirado de algo económico como la masa, con harina, agua y desperdicios de pescado. Fui a comprar a un congelado chipirones y se habían acabado. Los pescadores han arrasado”, exponía Traversi. También con masa, de gambas o queso, “productiva y económica”, pescaba Diego Cornejo. Juan Rico, por su parte, probaba con gambones.

A pesar de las trabas, estos pescadores respiran tranquilos desde el lunes. “Me da igual que haya poca pesca porque tenía muchas ganas. Practico la pesca desde pequeño y basta con que no estuviese permitido para que tuviese más ganas. Pero, eso sí, hemos perdido una época muy bonita de primavera”, confesaba Traversi. “Tenía muchísimas ganas por culpa del aburrimiento. Esto me distrae mucho, me despeja”, apuntaba Juan Rico. “Lo hago más bien para quitarme el aburrimiento”, afirmaba Cornejo. Al lado, su mujer, que llegaba para saludarle, echaba el ojo a las mojarras y hacía los planes del almuerzo. “A él le gustan fritas, pero yo me las voy a hacer a la plancha y con ensalada”, concluía.

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