Desde la organización de la Gran Regata Colón 92, el muelle de Cádiz se ha convertido en uno de los espacios urbanos predilectos para la celebración de eventos multitudinarios.

Lejanas ya las épocas de los conciertos en el viejo Carranza, en la Telegrafía sin Hilos aún sin urbanizar, en la arena de la playa o en el castillo de San Sebastián, el  muelle Ciudad ha quedado como el único referente espacial para la celebración de conciertos, además de lugar para regatas (en este caso, por lógica). Atrás quedó el proyecto de construir en los terrenos de Navalips, junto a la Zona Franca, de un Centro Multiusos, preparado para estas actividades.

La presencia de miles de personas en este tipo de actos celebrados al aire libre, con un gran escenario y música a todo volumen en algunas ocasiones hasta bien entrada la madrugada, ha provocado más de una queja ciudadana entre quienes viven en los edificios más cercanos al puerto por el ruido soportado.

Es éste uno de los problemas que conviven en una ciudad donde el turismo cada vez tiene más fuerza, y en la que no hay, hoy, espacio para la celebración de estos eventos como sí ocurre en ciudades cercanas como San Fernando, El Puerto o Chiclana.

Aquí entra en conflicto la necesidad de compatibilizar espacios con la vida, y sobre todo el descanso, de los vecinos. Pasa en el Carnaval, la Semana Santa o el uso de plazas como Catedral y San Antonio como lugares para diversas actividades de ocio. Muchos asumen que, siendo molesto el ruido, se limita a unas cuantas jornadas del verano.

La intención de la Autoridad Portuaria es comenzar el proceso de adjudicación de la remodelación del muelle Ciudad una vez concluida otro evento, la Sail GP. Se espera así que a lo largo de 2024 la zona ya esté en obras de cara a una profunda transformación y, sobre todo, de cara a dar el primer paso en el proceso de la integración muelle-ciudad.

El proyecto de la APBC, que su presidenta Teófila Martínez, dio a conocer en toda su extensión la semana pasada, elimina la gran explanada en la que se convierte hoy el muelle ciudad y permite la celebración de conciertos, creando una gran paseo peatonal, con zonas de arboleda, locales destinados a la hostelería, juegos infantiles, junto a un renovado carril bici y una plataforma reservada para el futuro tranvía.

De esta forma, la ciudad gana en espacio urbano bien reordenado, pero elimina el recinto en el que se transformaba para conciertos.

El Plan del Puerto de Cádiz, que la Junta aún tiene pendiente de aprobar, incluye una radical reforma de la terminal Reina Sofía, una vez que los contenedores se trasladen al nuevo muelle.

El proyecto portuaria transforma este inmenso espacio en una área para actividades comerciales, hostelería, industria limpia relacionada con la náutica, zonas verdes, aparcamientos y la construcción de una gran plaza abierta. Será en este recinto, cuya superficie aún no se ha especificado pendiente del diseño definitivo de esta operación, donde podrán celebrarse los conciertos y otras actividades al aire libre. Con ello, se liberará al reformado muelle Ciudad de este uso y alejará unos cientos de metro la música y la fiesta del centro urbano. Cádiz podrá mantener esta necesaria oferta lúdica a la vez que reducirá la contaminación sonora.