Colegios e institutos del centro de Cádiz aprueban con sobresaliente el simulacro de tsunami

2.539 alumnos de los nueve centros educativos participantes se concentraron en las plazas de San Antonio y Mina llegando de forma ordenada y con mucho bullicio

Una niña llevó el estandarte de la Virgen de la Palma al simulacro de tsunami en Cádiz

Una pequeña porta el estandarte de la Virgen de la Palma en la plaza de San Antonio.
Una pequeña porta el estandarte de la Virgen de la Palma en la plaza de San Antonio. / Lourdes de Vicente

A las 10.14 horas de este jueves sonaba la alerta del simulacro de tsunami en todos los móviles de los gaditanos y a las 10.26 llegaban los primeros alumnos evacuados a la plaza de San Antonio. Pertenecían al instituto La Salle Viña y entraban de manera ordenada al punto de encuentro en el que se darían cita además los estudiantes del CEIP Santa Teresa, CEIP Josefina Pascual, CEIP San Rafael, IES La Caleta y CDP Juan Pablo II-María Milagrosa. A las 10.32 horas aún seguían llegando menores que se iban poniendo en fila en el lugar asignado para sus centros.

En la plaza de Mina, lugar escogido para los centros CEIP Celestino Mutis, CDP Nuestra Señora del Carmen e IES Cornelio Balbo, la llegada de niños y jóvenes fue un poco más lenta que en el escenario antes citado. Igualmente en este enclave, los alumnos iban tomando posiciones: los de Carmelitas delante del Museo, los estudiantes de Celestino Mutis en el centro de la plaza y los del instituto Cornelio Balbo, los más numerosos, en el lateral opuesto al Museo. En total, han sido 2.539 los alumnos llamados a seguir este simulacro.

La denominada evacuación horizontal, con seis centros educativos en San Antonio y tres en Mina, se realizó según el Consejero de Presidencia e Interior de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, en un tiempo récord de 9 minutos. "La evacuación horizontal es trasladar a los centros educativos que estén en zonas con riesgo de inundabilidad muy alto a zonas de concentración seguras. Han llegado los chicos y chicas a sus lugares asignados y se han desalojado y evacuado esos centros en tiempo récord, de forma ordenada, sin carreras ni imprudencias", destacó. Sanz detalló que tanto en Mina como en San Antonio se les daría atención "pero sobre todo refugio" y adelantó que al final del simulacro se les entregarían a los menores unas medallas de recuerdo y como símbolo "de concienciación".

El alcalde de Cádiz, Bruno García, estuvo también supervisando el dispositivo en la plaza de San Antonio y enfatizó en la idea de que "lo más importante es la autoprotección y, por lo tanto, cada ciudadano, cada persona, debe conocer cómo actuar, cómo evacuarse y cómo tiene que comportarse ante un riesgo de maremoto que como saben existe y a lo largo de la historia se ha demostrado. Nuestra obligación es responder a ese riesgo con responsabilidad, prevención y seguridad".

Alumnos de las Carmelitas cuando se dirigían de vuelta al centro desde la plaza Mina.
Alumnos de las Carmelitas cuando se dirigían de vuelta al centro desde la plaza Mina. / Lourdes de Vicente

Tanto la plaza de Mina como San Antonio se convirtieron en la mañana de este jueves en un bullicio de voces, gritos y algo de nerviosismo ante esta situación novedosa. Los más pequeños quizá algo más aburridos y sin entender del todo qué hacían allí, los mayores disfrutando de ese tiempo libre extra. Dos de estos alumnos eran Jesús y Enrique Fuentes, del IES Cornelio Balbo. Jesús comentaba que una vez que sonó la alarma a las 10.14 horas, "hemos ido andando desde el instituto hacia la plaza de España y luego hemos subido hasta Mina. Hemos ido tranquilos porque sabíamos que no era real, pero yo creo que si de verdad pasara, no seguiría las normas. Saldría corriendo". Una idea compartida por su hermano Enrique, quien añadía que "los profes dicen que hay que mantener la calma, pero es que te estás jugando la vida. Es que hay una ola que te va a coger, te va a enrrollar y te va a matar. No hay forma de mantener la calma. Y dicen de ir lento, no, yo no, yo salgo corriendo. A ver, yo intentaría no hacer daño a nadie, pero eso de mantener la calma es un poco estúpido", confesaba.

Daniela Benítez, del instituto La Salle Viña, era algo menos catastrofista y pensaba que el simulacro "puede servir para algo y está bien por si pasa algo en el futuro". Contaba esta alumna que la salida del centro fue ordenada, por grupos y siguiendo las indicaciones dadas por los profesores.

Buena nota ponía el director del IES Cornelio Balbo, José Manuel Enríquez de Salamanca, al simulacro realizado por los estudiantes, los profesores y el personal de su instituto. "Estamos bastante satisfechos con el resultado, ha ido bastante bien. Se han vuelto a detectar un par de cosillas que hay que pulir pero el objetivo principal, que es evacuar al centro por completo, prácticamente mil personas, se ha conseguido en unos 20 minutos". Este centro repetía experiencia ya que participaron en otro simulacro en el año 2023, "con lo cual nos sirve para seguir mentalizando a toda la comunidad educativa de la importancia de actuar bien, rápido y con calma en este tipo de situaciones". Considera que el alumnado "se ha portado muy bien. Yo diría que ha evacuado excepcionalmente y con las directrices recibidas: en orden, en fila india, en relativo silencio, siguiendo la ruta y facilitando bastante el trabajo al profesorado. Los alumnos han demostrado compromiso y seriedad".

En similares términos se expresaba Elvira Sánchez, directora del CEIP Celestino Mutis, quien resaltaba que el camino desde la plaza de España hasta Mina fue fácil para los estudiantes del centro "porque el tráfico estaba cortado y todo estaba señalizado, además que los alumnos se han portado muy bien y todo ha salido como se esperaba". En este colegio los niños más mayores llevaban de la mano a los más pequeños del centro, una fórmula compartida también por el CEIP San Rafael. Isabel Cortés, profesora de Infantil de este colegio, afirmaba que los niños de cuarto de Primaria acompañaban a los alumnos de tercero de Infantil, los de quinto a los de segundo y los de sexto a los más pequeños para seguir la ruta. "Todo ha ido bien, solo que al llegar nos han cambiado el lugar asignado, pero no pasa nada porque son obstáculos que te puedes encontrar en la vida real y lo hemos solventado".

A pesar de su edad, esta docente cuenta que "los niños han entendido bien la situación, yo les he hablado durante la semana un poquito, aunque no les quería poner muy nerviosos, pero ayer les hice algunas preguntas sobre el simulacro y lo entendieron bien: que la alerta llegaría al móvil, que tenían que coger la mochila y esperar a los niños mayores y que había que salir sin correr ni gritar. Les expliqué que íbamos a jugar a que venía una ola, pero que se quedaran tranquilos porque en realidad no iba a venir".

Tras casi una hora en ambos escenarios, los niños y niñas empezaron a abandonarlos y volver a sus centros. Los primeros, de nuevo, los alumnos de La Salle Viña, y los últimos en Mina, los estudiantes del IES Cornelio Balbo. Una vez concluido el simulacro, había que poner nota a este examen que, sin duda, todos pasaron con sobresaliente.

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