Cádiz

La ciudad ya sufre el parón del puente

  • La paralización de los trabajos en la rotonda de acceso a la ciudad deja cortada al tráfico y a los peatones la comunicación entre la Barriada y Astilleros, con las consiguientes molestias

Hasta ahora, los retrasos o parones que venía sufriendo la obra del segundo puente no tenía una incidencia directa en la ciudad. Podía provocar más o menos indignación o resignación entre los ciudadanos, el cruce de acusaciones entre los grupos políticos, o la indiferencia absoluta. Pero de ahí no pasaba. A fin de cuentas, el espectacular equipamiento iba levantándose sobre el agua y la ciudad se conformaba con ver su avance con los pies en la tierra. Pero el escenario de la obra ha cambiado. Y el último parón que sufre sí afecta ya de lleno a la ciudad. La paralización de los trabajos que comenzaron el pasado mes de julio en la rotonda a la que dará acceso el nuevo puente está afectando de lleno a los vecinos tanto de la Barriada como de Astilleros, que ven cómo los cinco meses inicialmente previstos para construir la nueva rotonda se van a alargar, sin saber por ahora cuánto.

A principios de julio, el tráfico quedó cortado desde la Avenida de Las Cortes (a la altura del centro comercial Bahía de Cádiz) hasta la Avenida de la Bahía (en la calle Rafael Picardo O'Leary), además de en la Avenida de Huelva o en la calle América. Esto implica, por ejemplo, que el quinto acceso al centro de la ciudad quedaba radicalmente cortado, obligando a los vehículos a tomar un desvío para seguir por un camino que antes era directo (Avenida de la Bahía, Avenida de Las Cortes y Carretera Industrial). De igual manera, no permite tomar la avenida de Las Cortes en dirección salida, por lo que un vecino de Astilleros que quiera ir, por ejemplo, a Puntales no puede tomar ya la Avenida de la Bahía como antes, sino que tiene que ir en dirección a Cádiz hasta la rotonda del parque de Bomberos, para buscar luego la rotonda de San Severiano y seguir por la Juan Carlos I o dirigirse hacia la Avenida del Guadalquivir. Un galimatías, en definitiva.

El peatón también se ve afectado por estos trabajos, ya que los paseos de la Avenida de la Bahía y de Astilleros, que antes se unían aunque de forma provisional por la zona de obras del puente, quedaron cortados por completo.

Para permitir una obra del calado del segundo puente, con todo lo que conllevará para la ciudad, todas estas incidencias eran comprendidas por los afectados. Pero las valoraciones han variado a raíz de la paralización de los trabajos. "Una molestia de obra es normal. Pero no hay derecho a que a sabiendas de que esto iba a pasar se haya hecho", critica el presidente de la asociación de vecinos de Astilleros, Luis Arenal, en relación al estado actual de la rotonda, que impide plantear la posibilidad de recuperar el tráfico hasta que Gobierno y Dragados consigan retomar los trabajos en la rotonda.

El portavoz vecinal de Astilleros sostiene que el Ayuntamiento era consciente de que se produciría una paralización así. "Si hubiera ocurrido un imprevisto que provocara un retraso o algo, pues nada; pero es que se sabía que iba a pasar", afirma Arenal, que insiste al respecto señalando que el Ayuntamiento "sabía que el proyecto elegido no tenía nada que ver con lo anterior, por lo que sería necesario hacer cambios".

Por tanto, defiende Luis Arenal que la obra de la rotonda, con el correspondiente eliminación del paso de vehículos y peatones por toda esa zona "se debía haber hecho cuando estuviera todo atado". Precisamente, en este punto coincide plenamente la representante de los vecinos de La Barriada de La Paz, Manuela Molina, que lamenta la "improvisación" del Ayuntamiento en sus actuaciones enla ciudad. "No se planifican las cosas, y una obra así debería afectar lo menos posible a los vecinos", añadía la presidenta de la asociación de vecinos Bahía Gaditana.

En la Barriada, dos son los principales problemas que padecen los vecinos (además del corte de tráfico). El primero es la imposibilidad de continuar por el paseo de la Avenida de la Bahía, junto al mar, hasta Astilleros. "Muchas personas hacían ese recorrido todos los días", indica al respecto Molina. El segundo guarda relación con el apartado comercial. "Aquí no hay muchos comercios, y ahora hay que dar un gran rodeo para llegar a esa otra zona y hacer las compras", explica la portavoz vecinal, que concluye que los residentes en la Barriada están "muy fastidiados" con el estado actual del entronque de las avenidas de la Bahía, Las Cortes y Huelva.

El comercio es, precisamente, otra de las víctimas del parón de las obras en la rotonda. Los locales -los pocos que quedan abiertos- de la Avenida de Las Cortes y también de los alrededores están notando un descenso en la afluencia de clientes a raíz del corte al tráfico de la rotonda y del vallado de todo el entorno. Esta zona ha dejado de ser un lugar de paso, lo que hace que tenga que existir una clara intención de ir a comprar a esas determinadas firmas.

En relación al comercio, el presidente de la asociación de vecinos de Astilleros ya adelanta que el parón de las obras y el vallado de todo el perímetro de la futura rotonda traerá consecuencias bastante negativas en la próxima campaña de Navidad. "La Navidad aquí, con el centro comercial, es bestial. No queremos ni pensar la que se puede liar este año", afirma Luis Arenal, que recuerda que el acceso al centro comercial Bahía de Cádiz será más complicado ante la situación de la Avenida de Huelva, que antes servía como vía alternativa a los vehículos cuando el estacionamiento del centro comercial estaba densamente ocupado.

"Nos han aislado por completo", es la conclusión a la que llegue Luis Arenal. Un aislamiento que se concibió para cinco meses pero que, por el momento, no se sabe cuándo tendrá fin.

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