El casco antiguo retrocede a 1700
Intramuros sigue perdiendo población Su rehabilitación ha mejorado la calidad de vida de sus vecinos pero no atrae a nueva población Hace 300 años tenía los mismos habitantes
El casco antiguo tenía el 1 de enero de 2013 un total de 37.423 vecinos. La cifra no solo confirmaba el imparable descenso de población que sufre intramuros desde hace una veintena de años sino que se sitúa como la más baja en los últimos 300 años. Lejos quedan los años en los que los límites de la capital se circunscribían a los de la muralla acogiendo en su interior a más de 60 o 70 mil vecinos, como se recogía en los censos de 1787 (con 71.080) o en el de 1990 (69.382). Antes, también, el número de vecinos era superior. Así en 1700 eran más de 41.000 los residentes en el casco urbano. Incluso en los años de mayor crisis de la ciudad la población fue ostensiblemente superior a la actual, como en 1842, cuando estaban censados 53.922 ciudadanos. Por estos años la población en extramuros era muy limitada, de apenas unos cientos de personas, hasta que entrado el siglo XX comenzaron a poblarse algunos barrios con mayor fuerza.
La última cifra se refleja en el estudio estadístico que acaba de publicar el Ayuntamiento en su página web y hace referencia al último padrón de la ciudad conocido, cerrado a 1 de enero de 2013, con 122.990 habitantes en todo el término urbano. Lo cierto es que a pesar del considerable descenso de la población en intramuros, la densidad de habitantes sigue siendo extraordinariamente elevada pues estos 37.000 vecinos residen en poco más de un kilómetro de suelo. Una densidad similar a la de Mónaco y una de las más elevadas en todo el mundo.
Este récord a la baja coincide con la celebración del décimo quince aniversario del decreto de la Junta que puso en marcha la Oficina de Rehabilitación del Casco Antiguo, un proyecto histórico y único que hasta la llegada de la crisis había permitido la rehabilitación de miles de viviendas con una inversión, pública y privada, de más de 150 millones de euros.
El proyecto, hoy casi paralizado por la falta de recursos desde la administración regional, se puso en marcha cuando en el Casco Antiguo residían 44.000 personas. Que en estos quince años se hayan perdido 8.000 residentes no significa el fracaso del mismo. Todo lo contrario, por cuanto ha mejorado de forma sustancial la calidad de vida de familias que hasta hace no mucho vivían hacinadas y en condiciones infrahumanas. Si antes era la imagen habitual, hoy lo llamativo es encontrar una infravivienda, que en todo caso aún persisten en determinados barrios. La reforma integral del casco, acompañada por actuaciones municipales de mejora en la trama urbana, de ampliación de los equipamientos y de refuerzo en las comunicaciones, favoreció también a mediados de la pasada década el retorno al casco de familias de clases medias que se habían marchado años antes. Todo ello, sin embargo, se ha parado por la crisis económica.
La última cifra oficial aporta otros datos de interés. Por ejemplo, se baja de los 4.000 habitantes por primer vez la población en el distrito 7, formado por los barrios de Santa María, Pópulo y la Merced, tres de los más afectados por el Plan de Rehabilitación, la eliminación de la infravivienda, y la reforma integral, en el segundo de ellos, lograda gracias al Plan Urban. En los últimos siete años estos barrios han perdido cerca de 200 vecinos. Más acusado ha sido el descenso en los barrios de La Viña y El Mentidero, pues entre ambos han perdido, en este mismo periodo de tiempo, más de 1.100 habitantes. En cuanto a extramuros, el 1 de enero de 2013 contaba con 85.567 vecinos, el mismo número de habitantes de la ciudad en 1940.
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