Calle Solano de Cádiz, 'nido' de suciedad de palomas
El problema principal reside en que una de las vecinas no cesa en su costumbre de alimentar a diario a estas aves
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Suciedad, incomodidad y una alta frecuencia de percances que provocan que más de un viandante de camino al trabajo haya tenido que volver a casa a cambiarse son algunos de los problemas causados por las palomas con las que conviven diariamente los vecinos de calle Solano de Cádiz. “Bueno, por las palomas no, por una vecina que no para de alimentarlas”.
Así de contudentes se expresan varios de los inquilinos, propietarios y trabajadores de la zona que no tienen “duda” de que la sobrepoblación de estas aves que alteran la imagen y la salubridad de la calle, sobre todo en su tramo más cercano al barrio del Balón, se debe a la costumbre “diaria” de dar de comer a las palomas que mantiene una mujer que vive en esta vía.
Una calle donde, además de casas particulares, se levantan algunos negocios de hostelería, de farmacia y hasta un centro sanitario, pues el hospital de San Rafael tiene una de las fachadas en esta misma vía, con ventanas de habitaciones para hospitalizaciones, consultas externas y hasta la morgue en su planta baja. Una fachada con salientes que las palomas han tomado como suyas hasta llegar, incluso, a anidar en algunas épocas del año, con las consiguientes molestias para pacientes, personal y viandantes de un tramo de calle que tiene siempre mucha afluencia circulatoria.
Un trajín mañanero que nos ayuda a recabar información y dilucidar, pues todos coinciden en señalar hacia la misma dirección, dónde está el problema. Es más, alguno incluso hasta apoya su reivindicación mostrando gracaciones de la vecina en pleno servicio a sus alados comensales. Eso sí, ninguno quiere dar su nombre y guardan la prudencia de no difundir el vídeo. En parte, por responsabiliad, en parte, por los enfrentamientos que se han producido “en más de una ocasión” con la señora aludida.
“Será casualidad o no, pero una vez le afeé lo que estaba haciendo, le dije que parara porque mira cómo estaba la calle, y al otro día me encontré mi casapuerta llena de defecaciones”, cuenta una de las personas que vive en Solano. “Se le dice, cuando la vemos se le dice, pero ella te contesta y encima te suelta una fresca”, cuentan otros habitantes de la zona.
Vecinos, todos, que coinciden en un mismo relato: “Entre las siete y las ocho de la mañana, normalmente, la mujer sale a la calle y empieza a alimentar a las palomas. Al principio sólo era alpiste, pero ya se ha ido animando y le llega a echar hasta un paquete enero de pan de molde”.
A la llamada del festín, “cada vez acuden más palomas”, que ya “se quedan todo el día ahí, en la fachada del hospital, y ya todo es porquería y suciedad”, relatan.
Además del reclamo a este periódico, estos hechos ya se han denunciado ante la Policía Local y también “se tiene conocimiento en el Ayuntamiento”, pero “no han hecho nada”.
Por ello, los vecinos piden que el cuerpo de seguridad del municipio venga “a llamar al orden a esta mujer” y poder resolver la situación, además de pedir al Ayuntamiento “una especial atención a la limpieza y mantenimiento de la calle”.
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