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Comercio

La calle Ancha de Cádiz, una vía en proceso de reconversión

  • La próxima apertura de un centro de estética ofrece un servicio diferente en una zona en donde el comercio pierde peso y la hostelería se hace fuerte

La calle Ancha de Cádiz.

La calle Ancha de Cádiz. / Julio González

La calle Ancha era hace unos años la principal vía comercial de Cádiz. Espaciosa y cómoda para pasear, era el epicentro de la ciudad, sirviendo a modo de distribución entre la zona centro y la plaza de San Antonio, además de cruzar por ella la calle Sagasta, uno de los principales ejes vertebradores del casco histórico al unir el Campo del Sur con el callejón del Tinte, desembocando en las plazas de Mina y San Antonio. 

Ya queda muy atrás el influjo que tenía en el comercio del centro los grandes almacenes de Galerías Preciados, en donde actualmente se sitúan unas dependencias de la Universidad de Cádiz. Pero este establecimiento cerró en 1995, por lo que el ámbito de influencia de las grandes marcas se desplazó a la calle Columela, aunque esta vía también se encuentra en la actualidad en horas bajas por el cierre de todas las tiendas de la compañía Inditex y Springfield. 

Con todo, la calle Ancha sigue con particular proceso de reconversión. Una revolución en la que principalmente está cogiendo peso la hostelería, en detrimento de un comercio variopinto, pero sin marcas fuertes atractivas que sirvan de imán tanto para los clientes como para nuevas ideas de negocio que podrían aprovechar esta influencia. 

La última de las novedades en esta vía del centro de Cádiz es la próxima apertura de un centro de estética en el lugar que ocupaba anteriormente Imaginarium. Esta tienda de juguetes, icónica para toda una generación por su puerta exclusiva para los más pequeños del hogar, cerró en febrero de 2021 debido a la decisión de esta empresa de cesar la actividad física de casi todas sus tiendas, quedándose con tan solo dos. 

La apertura de un centro de estética en la calle Ancha ofrece un nuevo servicio diferente a los actuales, solo teniendo algún parecido un salón de uñas de origen asiático. 

Anteriormente, en diciembre del pasado año abrió en la esquina con la calle Sagasta La Dulcería de La Rondeña, una tienda de venta de dulces artesanales de la conocidísima firma sanluqueña. 

En el lado contrario, hace unas semanas cerró la tienda de golosinas La Barraca, una firma gaditana de amplia implantación en la ciudad, pero que ha decidido clausurar esta tienda. De fondo, está el problema de los precios de los alquileres en esta vía, considerada de primera categoría, lo que provoca que en muchas ocasiones los negocios no terminen de arraigar.

Actualmente, la calle Ancha cuenta actualmente con ocho locales vacíos, algunos de ellos de un tamaño considerable. Así, en su enlace con Novena, hace más de un año que cerró el establecimiento de moda Lluch. Bastante tiempo más hace que hiciera lo propio Orange junto a la iglesia de San Pablo. Por su parte, Alfa, otro clásico, se trasladó a la cercana calle Columela. 

En el tramo entre Sagasta y San José, también han caído La Barraca, la tienda de artículos de casa y jardín Full House, Sandro Ferrone, Almacenes El Siglo y Milenium. Asimismo, el bazar El Séneca también anuncia con un cartel su traspaso por una próxima jubilación. 

Como marcas, para entender el rumbo de la calle, en los últimos años han desaparecido firmas como Movistar, Orange, Bimba y Lola, Imaginarium y Caramelo, entre otras. Sin embargo, los reemplazos han llegado desde el ámbito de lo local o la hostelería. 

El cambio del paradigma en la calle Ancha se ve en que las principales aperturas se han producido desde el mundo de la hostelería. De los históricos de este sector, solo permanecen el Bar Liba y la Heladería Los Italianos. Poco a poco, se han ido sumando establecimientos especializados en servir desayunos y meriendas como Granier, La Lectora, Café&Té y La Tertulia, una oferta que se complementa con restaurantes como La Marmita y Recreo Chico. Además, Los Italianos cuentan con la competencia de Verde Pistacchio. Y dentro de la globalización, una de las últimas propuestas que llegó a esta vía fue el establecimiento de comida hawaiana Mahalo Poké, igual que Kürtos, en donde se venden unas tortas rellenas de origen húngaro. Asimismo, hace unos meses abrió entre San José y San Antonio una tienda de bebidas de origen taiwanés llamada Bubble Tai. 

Dentro del proceso de cambio, una de las variaciones más llamativa ha sido la instalación de dos supermercados de las marcas Carrefour Express y Covirán en la calle Ancha, algo insólito hasta esas dos aperturas. 

En cuanto al comercio, no sigue una línea predefinida, con propuestas tan variopintas como la moda, los complementos del hogar, una lavandería, la librería Quorum, una copistería o los accesorios telefónicos. 

Para completar la fotografía de una calle en reconversión, falta que se culminen dos obras que actualmente se encuentran en marcha para dar más vida a esta calle. Por un lado, está el traslado al antiguo Rectorado de la Fundación Municipal de Cultura y las delegaciones de Cultura y Fiestas, actualmente situadas en el ECCO. Esta mudanza se debe al acuerdo con la Universidad de Cádiz que supuso el intercambio del Centro Cultural Reina Sofía para llevar a estas dependencias el Rectorado y la pérgola de Santa Bárbara, y una compensación económica que servirá para terminar el Teatro del Parque. 

Por el otro, se están construyendo viviendas en el número 19, lugar en donde vivió Manuel de Falla. Un edificio que suma este atractivo al de poder vivir en la principal vía del casco antiguo. Una calle Ancha diferente a la de hace unas décadas y que sigue su proceso para reencontrarse y volver a ser el epicentro neurálgico de la ciudad. 

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