Cádiz activa la licitación de una tercera terminal de cruceros que se ubicará en el muelle Reina Sofía
El pliego fija 60.000 metros cuadrados de superficie en tierra, 400 metros de atraque y una concesión de 35 años para construir y explotar la nueva infraestructura
El pliego fija dos fases de obra, con un máximo de 18 y 36 meses respectivamente
La tercera terminal de cruceristas de Cádiz tiene ya varios novios
La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) ha puesto en marcha el proceso definitivo para dotar al puerto de una tercera terminal de cruceristas, una actuación largamente prevista en el planeamiento y que ahora se materializa con la publicación del concurso para la construcción y explotación de la nueva infraestructura en el muelle Reina Sofía. El expediente, que incluye bases administrativas, prescripciones técnicas y un anejo con la delimitación exacta de superficies, marca una hoja de ruta clara para la ampliación de la capacidad de un puerto que en la última década ha ido consolidando su posición en el mapa de escalas del Atlántico europeo.
El Plan Especial de Ordenación del Puerto de Cádiz ya contemplaba, tal y como ya publicó este periódico en febrero de hace un año, la construcción de una tercera terminal para cruceristas, además de las dos existentes.
Las dos existentes a día de hoy son la ubicada en el muelle Alfonso XIII que sería la terminal principal y otra satélite situada en el Muelle Ciudad que es la que vienen utilizando aquellos buques turísticos que atracan en esta zona de la U que forma la dársena comercial del puerto de Cádiz.
El enlace vial y peatonal hacia esta nueva terminal es parte del pliego, de modo que el adjudicatario deberá resolver la conexión con el entorno urbano. Esto añade complejidad y puede condicionar los plazos.
Aunque la nueva terminal está prevista en el muelle Reina Sofía, la liberación de este muelle queda a expensas del traslado de contenedores hasta la nueva terminal construida con terreno ganado al mar así como de la reorganización del puerto, lo que genera de manera inevitable una dependencia absoluta entre ambos proyectios.
A diferencia de anteriores referencias normativas o planteamientos estratégicos que aparecían en el Plan Especial de Ordenación del Puerto de Cádiz, esta licitación incorpora ya cifras concretas y un marco jurídico cerrado. El área puesta a concurso abarca 60.215 metros cuadrados en superficie terrestre y 20.000 metros cuadrados de lámina de agua, a los que se suma un atraque de aproximadamente 400 metros lineales. El futuro adjudicatario deberá construir la nueva terminal de pasajeros, urbanizar la zona complementaria y asumir la operación del servicio portuario al pasaje, en un régimen que garantiza el uso por parte de terceros operadores.
El pliego establece un plazo concesional de 35 años, prorrogable en función de las inversiones adicionales que el operador disponga sobre la propuesta base. En cuanto a la ejecución, se prevé un desarrollo por fases: la primera no podrá superar los 18 meses desde la puesta a disposición del terreno y la segunda deberá completarse en un máximo de 36 meses. Esta fórmula busca permitir que la infraestructura eche a andar mientras se ejecutan elementos complementarios, integrando paulatinamente la terminal en la operativa habitual del puerto.
Uno de los puntos centrales del documento reside en la integración urbana de la infraestructura. La actuación se enclava en los lotes 11 y 12 y la zona Z11 del Plan Especial del Puerto, según recuerda la propia APBC este martes en una nota, un espacio que la APBC concibe como pieza relevante del proceso de apertura del frente marítimo hacia la ciudad. El adjudicatario tendrá que resolver los accesos viarios y peatonales, incorporar zonas verdes y espacios de interacción puerto-ciudad y garantizar la coherencia visual con el perfil histórico de Cádiz. Esta dimensión urbanística se convierte en un condicionante clave en la definición arquitectónica y paisajística de la futura terminal.
En materia operativa, la licitación recoge requisitos técnicos orientados a elevar el estándar de servicio. La terminal deberá disponer de sistemas de embarque y desembarque, salas de preembarque, controles de seguridad y capacidad para suministrar electricidad a buques, una exigencia cada vez más extendida en los puertos europeos para reducir emisiones durante la estancia en muelle y que ya, para esas fechas se habrá convertido en un servicio más que consolidado en todo el puerto gaditano, algo que servirá como ejemplo para otros muchos puertos que aún no contemplan la electrificación de sus puertos (sistema OPS). También se contempla una zona comercial complementaria, concebida para diversificar usos y reforzar la experiencia de los pasajeros, sin que ello afecte a las necesidades logísticas del tráfico de cruceros.
El concurso abre así un periodo decisivo para el futuro del puerto. La tercera terminal ampliará la capacidad de recepción de buques, aumentará la flexibilidad en la programación de escalas y consolidará el papel de Cádiz como puerto de referencia en el sur de Europa. Su desarrollo vendrá marcado por la solvencia técnica de las ofertas y por la capacidad de los licitadores para articular una infraestructura capaz de responder a las exigencias del sector. La ejecución, sujeta aún a plazos administrativos y autorizaciones sectoriales, marcará el calendario más allá de esta primera fase de licitación, pero la decisión de la APBC de activar el proyecto sitúa a Cádiz ante uno de sus hitos portuarios más relevantes de los últimos años.
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