Ballet Joven de Cádiz, la semilla de una futura compañía
Este nuevo grupo de danza, nacido el pasado verano, aspira a convertirse en una formación profesional dedicada al baile clásico en la capital gaditana
Entrevista con la bailarina gaditana Maribel Gallardo
La experiencia demuestra que, salvo excepciones contadas, el comienzo es la parte más complicada de cualquier proyecto. Y más si la iniciativa es artística. Pero también es evidente que la complejidad de los primeros momentos, marcada sobre todo por los trámites burocráticos, la búsqueda de financiación y la indispensable necesidad de darse a conocer, suele ser vencida por las ganas y la constancia, por el trabajo firme y continuo que nace de la ilusión pero, también, del convencimiento de que el proyecto iniciado merece la pena. Es lo que precisamente sucede con el Ballet Joven de Cádiz, una nueva formación surgida este mismo verano y que trata de dar sus primeros pasos con el claro objetivo final de convertirse con el tiempo, cuando germine la actual semilla, en una asentada compañía de danza clásica en la capital gaditana.
Un proyecto joven, por tanto, que sin embargo se asienta en personas experimentadas en el mundo del baile clásico, que son quienes relatan los detalles de la iniciativa con la frescura y la ilusión de cualquier grupo recién nacido. Se trata de Carmen Tejeda, presidenta de la Asociación Artística y Cultural Ballet Joven de Cádiz; Miguel Ángel Cortés, secretario de esta asocición que promueve y sustenta el proyecto, y Alicia Katzen, bailarina profesional de nacionalidad argentina y directora artística de esta feliz iniciativa.
Explican que el proyecto surge del afán de ofrecer una salida a las alumnas del Conservatorio de Danza Maribel Gallardo, a las que ya han acabdo sus estudios o están a punto de hacerlo, para que puedan tener una opción de seguir bailando clásico, una salida complicada en Cádiz y prácticamente en casi toda Andalucía, según cuentan.
Los estudios del conservatorio contemplan cuatro años de carácter elemental y seis de profesional, con las disciplinas de danza contemporánea, ballet clásico, danza española y flamenco. La escasez de oportunidades para continuar en un grupo de ballet clásico se encuentra, pues, en el germen de un proyecto que tiene como destinatarias a este grupo de alumnas, pero que también está abierto a las personas que tengan conocimientos y cierto nivel de baile.
Alicia Katzen, que ya estuvo en Cádiz hace nueve años y conoce el paño, explica la base del proyecto: “Me doy cuenta de que los bailarines que salen del área de flamenco tienen la posibilidad de proseguir sus actividades dado que, obviamente, Andalucía es la cuna del flamenco y encuentran posibilidades. La gente de contemporáneo también puede seguir adelante. El problema con la gente de clásico es que está huérfana de todo apoyo, está huérfana de toda posibilidad. Deben irse a Madrid... Y el tema lo tengo muy claro, porque soy bailarina profesional: sé que es una enorme frustración pasarte diez años con las zapatillas de punta para después tener que colgarlas en tu casa. Y estoy convencida de que también hay lugar para el ballet clásico”.
En este arranque, el ballet cuenta con unas quince bailarinas, todas chicas hasta ahora, de entre 16 y 24 años. Un proyecto inicipiente y muy ilusionante, lo que se nota en el esfuerzo que todas hacen al buscar huecos para los ensayos. Un esfuerzo que también realizan los padres que conforman el grueso de la asociación.
Pese a que el grupo comenzó a ensayar en julio de este año, ya tuvo su debut ante público en la gala de inauguración del Cádiz Romana, con el baile de las musas en San Juan de Dios, y en la entrega de entrega de los premios de artesanía de andalucía, que se celebró en el castillo de Santa Catalina, un marco en el que, destacan, el baile del grupo “lució muchísimo”.
Además de esta pieza, el grupo prepara una adaptación del clásico ‘La bella durmiente’. Y es que ante la actual imposibilidad de afrontar una propuesta de gran formato, el grupo trabaja en lo que la directora llama “ballet de cámara”, con la adaptación de grandes obras clásicas a un grupo con menor número de bailarinas en escena.
Una formación que, de momento, camina de puntillas, casi sin hacer ruido, con la intención de dar el salto y convertirse en un ballet profesional. Saben perfectamente que deben ir despacio, para consolidar bien el proyecto antes de crear esa ansiada compañía estable, pero saben también que no deben detenerse. Y saben, sobre todo, que el trabajo bien hecho y la constancia pueden dar a Cádiz un ballet clásico de calidad y con futuro.
Ensayos en Arbolí, apuesta por estar en El Palillero
Los responsables del Ballet Joven de Cádiz agradecen con insistencia el apoyo que han encontrado en el Ayuntamiento de Cádiz a su iniciativa. Un apoyo que se plasmó este mismo verano con la cesión de una amplia sala en el edificio municipal de El Palillero en la que el grupo pudo ensayar la coreografía que llevó al Cádiz Romana. Actualmente, los ensayos se realizan, jueves por la tarde y sábados por la mañana, en el centro de Arbolí. Pero la intención de la asociación es lograr de alguna forma el regreso al edificio de El Palillero, donde hay un salón “muy adecuado para manejar todo el ballet”. Pero, explican, este centro municipal no abre por las tardes ni los sábados, momentos en los que el grupo puede ensayar salvando así los condicionantes universitarios y educativos de las miembros del grupo. Mientras, los ensayos siguen en Arbolí y el grupo trabaja con el tremendo reto de preparar una obra, la adaptación de ‘La bella durmiente’, que puedan representar en el Teatro Falla, la lógica aspiración de cualquier artista gaditano. Hasta que llegue esa oportunidad, el ballet sigue preparándose y sus responsables se mueven para darse a conocer y para optar a entrar en los circuitos culturales y artísticos que existen en la provincia. El objetivo es, lógicamente, que el trabajo de los ensayos se plasme sobre un escenario y ante el público.
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