El barrio del Cerro del Moro se ha quedado sin su único colegio. La fusión del Adolfo de Castro con el Fermín Salvochea supone que los menores del barrio no podrán escolarizarse en su zona más cercana. Desde la Asociación de Vecinos Claridad, su presidente, Candelaria Grimaldi, lamenta el cierre del colegio que “ha luchado durante muchos años” y apuesta por que la zona que ahora ocupa el centro educativo se destine a un uso “social”, sobre todo para los jóvenes, con varias propuestas que ponen desde ya encima de la mesa de la autoridades municipales.

Candelaria Gimaldi es rotunda: “Nos da mucha pena que esto haya acabado así. Desde la asociación hemos apoyado muchísimo, durante años anteriores, la lucha de la anterior directora para mantener abierto un colegio tan bueno, premiado varias veces y de donde los niños salían muy bien preparados. Pero sabemos que la situación, con tan pocos alumnos, era ya límite”.

No está desde luego el barrio del Cerro del Moro, ni posiblemente ningún barrio de Cádiz, para perder vida y movimiento, por lo que desde la asociación se acoge de buena gana la pregunta de este periódico acerca de qué hacer con el espacio o con el edificio que dejará libre el colegio.

Candelaria Grimaldi lanza varias propuestas que tienen como denominador común el futuro uso social de un espacio que, piensa, debe estar destinado a los jóvenes. Por eso, la primera propuesta es la de construir viviendas sociales para los jóvenes, para este sector de la población a la que precisamente más está penalizando las dificultades por acceder a una vivienda.

En este caso, eso sí, se necesitaría posiblemente un cambio en el PGOU de la ciudad para dar uso residencial a un suelo destinado a equipamiento educativo.Otra propuesta mantiene la línea formativa del edificio. Estima la presidenta de esta asociación de vecinos que el actual colegio podría ser adaptado para acoger un centro de formación profesional adaptado a las necesidades de Cádiz: “La formación profesional está en auge y en Cádiz hay sectores, como el naval, que necesita una formación específica que no es fácil de encontrar. No hay muchas personas cualificadas, y un centro específico puede ser también una salida profesional para muchos jóvenes”.

Tampoco se olvida Candelaria Grimaldi de la cultura, y otra idea que lanza es la de convertir este espacio en una oportunidad para actividades culturales “tan necesarias en extramuros, donde no hay”. Algún pequeño teatro o instalación municipal donde se puedan programar actos culturales de los que carece este popular barrio.Las alternativas no acaban aquí, e incluso podrán salir más en las próximas semanas. Grimaldi habla incluso de “un albergue municipal” y se acuerda también, en pleno concurso del Falla, de las dificultades que tienen las agrupaciones juveniles para encontrar un lugar de ensayo”.