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El artesano del pasodoble chirigotero

  • José Castellón Pareja 'El Pellejo'Autor del Carnaval de Cádizl Su momento cumbre llegó con el papel de camarero de 'El bache' en 1993

  • Debutó dirigiendo la comparsa de Quiñones 'Los vigías' en 1976

José Castellón 'El Pellejo' en la plaza de San Francisco.

José Castellón 'El Pellejo' en la plaza de San Francisco. / JOAQUÍN HERNÁNDEZ 'KIKI'

Quizás por nacer en una familia carnavalera o por el hecho de ser vecino de su admirado Pedro Romero, José Castellón 'El Pellejo' estaba predestinado a ser de por vida un carnavalero. Su padre salió en algunas chirigotas como 'Los caracoleros' de 1962. De sus ocho hermanos, Manolete, Antonio, Mariano y Paco 'El Minuto' han salido en Carnaval. La saga no se queda ahí y la continúan los sobrinos: Falu Valero y los hermanos Romero Castellón (Iván, Borja y Yerai).

Un autor tan ligado a la chirigota comenzó, curiosamente, en comparsa. Fue en 1976 para tocar la caja y dirigir 'Los vigías', la primera que Joaquín Quiñones compuso en Cádiz después de su primera incursión en la fiesta, en La Isla, con 'Los cenacheros' en 1971. Después de ser el músico de comparsas juveniles como 'Bordón y Prima' (1980), debutó en chirigotas en 1981 con 'Los ases del pedal'. Desde entonces, más de 30 pasodobles le contemplan. Eso sí, de la manera más artesanal. Porque 'El Pellejo' nunca ha tocado la guitarra. Explica cuál es la receta de sus pasodobles. "Los hago en la cabeza pero la música sale ya con la letra. No existe un primer tarareo para luego aplicarle la letra, como hace todo el mundo. La saco completa", cuenta. Más complicaciones: asegura que nunca ha registrado un pasodoble con una grabadora. "Siempre los tengo en la cabeza a fuerza de repetirlos en cualquier sitio. Los canto muchas veces", destaca. La fórmula mágica se completa con "la inspiración de los sones de Fletilla, Juan Poce y El Chimenea, los más grandes. Por eso mis pasodobles huelen a ellos". Pasodobles con una estructura sencilla: presentación, nudo y desenlace. Como las obras de teatro.

De 1981 en adelante compuso pasodobles clásicos para chirigotas como 'Los hombres masa' (1982), 'Los mohosos' (1983), 'Pulpo a la gallega' (1984), 'Los brutos secos' (1985), 'Los leones de correos' (1986)o 'Las misses guapetonas' (1987). Poco después, en 1993, llegó uno de los momentos cumbre de su trayectoria carnavalesca. José retomó las tablas y se convirtió en el camarero de la comparsa 'El bache', gran pelotazo de ese año. "Aquella fue una experiencia maravillosa. El repertorio es para seguir analizándolo ahora. El popurrí es una joya", estima. Tomó impulso para seguir como componente y entró en 1994 en la comparsa de Pedro Romero y José Manuel Prada 'Güena gente', segundo premio. "Ahí empecé de verdad a cantar. Con Pepe el Caja, si no cantabas no salías. No he ensayado más en mi vida. Y además, muy a gusto", afirma. Con Romero continuó en 'Sabor a Cai' (1995) y 'Mamarrachos' (1996), cerrando así su paso por la modalidad de comparsas con un autor que es su "debilidad" y al que califica como "el poeta por excelencia del Carnaval", aunque sin olvidar a su "amigo" Antonio Martín, que tiene "el currículum más exitoso".

Volvió a la chirigota para formar parte de un proyecto tan entrañable como el de la Chirigota de los Viejos, los más veteranos de la fiesta que tienen los ensayos como terapia para sus achaques. "Esto, tal como está el Carnaval ahora, es lo mejor que me ha pasado. Una agrupación sin pretensiones, para echar un rato, donde hacemos una buena labor social", señala. Para 2019 preparan 'La ciudad no es para mí'.

Ya que deja caer eso de que "tal como está el Carnaval ahora", preguntamos al 'Pellejo' sobre su visión actual de la fiesta. "El COAC hace tiempo que dejó de ser nuestro. Es bueno por un lado, pero tiene sus contras. Me gustaría ver el patio de butacas lleno de gaditanos", apunta. Rechaza los excesos "de las redes sociales, de la televisión porque quema los repertorios y no tenemos las mismas ganas de carnaval que antiguamente, de los numerosos dúos y tríos". Se considera "más nostálgico que antiguo", pero reconoce que este no es su tiempo. "Hoy se canta y se toca mejor, y hay más nivel cultural en las letras. Y se gana más dinero, que me parece extraordinario, pero me quedo con el sabor de lo que viví", añade. Y cita a carnavaleros "que tenían un carisma que no se ha vuelto a ver", entre ellos los hermanos Catalán, El Silva o El Purri. Precisamente grandes del Carnaval sin el Antifaz de Oro, como El Pellejo. "Me encantaría tenerlo, no lo voy a negar. Cuando me toque me lo pondré en la solapa, pero no se puede forzar ni mendigar".

Del bar Tito, lugar de la entrevista, en la calle Isabel La Católica, se marcha un gran paseante al que le gustaría ver a Cádiz "echando humo por sus fábricas y barcos, que da pena ver el muelle para uso exclusivo de cruceros". Para José Castellón "lo bueno de la política es que los que mandan están de paso y la ciudad se queda". En el caso del Ayuntamiento actual dice que "la ciudad funciona. Se sigue regando y limpiando y los funcionarios cobran, pero hay algo que no arreglan ni el Kichi ni Dios: el paro".

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