"En seis años de gobierno hemos cambiado el paradigma de cómo comunicarse en la ciudad, hasta el punto de ponernos al nivel de grandes ciudades europeas que ya estaban metidas en este proceso desde hace años", afirma Martín Vila, teniente de alcalde de Movilidad Urbana y al frente de proceso del ambicioso cambio urbano con el que se abandonan conceptos obsoletos del siglo XX y mete a la ciudad en la apuesta que sobre la sostenibilidad y el medio ambiente ya realizan los territorios más avanzados de medido mundo, aunque vaya acompañado de polémicas y críticas.

En una conversación mantenida con Diario de Cádiz el teniente de alcalde tiene claro el papel relevante que también los gobiernos municipales deben tener en "este cambio de paradigma". "En el reto de la movilidad, las administraciones tenemos un papel relevante en el apoyo de la sostenibilidad y lo que ello implica en la supervivencia del planeta. Es nuestra responsabilidad reducir el número de emisiones y favorecer los desplazamientos más sostenibles. Moverse en autobús, en bicicleta o andando hace una ciudad mucho más sostenible".

Andar. Aquí destaca el valor que para la salud de los ciudadanos tiene esta forma de dirigirse por la ciudad. Andar como un ejercicio más para mejorar nuestra calidad de vida, además de la reducción de la contaminación medioambiental que supone el control del uso del vehículo privado. "Todo ello es muy relevante, y más ahora cuando estamos viviendo con la pandemia de coronavirus, porque está claro que una inversión en movilidad urbana acaba reduciendo la presión en los centros sanitarios".

Junto a ello, esta apuesta tiene también, en el análisis que realiza Martín Vila, "una visión de justicia social. Frente a quienes tienen la posibilidad del uso excesivo y contaminante del coche, está la facilidad natural de quienes van andando, o usan los transportes públicos".

Aquí, en el transporte público, es donde esta apuesta por la movilidad sostenible falla, sin alcanzar la importancia que debería de tener.

Por una parte están los autobuses urbanos, donde el Ayuntamiento de Cádiz acumula años de retraso en la reordenación del servicios. En este caso Vila reconoce que "la situación de partida con la que nos encontramos era muy complicada". Sí adelanta que, por fin, se han concluido los estudios sobre la gestión del servicio y el coste económico del mismo, por lo que el objetivo es que una vez concluya la temporada de verano se adelante todo el proceso “para conseguir un transporte público más eficaz y sostenible”.

En cuanto al transporte interurbano, a pesar de que la Bahía de Cádiz alcanza un elevado porcentaje de uso de este sistema, especialmente en lo referido a los trenes de Cercanías, para hacerlo más útil y ofrecer una alternativa en las comunicaciones al coche privado, aún es necesario aumentar los tiempos de paso no solo del tren, sino de los autobuses y el catamarán. Y poner en marcha de una vez por todas el tranvía metropolitano.

Es consciente el teniente de alcalde gaditano de la necesidad de estas mejoras. "Deben ser más eficaces, más económicos y con mejores medios. Todo ello no está pasando, pero debería de pasar, porque esta es una apuesta esencial. En un sin sentido que la conexión con Río San Pedro (donde viven cientos de familias gaditanas) no tenga una conexión más continuada con Cádiz mediante el transporte público, lo que evitaría el uso del privado".

El proceso en el que se encuentra inmerso la ciudad en materia de movilidad urbana, concentrado en buena parte en el casco antiguo pero también con planes de actuación en Puerta Tierra, (unos ya realizados como el Paseo Marítimo peatonal o con aceras más anchas y otros pendientes de ejecutar, como las mejoras en avenida de Portugal, Puntales o accesos a centros educativos como en Marianista Cubillo), ha chocado con las quejas de colectivos ciudadanos y grupos de la oposición municipal.

Asume Vila estas críticas y reconoce que todo lo que se pone en marcha "está en permanente revisión, con una autocrítica para conseguir la mejora permanente, como ha pasado con la ampliación de la zona naranja a los fines de semana".

Con todo, tiene claro que "hay que desmontar tantas fake news (noticias falsas). El problema del aparcamiento en la ciudad de Cádiz es un problema recurrente desde hace décadas, y la gente siempre ha venido a la ciudad. Decían que con el carril bici los turistas dejarían de venir, y 2019 (antes de la pandemia y cuando esta red ya estaba en funcionamiento) batió todos los récord de visitantes. Y en estas semanas de verano solo hay que pasear por la ciudad para ver el elevado número de turistas. Más aún, está claro que este tipo de proyectos, como la peatonalización, acaba atrayendo a más turistas que buscan espacios tranquilos".

¿Y qué pasa con los aparcamientos? En el análisis realizado en estas páginas por expertos nacionales en la movilidad se pone el ejemplo de Pontevedra y la creación de bolsas de estacionamiento en el exterior del casco histórico.

Lo cierto es que Cádiz es una ciudad casi totalmente agotada, donde es difícil encontrar huecos para este tipo de equipamientos. En todo caso, Martín Vila responde: "No se puede perder la referencia de que lo primordial es mejorar el transporte público, ampliar la frecuencia de buses y trenes en el entorno metropolitano es clave para avanzar en un modo de movilidad sostenible".

Menciona que "en todo caso, la conformación de bolsas disuasorias forma parte de la planificación, por un lado le seguimos insistiendo a Zona Franca y Junta de Andalucía para que pongan sus solares vacíos (CASA y San Severiano) en este uso, y por otro lado, hay que recordar que en el proyecto de integración Puerto/Ciudad se recoge la creación de un aparcamiento disuasorio de hasta 2.000 plazas, justo bajo el paseo Pascual Pery, de forma que sirva de apoyo para avanzar en la peatonalización del casco".