La vivienda que hoy recorremos se encuentra ubicada en una casa de finales de 1700. Tiene una superficie de 120 metros cuadrados repartidos en el salón, comedor, 3 dormitorios, 2 baños, un office y un patio interior, todo ello en torno al patio central.

El patio lo forma un conjunto de muebles y una diversidad de plantas, resaltando el brillo de las numerosas piezas de metales que lo ornamenta. Entre los muebles destaca un bargueño del sigo XVII junto a una cómoda de barco del XIX con sus tiradores de metal. También se ubica una consola isabelina de caoba.

De andar por casa. Decorar con brillo

En la parte superior de los muebles descritos se apoyan diferentes objetos de metal, una de las pasiones de su propietarias. Entre las piezas de metales se encuentran un grupo de almirez, ollas, cazos y chocolateras. También las paredes la decoran antiguas espumaderas y calentadores de camas de metales.

En el salón una gran biblioteca en caoba y con bocallaves en metal, diseñado por el marido de la propietaria, ocupa gran parte del espacio. Esta habitación la ocupan diferentes muebles de procedencia familiar. En la parte central se ha colocado una mesa vestida, en torno a un conjunto de sofá y pareja de sillones tapizados en tonos verdes. En uno de sus laterales resalta una consola de estilo fernandino con un grabado coloreado en su parte inferior. Sobre ella se apoya una antigua capilla de caoba, que ha sido convertida en vitrina y que custodia diferentes objetos de plata, entre ellos un antiguo juego de café. También destaca en otro de los laterales de la habitación un antiguo escritorio de caoba, que el padre de la propietaria modificó en su interior, adaptándolo como mueble bar. También merece mencionar una antigua silla de enea y madera de costurera, que ha sido restaurada recientemente. Entre sus paredes cuelga una colección de grabados de Cádiz y de los pueblos de alrededores, de la antigua imprenta Müller. Toda la estancia se ilumina con una lámpara holandesa.

De andar por casa. Decorar con brillo

El comedor de la casa es inglés, de estilo Chippendale del siglo XVIII. Lo compone una mesa de caoba junto a una sillería del mismo estilo tapizada en rosa palo y una pareja de vitrinas de caoba del mismo período tapizadas también en rosa palo. La mesa del comedor la decora una pareja de candeleros de plata de mediados del siglo XIX y la vitrina alberga en su interior cristalería y plata. Un curioso panel, que representa las huellas de las manos de los diferentes hijos de la propietaria, cuelga de una de sus paredes. Y otra de las paredes de la estancia la decora una colección de platos antiguos en colores azules y blancos con diferentes escenas marítimas. También cuelga de la pared una pintura de la gaditana Lalia Guerrero, que representa un cesto de flores. Todo el mobiliario del comedor descansa sobre una alfombra color mostaza.

El dormitorio principal lo compone una cama antigua de barco de caoba acompañada de una pareja de ménsulas como mesas de noche. Encima de la cama se ha colocado un cuadro que representa a la patrona de Cádiz con Santo Domingo. En la parte opuesta a la cama se halla una cómoda holandesa junto a una mesa inglesa de estilo Reina Ana.

De andar por casa. Decorar con brillo

Un pequeño patio junto a la cocina se ha cubierto y se ha convertido en una pequeña estancia, decorada por una pareja de bancos de madera e hierro, junto con una mesa del mismo diseño. Una gran colección de llaves antiguas ornamentan todas las paredes de esta pequeña estancia.

De andar por casa. Decorar con brillo

El office es otro de los lugares más frecuentados por la propietaria. Las paredes de este espacio han sido revestidas en piedra, para aislarla de una posible humedad. Un conjunto de mesa y bancos preside gran parte del espacio. Un cuadro adquirido en la galería gaditana Cristalarte, con un gran colorido en su pintura, ornamenta esta habitación.

Todas las habitaciones de esta casa reflejan el cariño y mimo de su propietaria.