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Inclusión

El 4,7% de los alumnos gaditanos de 12 a 18 años justifica el racismo o es racista

Ilustración alusiva.

Ilustración alusiva. / Miguel Guillén

Aunque Cádiz, históricamente, siempre ha sido ciudad de acogida, el Informe sobre la opinión y el posicionamiento de la infancia y adolescencia ante la realidad migratoria, realizado por la asociación Cardijn y Save the Children en la capital gaditana y algunos centros de la provincia, arroja algunos datos sobrecogedores como que el 4,7% del alumnado de 12 a 18 años llega a justificar las actitudes racistas o se declaran abiertamente racistas con las personas migrantes.

Este documento, que se dio a conocer la pasada semana en las I Jornadas de Buenas Prácticas, se fundamenta en la información recogida entre enero y junio de este 2023 durante el proyecto de sensibilización Acércate y empatiza con la realidad de las migraciones. Una iniciativa en la que los alumnados de 5º y 6º de Primaria y ESO, Bachillerato y ciclos formativos contestaron 2.002 cuestionarios anónimos (499 en Primaria y 1.503 en el resto) que nos devuelven un análisis sobre el pensamiento, posicionamientos y actitudes de los niños y jóvenes sobre la realidad migratoria en las aulas y fuera de ellas.Respuestas que nos hablan del “gran desconocimiento” que sobre este tema, “especialmente sobre la situación que viven otras personas en ciertos países, los motivos que les llevan a sentir la necesidad de migrar o lo que supone la migración irregular”, tienen los alumnos y, más preocupante, cómo la aparición de los prejuicios “aumentan significativamente a partir de 2º a 3º de la ESO, curiosamente coincidiendo cuando el acceso a la información mediante plataformas digitales empieza a ser más activa”, se describe en las conclusiones del informe.

Otras observaciones significativas realizadas por los técnicos del proyecto señalan que “hay mayor cantidad de prejuicios en centros educativos donde no hay personas migrantes”, la “poca empatía, en algunos casos, en zonas desfavorecidas, donde se entra en un círculo de rivalidad entre colectivos vulnerables” y que “en centros privados-concertados es donde se han encontrado casos más radicalizados de rechazo y racismo”. No obstante, también se indica que se han detectado “muchos discursos aprendidos que vienen de los entornos cercanos” y “la dificultad para acceder a las familias para poder trabajar esta temática”.

En concreto, y con los datos obtenidos en la mano, sólo el 30,8% del alumnado de Secundaria, Bachillerato y ciclos formativos encuestado tiene una visión positiva de la interculturalidad. Llama la atención, además, en su comparación con los alumnos de 10 a 12 años de Primaria, donde hay un 64,8% que valora positivamente esta convivencia con personas de diferentes culturales. Es más, el 1,5% de los escolares de 12 a 18 años confiesan que les supone “un problema” vivir con personas de diferentes culturas y para el 69,2% la interculturalidad es una realidad que les resulta “indiferente”.

Así, y aunque hay un 94,9% de alumnos de esta horquilla de edad que opinan que a los menores migrantes que llegan a territorio español hay que atenderlos y darles las mismas oportunidades que a los menores autóctonos, sí que existe un 6% que considera que hay que asistirlos “pero devolverlos a su país” e, incluso, un 1% declara que “no pueden venir a nuestro país y se tienen que quedar en el lugar de origen y vivir lo que les ha tocado vivir”, se recoge en el estudio.

Los datos son, quizás, más inquietantes cuando se les habla de una realidad cercana. ¿Qué hago cuando llega un alumno o alumna migrante a mi clase?, se preguntó en los cuestionarios. En sus respuestas, el 59% del alumnado de esas etapas educativas optó por actitudes pasivas ante sus nuevos compañeros. El 32% sólo saludaría; el 2,3% esperaría a que sean ellos o ellas los que se acerquen; y casi un 23% seguiría su vida normalmente. Además, un 2% reconocía que cuando llega una persona de otro país se meten con ella o la critican.

De esta forma, la actitud de acercarse a invitar al nuevo alumno a estar con su círculo de amistad pasa del 86,3% de los alumnos de Primaria al 41%, es decir, menos de la mitad, en etapas formativas posteriores, con lo que se detecta “un retroceso importante en la actitud de acogida”.

Es más, y en otra de las preguntas del cuestionario, un 15,6% de estos jóvenes piensan que “las personas migrantes no son personas como nosotros y no son libres de elegir dónde vivir” y un 2% afirman directamente que “deben quedarse en su país”.

Con todo, una de las afirmaciones “más preocupantes” de este estudio es la que remite al racismo. “¿Se debe ser racista?”, era el dardo que le lanzaban a los jóvenes y, aunque el 95,3% respondió que “nunca”, ese 4,7 que piensa que “se debe actuar con actitud racista con personas migrantes” (un 3,7% justifica el racismo en algunas ocasiones y un 1% considera que siempre hay que ser racista) nos viene a decir que “en cada dos clases nos podemos encontrar con algún alumno o alumna con actitudes racistas”.

A pesar de todo, este Informe también presenta una cara luminosa y es que, toda vez realizados los talleres y dinámicas incluidos en el programa de trabajo de este proyecto con los centros educativos, se realizaron nuevos cuestionarios de valoración donde el 24,7% de los jóvenes cambiaron su visión sobre la interculturalidad y las personas migrantes en sentido positivo. Es decir, si el 63,5% de alumnos de Secundaria, Bachillerato y equivalentes encuestados tenían una mirada negativa sobre esta realidad, el 38,4% mejoraron su visión. “Esto nos reafirma que los adolescentes y jóvenes necesitan otra información a la que les llega para poder posicionarse positivamente ante la realidad migratoria”, aseveran los técnicos responsables de la iniciativa.

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