ZF tiene que devolver 37 millones por el mal uso de fondos públicos

El Consorcio de la Zona Franca de Cádiz va a tener que devolver unos 37 millones de euros de Fondos de Reindustrialización (Reindus), que pertenecen al Gobierno central, por haberlos destinados a gastos corrientes de la institución y no a proyectos concretos para los que se solicitan.

El delegado del Estado de la Zona Franca de Cádiz, Jorge Ramos Aznar, dijo en el tradicional desayuno navideño con los periodistas que las cuentas del Consorcio "no están bien", tanto que cuando llegó hace un año al Consorcio "me asusté". En este sentido, Ramos recordó que se encontró con un pasivo superior a los 150 millones de euros correspondientes principalmente a dos asuntos a su juicio: por un lado una deuda bancaria muy alta a pagar a corto y medio plazo y por otro la devolución de estas ayudas de Reindus que no se han destinado a proyectos concretos como vienen en las bases, sino que se han destinado a gastos corrientes, como el mismo Jorge Ramos concretó. Hay que tener en cuenta que en un presupuesto dentro de los gastos corrientes se encuentra una partida principal que es la de las nóminas del personal, así como otros como agua y luz.

Jorge Ramos no precisó los años en los que se produjo esta circunstancia pero sí dijo que el 80% de los fondos que se habían recibido en este apartado en un ejercicio se habían destinado al pago de los citados gastos corrientes durante la gestión del anterior delegado del Estado, el socialista José de Mier, que dirigió esta institución entre 2004 y finales de 2011.

De ahí que su sustituto, Jorge Ramos, dijera en el día de ayer como balance del todavía año 2012 que había sido "un ejercicio importante" porque se habían tenido que llevar a cabo reformas en la gestión y en la organización con dos objetivos principales: "por un lado conseguir una mayor eficacia y eficiencia y por otro poner en valor los recursos que estamos obligados a generar".

En definitiva Ramos entiende que "había que dar un golpe de timón" porque con lo que se estaba haciendo se iba directamente "hacia una muerte dulce que al final es muerte igualmente".

Ramos asegura que las reformas internas que se han hecho "básicamente no han afectado al personal ni a los sueldos de los empleados, salvo que todos somos compañeros mártires en lo de la paga de Navidad", pero hacen que de cara al futuro "tengamos los deberes hechos y nos permite afrontar lo retos que tenemos por delante".

Jorge Ramos tiene muy claro que "si recibo cualquier fondo Feder o del Reindus se tiene que gastar en lo concerniente a ellos y no en gastos corrientes". En este sentido, con respecto a las reformas que ha habido "hemos hecho lo que teníamos que hacer y no tengo problemas en dar las explicaciones pertinentes de lo que hago cada día".

El delegado calificó el año 2012 como "un año difícil pero necesario para reordenar muchas cosas que eran esenciales". Así, recordó que a la crisis coyuntural que afecta a todo el país, se encuentra la de la propia Zona Franca, que se ha agravado con ese pasivo que mencionó de 150 millones de euros. No obstante, aclaró que gracias a las medidas que se han tomado, que el delegado no llegó a concretar, "no se pone en juego el magnífico futuro que tenemos por delante".

Jorge Ramos afirma que uno de los objetivos fundamentales que se debe marcar el Consorcio es que todas las inversiones que se hagan puedan tener un retorno para convertir al ente en una institución "autosuficiente desde el punto de vista económico y financiero". De este modo, advierte que el Consorcio de la Zona Franca "es un ejemplo de seriedad porque cumplimos con todos nuestros compromisos en tiempo y forma".

Por último, Jorge Ramos se mostró convencido de que el año que va a comenzar en unos días "va a ser el de la recuperación definitiva de este país", lo que va a hacer que "nos podamos seguir expandiendo, ayudemos a los emprendedores y a las instituciones sin mirar el color político y sobre todo que seamos más competitivos y eficientes".

Jorge Ramos, en su primer desayuno navideño con los periodistas, abandonó la tradicional sala de juntas del edificio principal del Consorcio y lo llevó al edificio de Europa, un centro de negocios dentro del recinto fiscal que también alberga a las naves de realojo para la reordenación del polígono exterior de la Zona Franca.