Cádiz

Xilófagos en las vigas y humedades motivan el cierre de San Pablo

  • El problema se localiza en una zona concreta del templo, entre la cúpula y casi la mitad de la nave

El mal estado de parte de la viguería de la iglesia de San Pablo y las humedades que se están extendiendo son los principales problemas que han motivado su cierre. Según explicaba ayer el rector del templo, Manuel de la Puente, algunas de las vigas de las cubiertas están atacadas por xilófagos, según han detectado los técnicos del Obispado. A eso se unen los problemas de humedades que no son nuevos en el edificio de la calle Ancha, y que derivaron en el cierre anunciado en la noche del martes, del que informaba ayer este periódico.

"Según nos han dicho, esos problemas en las vigas pueden provocar un derrumbe, bien en un minuto, o bien en cincuenta años", explicaba ayer De la Puente. Ante esta incertidumbre sobre la seguridad en el interior del templo, sus puertas permanecerán cerradas a la espera de poder revertir la situación.

Frente a estos puntos negativos, el rector de San Pablo destaca que los problemas que en su día se detectaron en la cúpula de la iglesia y que amenazaron entonces también con un cierre no han vuelto a presentarse, después de la actuación que con carácter de urgencia se acometió, cambiando las vigas y resanando toda esa zona. Además, en el plano positivo también indica Manuel de la Puente que el problema se localiza "hasta casi la mitad de la iglesia". Es decir, que desde el acceso a San Pablo hasta la altura de los dos primeros retablos de la única nave no habría problemas de seguridad, según especificaron los técnicos.

De la Puente cuenta que el origen de la decisión está en el mal estado que él mismo detectó en la espadaña de la iglesia. "Yo mismo llamé al Obispado ante el temor de que pudiera desprenderse algún elemento y originara un serio problema", contaba ayer el sacerdote gaditano. Tras inspeccionar el arquitecto del Obispado, Antonio Sánchez, la espadaña, observó también el estado de la bóveda. Y tras una primera impresión volvió a analizar el estado de las cubiertas en compañía de otro técnico, certificando ahí el mal estado que presentaban.

En San Pablo están ahora a la espera de poder tener más noticias sobre las actuaciones que sean necesarias para devolver la seguridad al edificio. "Esperemos que se pueda hacer una intervención que permita la seguridad, aunque no se pueda acometer la rehabilitación integral que la iglesia necesita desde hace tiempo", explicaba De la Puente, que destaca el alto número de fieles que de manera habitual se acercaban a la iglesia (que abría a diario gracias a la labor de un grupo de voluntarios) y el valor histórico, artístico o arquitectónico que tiene el templo neoclásico de la calle Ancha. Por eso, el rector confía en que este cierre "sirva como un revulsivo para la rehabilitación de la iglesia". Para este fin, precisamente, se puso en marcha hace un año una asociación cuya actividad cayó en desuso y que ahora podría revitalizarse ante las necesidades que se han presentado.

Sobre los problemas que presenta actualmente San Pablo o las posibles soluciones que se puedan contemplar para evitar que el cierre se demore en el tiempo no quiso aportar en el día de ayer información alguna el Obispado, que fue preguntado al respecto por este periódico al ser el titular del templo y quien ha decidido su cierre por ese peligro de derrumbe.

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