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Cádiz

Vivir con vistas al puente

  • Los vecinos del Río, encantados con la mejora en las comunicaciones pero temen el ruido que pueda ocasionar

Entre el entusiasmo y el temor. Así se encuentra gran parte de los vecinos de la barriada Río San Pedro ante la apertura del nuevo puente. Cierto es que en materia de comunicación todo el mundo está contento. "El puente me parece maravilloso. Va a descongestionar toda la entrada y salida de Cádiz especialmente en horas punta", explicaba Nicolás González, uno de los vecinos del barrio.

También los comerciantes de la barriada tienen puestas sus expectativas en que la mejora de las comunicaciones sirva para que sean más las personas que acudan a la zona. Es el caso de Nazareth Ruiz, empleada de uno de los establecimientos del Río San Pedro que espera "que haya mas visitantes, que el Río tenga más vida y que los comerciantes lo podamos notar".

Sin embargo, el entusiasmo se torna en una serie de reticencias a medida que nos acercamos a las viviendas con vistas al puente. "Ha faltado poco para que me pongan un pilar en medio del salón", dice Miguel Moya, cuya vivienda está a pocos metros del puente. "Para mi el puente es una salvajada. No han tenido el más mínimo miramiento con los vecinos, principalmente con las obras", protesta el vecino. Pero una vez finalizada la obra este vecino no se ha quedado tranquilo. "Sólo espero que coloquen unas pantallas antisonido porque yo veo pasar los coches desde la cama. Ahora mismo no sé como vamos a vivir pero me imagino que una vez que empiecen a rodar coches y camiones el ruido va a ser muy molesto, porque ya lo padecemos con los viales de la carretera que ahora está en funcionamiento. Si no ponen esas pantallas no vamos a dudar en manifestarnos", advierte Miguel Moya.

En la misma zona reside Paco Leal, quien también señala la necesidad de colocar esas pantallas. "Espero que las pongan, tal y como se recogía en el proyecto, porque las obras ya han sido un trastorno y no queremos seguir padeciendo los ruidos que en los últimos meses se han multiplicado porque se han alargado las jornadas de trabajo para que todo estuviese terminado", recuerda. "En cuanto a las comunicaciones estoy encantado, la verdad. Vamos a llegar al centro de Cádiz en unos minutos", añade.

Mientras Paco Leal habla cruza un vecino de la calle Quilla en bicicleta y aprovecha para reivindicar un carril bici por uno de los puentes. Se para y se suma a la petición de pantallas antisonido. "Si vemos algún problema espero que Fomento nos busque soluciones, sobre todo si no se cumple la normativa de sonido y si los volúmenes se disparan en horas que no corresponden".

Estas nuevas conexiones con la capital también pueden afectar al tráfico en el interior de la barriada. Sobre eso habla Javier Cordero, vicepresidente de la Asociación de Vecinos de la barriada. Plantea que "se tomen medidas en las avenidas principales porque habrá mucha gente de Puerto Real que coja por aquí para ir a Cádiz. Quizás sea necesario que mejoren la señalización o que coloquen semáforos".

En las últimas semanas, la imagen del puente parece haber cambiado en muchos vecinos. "La pepa ha conseguido lo que nosotros no hemos logrado en 30 años: que se actúe en los cables de alta tensión", apunta una vecina.

La construcción del puente ha hecho necesario que se realicen trabajos en las líneas que cruzan la barriada, que han sido tensadas para aumentar su altura.

Los trabajos han reavivado una demanda vecinal y han sido el origen de la creación de una plataforma vecinal que tiene entre sus principales objetivos conseguir que se soterren.

Este lunes, se celebró una reunión entre el Ayuntamiento de Puerto Real, representantes de Endesa y vecinos de la plataforma, para tratar este asunto. Tras ella, el concejal de Urbanismo, Iván Canca, explicó que los representantes de Endesa no tienen previsto contribuir económicamente en el soterramiento de los cables, por cuanto se mantienen en negar la peligrosidad de las líneas; algo que el gobierno municipal no comparte, pues se atiene al principio de precaución ante el riesgo de que las personas que permanecen de manera continua bajo campos electromagnéticos aumenten la posibilidad de padecer enfermedades. "Esto, unido a que la legislación española es obsoleta y permisiva respecto de las precauciones exigibles a las compañías eléctricas, hacen que para Endesa proteger la salud de la ciudadanía del Río San Pedro no sea una prioridad."

En la reunión, tanto Iván Canca como María Merello, concejala de Medio Ambiente, mostraron su desacuerdo con el argumento de Endesa, que planteó la posibilidad de que los cables se soterraran cuando se ejecutara el proyecto del tranvía de la Bahía de Cádiz, una opción que tanto los vecinos como los representantes municipales ven muy lejana. No obstante, desde el Ayuntamiento no se descarta un encuentro con la Junta de Andalucía para estudiar esta opción.

Endesa se comprometió de todas formas a elaborar un informe sobre las distintas alternativas para la retirada del cableado, soterramiento o desvío de la línea aérea, que será remitido al Ayuntamiento en el plazo aproximado de un mes.

La conclusión que ambos ediles extrajeron del encuentro del lunes es que "el Ministerio de Fomento no se ha planteado el soterramiento de las líneas, ni tampoco desde el Ayuntamiento se le ha exigido en anteriores mandatos, por lo que es necesario iniciar las negociaciones para conseguirlo".

Iván Canca considera que "el soterramiento de los cables de alta tensión debe considerarse como una compensación a los ciudadanos del Río San Pedro por las molestias que tantos años de obra han causado y los perjuicios que la presencia de una megaestructura como el puente de la Constitución de 1812 va a generar en la barriada".

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