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Cádiz

Último arriado de bandera

Poco después de las doce del mediodía, el teniente Miguel Martín Sánchez y el brigada Francisco Javier Franco López, director interino y secretario, respectivamente, del Centro Deportivo Socio Cultural de Cádiz, el Casino Militar, procedían a arriar por última vez la bandera del balcón central de la primera planta del inmueble de la calle Ancha, en el que ayer cesó la actividad y el próximo día 31 de diciembre, una vez vacío, será entregado a la Dirección General de Infraestructuras del Ministerio de Defensa, que lo sacará a subasta pública.

La ceremonia de despedida se había iniciado a las doce en el patio del edificio, donde se dieron cita un grupo de los actuales 302 usuarios del centro, presidida por el coronel Francisco José Manrique, último director del Casino Militar y actual responsable del Club Militar Deportivo Hispalis de Sevilla, junto al subdelegado de Defensa, capitán de navío Joaquín Arcusa.

A todos ellos el comandante Miguel García Díaz ofreció una charla sobre la historia del Casino Militar, desde sus inicios el 16 de septiembre de 1906, cuando se inauguró el inmueble en el número 22 de la misma calle Ancha, fecha en la que la guarnición militar de Cádiz podía calificarse de muy numerosa.

García Díaz destacó igualmente la figura del entonces gobernador militar, Juan de Zavala y Guzmán, duque de Nájera, que fue nombrado hijo adoptivo de Cádiz, y leyó la reseña de la inauguración publicada por el Diario.

Luego destacó que el Casino Militar había desarrollado siempre una importante actividad cultural, además de ser el lugar de encuentro, recreo y ocio para la oficialidad de la Guarnición Militar, incluyendo su actual emplazamiento, que se adquirió en 1962, permaneció un periodo inactivo hasta su reapertura en 1983 y ayer cerró sus puertas después de 101 años, 2 meses y 14 días de existencia.

Tras el arriado de bandera, a los acordes del himno nacional, que los presentes siguieron desde el patio en un respetuoso y emocionado silencio, el coronel Manrique dijo que el cierre se debía a una cúmulo de circunstancias, como la reducción de unidades y con ella la del número de usuarios del centro, además de la presión de administraciones y entidades para disponer del edificio.

Finalmente se entregó un recuerdo a autoridades y personal, así como al socio más antiguo, el teniente coronel José Manuel Sánchez Gey.

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