Subastan en Reino Unido una guitarra de 1791 hecha en Cádiz valorada entre 12.000 y 23.000 euros
un tesoro musical
Se trata de un instrumento construido por Juan Pagés García, el lutier ecijano que desde la capital gaditana revolucionó la manera de hacerlas en el siglo XVIII
Subastan en Christie's una pintura del Campo del Sur de Cádiz valorada entre 23.000 y 35.000 euros
Cádiz/La casa de subastas británica Gardiner Houlgate sacará a puja el próximo 11 de junio una guitarra española construida en Cádiz en 1791 por el prestigioso lutier Juan Pagés García, quien revolucionó el modelo de guitarra en su época, introduciendo innovaciones que luego se adoptaron en todo el mundo. El instrumento tiene un valor estimado entre las 10.000 y las 20.000 libras esterlinas (entre más de 12.000 y de 23.000 euros).
Se trata de una guitarra española de seis órdenes dobles (seis cuerdas dobles) con una etiqueta en el fondo que dice: "Juan Pages Me Hizo En Cadiz, Año 1791", según la entrada del catálogo de la casa de subastas. El fondo y los aros son de ciprés y presenta grandes grietas reparadas en el fondo y muchas grietas, incluido el relleno de madera, en los lados. En la tapa armónica tiene un golpeador con incrustaciones de palisandro en el lado de los agudos y remates del puente con volutas.
El mástil es de cedro, de cabeza grande y ahusada. El diapasón, de palisandro, se encuentra muy desgastado en la primera posición, al igual que los trastes de latón, también muy desgastados. La caja es de madera ebonizada. Pese a todo, su estado es bueno para la antigüedad que tiene, aseguran desde la casa de subastas.
¿Quién fue Juan Pagés García?
Juan Pagés García nació el 20 de noviembre de 1741 en Écija, donde estudió en las Escuelas de la Compañía de Jesús, según publica el musicólogo y productor Chemi López, según sostiene el musicólogo y productor Chemi López en un reportaje titulado Juan Pagés y la Escuela Ecijana de Guitarrería, publicado en septiembre de 2019 en la revista Ahora Magazine, ya desaparecida. El experto atribuye el dato a José Luis Romanillos y a su esposa Marian Harris, autores de The Vihuela de Mano and the Spanish Guitar, de 2002.
De maestros del "gremio de violeros", que desde 1700 se dedicaban en Écija a la construcción de vihuelas y de estos instrumentos, como Francisco de Castro, Maestro Siruela; Francisco Pérez; Antonio de la Soledad o Andrés de Borja, pudo haber aprendido Juan Pagés el oficio. Y nada más cumplidos los 18 años, decide instalarse en Osuna, donde abre su propia tienda de guitarras. Allí se casa con Gregoria López en 1761 y allí nacen tres de sus cuatro hijos: José, en 1762; Antonio, en 1764 y Francisco, en 1773. El cuarto, Joaquín, nacería en Cádiz en 1779. Todos continuaron con el oficio de su padre.
Pudo ser el portuense Pedro del Castillo Arenas, probablemente uno de sus maestros, casado con una ecijana, quien le convenciese de trasladarse a Cádiz, apunta el experto. El caso es que el lutier ya está instalado en la capital gaditana en 1774, concretamente en el número 45 de la calle Arco de Garaicoechea, a la espalda de lo que hoy es la Plaza de Abastos y entonces era la huerta del Convento de los Descalzos. La primera guitarra suya que se conserva data de 1777, cuando el guitarrero tenía ya 36 años, constata el musicólogo.
Su hijo, José Pagés López (Joseph Pagés en las etiquetas), aprendió de él el oficio. "La primera guitarra suya que se conoce es de 1785 y fue un dignísimo sucesor de su padre", sostiene Chemi López. Antonio Pagés López trabajó con su padre hasta al menos 1794 y más tarde abrió su propio taller en San Fernando, donde falleció hacia 1825. Su hermano Francisco Pagés López se casó en 1793 con Francisca Benedid, hija del también importantísimo fabricante de guitarras gaditano Mateo Benedid. Emigró a Cuba hacia 1801, donde siguió haciendo instrumentos con bastante éxito. Finalmente Joaquín, nacido en Cádiz en 1779, fue quien menos importancia tuvo como lutier, concluye el musicólogo.
"La labor exacta de Pagés y su descendencia consistió en estudiar y hacer evolucionar los refuerzos físico-armónicos que, bajo la tapa delantera habían insertado tímidamente artesanos italianos del XVII", explica Chemi López.
"Las guitarras de este periodo duraban muy poco debido, por un lado, a la tensión y peso que el cordaje mandaba a todo el instrumento y que era causa importante de que acabaran arqueados e inservibles; y por otro, habría que tener en cuenta el efecto que la humedad propia de las maderas ejercía en su densidad; así como que en determinadas zonas -Écija, por ejemplo- la humedad propia del aire provocaba en la tapa armónica mayor debilidad de la supuesta. La solución no era sencilla", aclara el musicólogo.
Juan Pagés García murió en la calle Sacramento, de Cádiz, el 4 de agosto de 1821 "dejando una manera de construir guitarras que quedaría para la historia", concluye Chemi López.
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