Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

social | informe de cáritas diocesana del año 2012

Situación de alarma

  • Sigue creciendo el número de personas que necesitan atención en la diócesis, sobre todo alimentos, vivienda y empleo Cáritas alerta de síntomas de agobio y estrés en los voluntarios

Verdaderamente grave. Alarmante. Esa es la realidad social de la diócesis, en los ojos de Cáritas, posiblemente la institución que esté más cerca de los que lo necesitan. Los datos del Observatorio de la Realidad Social dados a conocer hace unos días a nivel nacional coinciden, desgraciadamente, con los que maneja la diócesis gaditana, que en el día de ayer dio a conocer el contundente informe del pasado año 2012. Y la peor noticia es que la situación sigue empeorando con respecto a años anteriores; una línea descendente que se mantendrá este 2013 según la percepción que ayer mismo hacían los responsables de Cáritas.

El documento presentado ayer por Cáritas diocesana es duro tanto en datos puros y duros (en cifras) como en constataciones, anotaciones y realidades observadas por los más de 700 voluntarios con que está entidad cuenta en la diócesis.

En cifras, se anuncia que el pasado año fueron atendidas más de 32.000 personas en las diferentes cáritas parroquiales y en la diocesana (8.628 familias en atención primaria, además de 1.207 personas sin hogar y otras 921 personas que se acogieron a los planes de inserción sociolaboral).

Para ello, se emplearon un total de 1.985.154 euros, procedentes en un 64% de los recursos propios de Cáritas (mediante las cuotas de socios, los donantes y las colectas del primer domingo de cada mes en las iglesias), un 27% a través de las administraciones públicas; un 7% de empresas privadas; y el 2% restante de campañas de emergencia.

Esa cifra total de casi dos millones de euros se gastó principalmente en la atención primaria y a las familias (un total de 799.935 euros), en la atención a personas sin hogar (501.700 euros) o integración sociolaboral (302.977 euros). Sin olvidar la formación, el voluntariado o el desarrollo institucional de la propia Cáritas diocesana (141.286 euros), la cooperación internacional (42.811 euros), la administración de Cáritas (72.812 euros), o las campañas de emergencia (27.000 euros). El resto de partidas de gastos se lo llega la atención a colectivos vulnerables como los mayores, la mujer o los niños (con un total de 54.054 euros en 2012); y las diferentes campañas de comunicación y sensibilización (que sumaron el pasado año un total de 42.579 euros).

Pero al margen de estos datos objetivos, que ya de por sí hablan solos, también son contundente las diferentes consideraciones y apuntes que hace Cáritas desde su experiencia. Uno de los hechos más llamativos es lo que han denominado "el desbordamiento de la familia". El delegado episcopal de Cáritas, Alfonso Gutiérrez Estudillo, explicaba ayer que el que era primer colchón de ayuda socioeconómica, la familia, está teniendo hoy en día problemas para mantenerse económicamente, al ser cada vez más miembros los que dependen de unos pocos ingresos y cada vez también con una duración mayor de esas necesidades. Como ejemplo, se puede exponer un matrimonio con hijos que se van a vivir a casa de los padres de uno de ellos porque ya lo han gastado prácticamente todo debido a la falta de empleo y de ingresos, y que después de cierto tiempo, ya comienzan a escasear también los recursos de esos padres/abuelos para atender a toda la familia. Casos así son los que empiezan a darse ya con frecuencia en la diócesis, según ha constatado Cáritas.

Otro dato significativo que surge en el año 2012 es "el agobio, el estrés, el agotamiento y la frustración en los agentes, que ven con incapacidad sus posibilidades para hacer frente a la ingente demanda y que se han reducido también las posibilidades de derivar a otros para afrontar los problemas de las personas". Es decir, dicho con otras palabras, el agente de Cáritas, el voluntario, la persona que está en cada parroquia o en los programas, proyectos y atenciones a nivel diocesano está empezando a verse superado ante tantos casos, ante tantas necesidades.

Unido a esto, llama la atención Cáritas sobre el hecho de que hay necesidades básicas, como la alimentación, la vivienda, la ropa o el calzado, que no se están cubriendo por el modelo de bienestar social actualmente, debido al "debilitamiento de las políticas sociales" y al "recorte progresivo de derechos que nos igualaban como ciudadanos y que cumplían una función de redistribución de la riqueza".

Más problemas o más signos dramáticos de la radiografía que extrae Cáritas del año 2012: la cronicidad de las personas atendidas. "Una de cada tres personas atendidas en Cáritas lleva más de tres años demandando ayuda", señalan desde esta organización. Algo que casa además con otro problema añadido, y es que a las nuevas personas que llegan a Cáritas demandando ayuda se une ahora las que ya se vienen ayudando y no dejan de necesitarlo, con lo cual las cifras son cada vez superiores.

Ante esta preocupante realidad, que sigue aumentando las necesidades y las demandas de ayudas en una diócesis azotada especialmente por el problema del desempleo, Cáritas ha tenido que dedicar un mayor esfuerzo a la cobertura de necesidades básicas, aunque mantienen el resto de procesos que ya venían desempeñando anteriormente. Y en esas necesidades básicas, exponía ayer Alfonso Gutiérrez que, por este orden, las principales necesidades que se atienden son alimentación, vivienda y empleo. En un segundo plano, estarían otros apartados como farmacia, desplazamientos o educación, pero con cifras muy por debajo de las tres necesidades antes mencionadas.

El obispo diocesano, Rafael Zornoza, hizo ayer un llamamiento "a la sensibilidad de los cristianos y hombres de buena voluntad" para que ante una realidad tan alarmante como la que se extrae del informe de 2012 la sociedad colabore en la medida de sus posibilidades. Por su parte, el delegado episcopal de Cáritas reconoció que la situación en la diócesis "es verdaderamente grave" y "alarmante", ya se está produciendo "una quiebra de esa clase media que aquí en las localidades de la diócesis sostenía el peso de la sostenibilidad social".

Pero entre tanto negativismo, en medio de la negrura de las cifras y las experiencias de 2012, Alfonso Gutiérrez lanzaba ayer un mensaje de positivismo: "Cáritas no se deja llevar por el desaliento. Es cierto que nos vemos desbordados, pero estamos adecuando nuestra respuesta a las situaciones que se nos van presentando".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios