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Patrimonio religioso

Restaurado el San Sebastián de Jacinto Pimentel de la Castrense de Cádiz

  • La parroquia lleva a cabo este trabajo en una obra que se atribuía a este imaginero y que Ars Nova Restauraciones ha ratificado al encontrar su firma 

  • La rúbrica del autor de Humildad y Paciencia, Columna y la Virgen del Carmen se encontraba en el interior a la altura del omoplato izquierdo y se fecha en 1650

  • Pimentel, su último misterio

Imagen del rostro de San Sebastián, una vez que la imagen ha sido restaurada.

Imagen del rostro de San Sebastián, una vez que la imagen ha sido restaurada. / DC

En la iglesia del Santo Ángel Custodio, conocida como la Castrense y cuyo párroco es César Sarmiento, luce de manera imponente una escultura de San Sebastián después de haber sido restaurada por Ars Nova Restauraciones S.L.  Precísamente, a las siete y media de la tarde de este lunes se va a celebrar una conferencia que va a ser impartida por Fabián Pérez Pacheco, historiador del Arte y restaurador de esta empresa que ha acometido este trabajo de una imagen que desde siempre era atribuida al imaginero sevillano Jacinto Pimentel y que desde ahora ya es una certeza absoluta.

Este escultor tiene en Cádiz obras tan importantes como los Cristos de Humildad y Paciencia, el de Columna, el de la Expiración de San Francisco y la Virgen del Carmen.

Este San Sebastián tiene una historia singular, tal y como asegura el propio Fabián Pérez, ya que era la imagen titular de la antigua ermita de San Sebastián que se encontraba en el castillo del mismo nombre y de la que no había una documentación concreta acerca de su procedencia, pese a que siempre se había atribuido a Jacinto Pimentel.

Este historiador del arte y restaurador asegura que a la hora de acometer este trabajo “estábamos atentos a investigar o mirar cualquier detalle en la peana y en su interior “para ver si encontrábamos la firma o un documento como así habían aparecido en muchas. Todas las obras de Pimentel en Cádiz tenían un mensaje firmado en el interior”.

El restaurador relata que en el caso de esta escultura de San Sebastián “el embón estaba muy trabajado, es decir, la estructura de madera con la que el escultor después talla”.

Imagen de San Sebastián antes de ser restaurada. Imagen de San Sebastián antes de ser restaurada.

Imagen de San Sebastián antes de ser restaurada.

Cuando miraron el interior de la escultura pudieron ver que a la altura del omóplato izquierdo “había una firma que pone ‘Año 1650. Jacinto Pimentel’. Delante del año hay una cruz que puede ser como de bendición o también puede ser una F que puede significar faquiebat (lo hizo)”. Esto nos permite confirmar que se trata de una imagen de Jacinto Pimentel”.

Fabián Pérez añade que el interior de la imagen se pueden ver los chorreones de cola “y está preparado como en blanco, mientras que el texto está escrito en azul”. De hecho, afirma que el párroco César Sarmiento les ha pedido que hagan una cartela conmemorativa de la firma para que se ponga al lado de la escultura.

Esto es una especie de firma de Pimentel porque en la Virgen del Carmen tiene un texto escrito en el interior de la espalda y el de Columna, por ejemplo, tenía un anagrama muy complicado en la peana y aparecieron documentos en el interior.

El restaurador afirma que frente a las otras imágenes de Pimentel que hay en Cádiz, que son pasionistas, la de San Sebastián es mística: “Es el martirio de San Sebastián y su gesto no es de dolor como Humildad y Paciencia o de gravedad como Columna. Este tiene una mirada más mística y mas serena, aun teniendo esa mirada ascendente, con la boca entreabierta y la mirada al infinito”.

En este sentido, también explica que Pimentel “es un artista que está a caballo entre un tardomanierismo, un renacimiento muy avanzado casi protobarroco, y un barroco pleno”. Si vamos a lo concreto, “lo que teníamos en Cádiz estaba dentro del tardomanierismo o protobarroco con esculturas ensimismadas, más cerradas en sí mismas. Sin embargo, San Sebastián se abre en el espacio, es explayante, levanta un brazo, mira hacia arriba, el otro brazo lo extiende...”. Por ello, cree que este hecho “es un hito” en la obra de Pimentel.

También en ello hay una cuestión de fechas, tal y como señala Fabián Pérez Pacheco: “Humildad y Paciencia es de los años 30 del siglo XVII y es la primera obra que hizo en Cádiz. Es más lógico porque todavía hay un punto del Renacimiento donde la influencia de Martínez Montañés y de Arce es más directa, por lo que ese tardomanierismo es más justificado. La de San Sebastián es de 1650 y es un poco previa a la de Columna”. Ese cambio de estilo se puede ver en las piernas, que no son tan contundentes y anatómicas como las primeras obras “y da un paso hacia una esbeltez más dinámica, más barroca”. 

La intervención que se le  ha hecho ha estado centrada en dos aspectos fundamentales . Por un lado es una escultura que tenía mucha suciedad “y atentaba a su aspecto de una manera grave, no le dejaba mostrar su belleza con plenitud.”. Esta limpieza ha sido “muy delicada porque ahí es donde te la juegas”, de manera que “se ha hecho un retoque de color, una limpieza cuidadosa con goma de borrar y manteniendo una textura de pátina para que la escultura además de ser antigua, lo parezca”. La otra intervención fundamental se ha hecho en la estructura para darle una estabilidad.

Esta imagen llegó a la Castrense en 1917 mientras era gobernador militar Miguel Primo de Rivera y que daba ejecución a una orden del Rey Alfonso XIII de 1889 para sacarla de la ermita de San Sebastián pero que nunca se había ejecutado.

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