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Cádiz

Reinventarse Cádiz

  • La capital afronta unos años que son decisivos para impulsar, de una vez por todas, su economía y asentar su desarrollo como ciudad volcada en el turismo, el comercio y la cultura

La receta es sencilla: 50% de imaginación y 50% de decisión.

Imaginación a la hora de plantear proyectos novedosos, atrevidos y con perspectivas de futuro; decisión, la que es necesaria para sacar adelante operaciones imaginativas que, en un primer momento, puedan chocar con el conservadurismo ciudadano y de las propias administraciones y para las que hay que buscar financiación.

Esta es la receta que Cádiz debería de aplicarse para afrontar los años decisivos que se nos vienen encima. El Doce y después del Doce. Años en los que debe afianzar su sentido de capitalidad y, sobre todo, años en los que debe poner algo más que las bases de lo que será su desarrollo como sociedad avanzada, dinámica, competitiva y atrayente. En definitiva, vivimos el momento ideal y se dan las circunstancias políticas, sociales y económicas adecuadas para reinventarnos Cádiz.

En los próximos días el Ayuntamiento cerrará su proyecto para el nuevo Plan de Ordenación Urbana, que ahora va dando a conocer a cuentagotas. Superando el planeamiento urbanístico propio de este tipo de documento, el mismo fija el modelo de ciudad que se quiere para los próximos años. E incluso más: teniendo en cuenta que se ponen sobre el papel proyectos para diseñar los pocos espacios que quedan libres o susceptibles de ser reformados, lo que salga del nuevo PGOU será, ni más ni menos, el Cádiz en el que viviremos durante las próximas décadas.

Bajo esta premisa hay aspectos que deberían de ser prioritarios:

Los ciudadanos

Antes que nada, los ciudadanos.

Da igual poner de dulce la ciudad si los que en ella viven no asumen el papel esencial que tienen en su desarrollo. Debe ser, sobre todo, una sociedad que se crea, desde las limitaciones de la propia ciudad, el potencial de Cádiz y su carácter de capital. Eso sí, asumiendo que no somos el ombligo del mundo y que se puede y se debe aprender de otros lugares.

Una sociedad bien formada y educada, que se esfuerce por progresar con sus propios medios lejos del maná de la administración, surtidora de riqueza durante décadas; una sociedad con sentido crítico y que participe de forma activa en la vida cultural y de ocio de la ciudad, más allá del Carnaval, la Semana Santa o el fútbol. Innovadora, emprendedora y con ganas de superarse.

La apuesta por una ciudad cultural, recuperando su patrimonio, abre la posibilidad de una oferta empresarial novedosas y con futuro. El que antes se adelante, más tajada sacará. Hay ejemplos de cómo se debe trabajar (la Torre Poniente de Catedral y la Casa del Obispo o la ya veterana Torre Tavira) y la propia Diócesis apuesta por este tipo de colaboración de la iniciativa privada: sería un ejemplo del nuevo dinamismo que tanto se necesita

Hay que ser también críticos y combativos y aunque algunos consideran que está muy manido el mensaje de que "los gaditanos son pasivos", algo debe pasar en esta sociedad que apenas participa en el debate sobre sus grandes proyectos y que es incapaz de llenar sus teatros, acudir a sus exposiciones y conferencia y reivindicar la mejora de su calidad de vida.

La importante pérdida de población de los últimos veinte años no debería de alarmar, al fin y al cabo Cádiz se encuentra entre las 20 ciudades de todo el país con más habitantes por kilómetro cuadrado, si no fuera porque los que se marchan son en su gran mayoría los más jóvenes. En la medida de lo posible hay que trabajar por recuperar a estas familias y, sobre todo, hay que trabajar por atraer a Cádiz a quienes más recursos tienen. Para ello hay que ofrecer un casco antiguo rehabilitado y atractivo, con buena oferta de ocio, facilidad de acceso y aparcamientos, limpio y luminoso.

Reinventarse el Cádiz Cultural

Una vez olvidada la ciudad de las grandes industrias hay que afianzar el carácter cultural de Cádiz. La cuestión no es incrementar los edificios destinados a este fin, sino saber darles contenido y presupuesto año tras año. La recuperación de la Cárcel Real, las bóvedas de Puerta Tierra, el Fuerte de Cortadura, el castillo de San Sebastián... crea un potencial extraordinario y casi único en España. Aquí, el esfuerzo del actual Ayuntamiento ha sido innegable y digno de elogio. Pero está obligado a realizar un plan de usos con el que se evite llenar la ciudad de 'centros culturales' o museos sin potencial de crecimiento. Es el momento de reordenar espacios y apostar por ideas originales: ¿el gran Museo de la Historia de Cádiz en Puerta Tierra, incluyendo la maqueta, hoy desaprovechada (lo lógico es un museo sólo para esta pieza) en una incómoda sala en Santa Inés?, ¿el Museo de las Fortificaciones en San Sebastián?,¿el Museo de la Prensa, aquí donde nació la prensa contemporánea y, casi, la radio?, ¿el Museo de Manuel de Falla?, ¿y el de José María Pemán?, ¿o la Casa-Museo Varela?, ¿y el Museo del Mar en la Punta de San Felipe? Y junto a ellos, el tan esperado Museo del Carnaval y el Centro de Arte Contemporáneo (éste, ya en marcha y con buenas perspectivas). Todo ello completado con una red de bibliotecas de barrio similar a la ya existente junto a la plaza de Santa Ana.

Los Depósitos de Tabacos

Debe ser una de las grandes joyas y uno de los referentes del Cádiz reinventado. Hay que afinar bien sus usos y, sobre todo, hay que consensuarlos por el potencial que tiene este equipamiento. Hay dos apuestas bien definidas. Desde el gobierno municipal del PP se defiende la transformación de sus grandes naves en un centro para grandes exposiciones y de encuentro con Hispanoamérica; desde el PSOE y desde colectivos empresariales, se apuesta por la creación de un gran espacio dedicado a la creatividad con lo que ello puede suponer de llegada a Cádiz de emprendedores con un elevado nivel adquisitivo. La reciente Feria de Creactiva ha puesto unas bases que deben de aprovecharse. Visto sobre la mesa ambas ideas, la amplitud de las instalaciones de Loreto abren la posibilidad de compatibilizar ambas ideas.

Las grandes plazas

Hay dos proyectos de calado que deben seguir adelante, aunque uno y otro tenga detractores entre las administraciones. La Plaza de Tierra, que bien propone el Ayuntamiento creando un gran espacio urbano en el frente interior de la Puerta de Tierra, eliminando edificios que pueden trasladarse a otros puntos de la ciudad (cuartel de la Policía y el INSS) o sin valor en unos años (Audiencia), y, sobre todo, la Plaza del Mar, sin duda una de las operaciones más ambiciosas presentadas en los últimos años ideada en este caso por el PSOE y que permitiría la definitiva apertura de Cádiz al mar, con todo el potencial turístico y comercial que ello supondría, creando en el hoy anodino e infrautilizado paseo de Canalejas un gran recinto con restaurantes, tiendas y espacios de ocio. Paseo que, además, debería estar estrechamente conectado, y no sólo físicamente, con una plaza de San Juan de Dios que apueste por ser el epicentro de la ciudad y no la calle de paso en la que está convertida hoy.

Directamente relacionada con la mejora de la trama urbana está la remodelación del Paseo Marítimo. Hace ya cuatro años que el Ayuntamiento adelantó su intención de peatonalizar parte de esta vía, que debería de completarse con una apuesta por el carril bici, como ya se hace en el Paseo de Puntales-La Paz.

Rehabilitación de barrios

Junto al exitoso plan de rehabilitación del casco antiguo, ejecutado por el Ayuntamiento y la Junta, hay que emprender un proyecto aún más ambicioso en Puerta Tierra. Hay que eliminar barrios vetustos y de escasa calidad de vida por otros modernos, con viviendas más acorde a los modelos actuales y que faciliten la llegada de clases medias a la ciudad. San Severiano, barriada España, García Carrera y buena parte del entorno de la avenida de Juan Carlos I son zonas susceptibles de experimentar una remodelación radical. La participación de la iniciativa privada es aquí fundamental. El diseño será fundamental, sin temor a los edificios en altura.

Suelos de oportunidad

En su diseño del nuevo Plan incluye el gobierno municipal lo que da por llamar 'suelos de oportunidad'. Hay dos espacios esenciales y con un diseño, por lo adelantado ya del PGOU, acertado: el polígono industrial que, si se ejecuta tal y como se ha planificado puede ser un revulsivo fundamental para nuestra economía; y la zona de ocio en la Punta de San Felipe donde el concepto del Ayuntamiento choca con el que defiende la Autoridad Portuaria. La apuesta municipal es clara, evidente y más lógica: una especie de Maremagnum barcelonés directamente relacionado con el puerto de cruceros que patrocina la APBC.

Qué hacer con el Astillero

Cádiz dejó hace años de vivir de la factoría naval. Su oferta de empleo es ahora incluso inferior a muchas de las grandes empresas radicadas en la ciudad. Se cuenta además con otros dos grandes astilleros en la Bahía, Puerto Real y San Fernando, con capacidad de crecimiento. Es por ello por lo que la ciudad debería de reflexionar si se gana más reurbanizando de forma adecuada estos terrenos (nada que ver con lo ejecutado en los terrenos ociosos) que manteniéndolos con la función actual. Es una apuesta para algunos arriesgada, tabú aún para la totalidad de los políticos, pero que bien planificada podría convertirse en la punta de lanza del desarrollo futuro de la capital. Si se obvia este debate, seguramente esta ciudad acabará lamentándolo en unos años.

El comercio

La apuesta por un Cádiz renovado está íntimamente unido a la imagen de Cádiz como capital del comercio. Deben continuarse e incrementarse los esfuerzos realizados en la última década, tanto por parte del Ayuntamiento como por parte de los propios empresarios. Hay que buscar fórmulas, si es factible, para rebajar los elevados alquileres que ahogan a muchos jóvenes promotores y reducir también los impuestos municipales. Por lo demás, la ciudad nunca será un 'centro comercial abierto' si no se mejora la información exterior en sus calles y si no mejora también su equipamientos urbanos y se ofertan locales originales.

Cádiz en 2013

La ciudad se prepara para el Doce: se arreglan calles y plazas, se abren nuevos equipamientos, se proyectan hoteles y mejoran los accesos. Si se logra todo o buena parte de estos objetivos nos situaremos en una posición relevante como capital, con una nueva imagen, reinventada, que desde ya habría que vender fuera. Todo unido a un cambio de actitud del gaditano hacia su propia ciudad.

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