Sanidad

El Puerta del Mar, pionero en el código ictus pediátrico

  • El hospital gaditano ha sido el primero de España en establecer un protocolo para agilizar el tratamiento del ictus en niños con el objetivo de disminuir la mortalidad y las secuelas

  • Se estima que en la provincia de Cádiz, se producen cada año entre 5 y 20 casos de esta enfermedad en menores

Parte del equipo multidisciplinar de profesionales que coordina el código ictus pediátrico del Puerta del Mar, en la UCI Pediátrica del hospital.

Parte del equipo multidisciplinar de profesionales que coordina el código ictus pediátrico del Puerta del Mar, en la UCI Pediátrica del hospital. / Jesús Marín

El ictus es una enfermedad cerebrovascular que suele relacionarse con las personas adultas, pero los niños también pueden sufrir un ictus. Es menos frecuente en la población infantil, pero el ictus pediátrico también existe. De hecho, se encuentra entre las diez primeras causas de mortalidad infantil en los países desarrollados.

En la provincia de Cádiz, se estima que cada año se producen entre 5 y 20 casos de ictus en la población de 0 a 14 años, según la médico intensivista pediátrica del Hospital Puerta del Mar Patricia Rodríguez Campoy, quien asegura que los niños gaditanos que sufren esta enfermedad pueden recibir en el Puerta del Mar "tratamiento integral con las terapias más innovadoras".

Y no solo eso, el hospital de Cádiz cuenta oficialmente desde mayo de 2018 con un protocolo de código ictus pediátrico –que ya funcionaba desde aproximadamente un año antes, apunta Rodríguez Campoy–, siendo pionero en nuestro país en establecer un protocolo para agilizar el tratamiento de esta enfermedad en la población infantil. Además, hasta febrero de este año, era el único hospital de España con código ictus pediátrico, al que se han ido sumando otros centros hospitalarios. Patricia Rodríguez Campoy es la coordinadora del código ictus pediátrico del Hospital Puerta del Mar, en el que interviene un equipo multidisciplinar de profesionales, entre los que se encuentran pediatras, neurólogos y radiólogos, además de anestesistas, personal de enfermería, de los servicios de Urgencias hospitalario y extrahospitalario, y de transporte.

La doctora Rodríguez Campoy explica que uno de los objetivos principales del código ictus es "sensibilizar a la población de la existencia de esta enfermedad en niños para que puedan identificar los síntomas y tratarla cuantos antes para conseguir disminuir la mortalidad y las secuelas". Precisa que actualmente, se estima que el ictus pediátrico tiene hasta un 20% de mortalidad y hasta un 70% de los niños que sufren esta enfermedad se quedan con secuelas. La mayoría de estas secuelas son motoras, pero también puede producirse discapacidad cognitiva y trastornos en el aprendizaje que van a condicionar el resto de la vida del pequeño, según indican las neuropediatras del Puerta del Mar Carmen Gutiérrez Moro y María Jesús Salado Reyes.

La doctora Gutiérrez Moro quiere dejar claro que el hecho de que el cerebro del niño tenga mayor plasticidad neuronal (capacidad de regeneración), "no implica que el ictus sea menos grave que en adultos porque, igualmente, las secuelas son tremendas y, además, son a muy largo plazo, ya que la esperanza de vida es mayor que la de un adulto".

Por eso, cuando un padre sospeche que su hijo ha sufrido un ictus, "es muy importante acudir de inmediato al servicio de Urgencias -o llamar al 061- porque el tiempo es cerebro. Es decir, cuanto antes se trate, mejor pronóstico va a tener porque se minimizan las secuelas y disminuye la mortalidad", insiste el neurorradiólogo intervencionista del hospital gaditano Amado Rodríguez Benítez, quien argumenta que "cuando hay un vaso obstruido en el cerebro, por cada minuto que pasa, mueren dos millones de neuronas aproximadamente. Por eso es importante actuar rápido: cuanto antes se abra el vaso, menos neuronas van a morir y quedarán menos secuelas".

Pero ¿en qué consiste exactamente el código ictus? "Consiste en detectar de forma precoz los síntomas del ictus y movilizar a todo el personal sanitario –tanto hospitalario como extrahospitalario– de forma coordinada para actuar de la manera más rápida posible", explica Patricia Rodríguez.

La neuróloga Beatriz Yerga, coordinadora del código ictus en toda la provincia, detalla que el primer paso lo dan los miembros del Servicio de Urgencias extrahospitalario: la sala de coordinación del 061 se pone en contacto con el pediatra de Urgencias del Hospital Puerta del Mar –centro referente en la provincia en el manejo del ictus– y con el neurólogo de guardia del centro, y éste es el que confirma si puede tratarse o no de un ictus y quien activa el código ictus para agilizar el traslado. Beatriz Yerga indica que en ese momento, se avisa a todo el personal implicado en el manejo del ictus pediátrico para que esté preparado cuando llegue el niño al hospital.

Apunta que el paciente es recibido en Urgencias, donde se estabiliza, y luego se le pasa a la sala de radiología para realizarle una prueba de imagen que permita identificar qué tipo de ictus es y descartar otras lesiones que pueden simular un ictus, ya que, según afirma Patricia Rodríguez, "en los niños esto es más frecuente que en adultos".

Esta médico de la UCI Pediátrica señala que si se confirma que es un ictus isquémico (obstrucción de una arteria del cerebro por un coágulo), se empieza a aplicar inmediatamente el tratamiento, que consiste en desobstruir el vaso sanguíneo que estaba obstruido y restablecer el flujo sanguíneo. "En el caso de que se trate de un ictus hemorrágico, se estabiliza al paciente y si tiene los criterios de tratamiento, se le interviene con cirugía o endovascularmente", añade el doctor Amado Rodríguez.

Una vez que se diagnostica el ictus y se inicia el tratamiento, el paciente se traslada a la UCI Pediátrica, donde se mantiene el tratamiento de soporte y se vigilan las complicaciones más graves que pueda tener.

Cabe señalar que existe un proyecto liderado por la doctora Rodríguez Campoy para "intentar unificar los criterios de manejo del ictus pediátrico en todos los centros de España, debido a que es una patología poco frecuente en niños y con escasa evidencia científica que nos respalde". Esto permitiría "unificar la forma de actuación para que cualquier niño de España en cualquier lugar se trate de la misma manera y en las mejores condiciones", sostiene esta pediatra.

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