La imparable pérdida de población que viene arrastrando Cádiz desde hace unas décadas, con 45.000 habitantes menos que en los años 90 del pasado siglo, se está cebando de forma especial en los grupos de menor edad de su pirámide población.

Este descenso, que se está acrecentando de forma muy preocupante en los últimos años, va parejo a un envejecimiento de su población.

Todo ello incide de forma decisiva en el dinamismo de la propia ciudad: se vacían las aulas de los colegios y crecen las necesidades en residencias para la tercera edad; a la vez, cada vez más los paseos se quedan sin pequeños correteando por ellos frente a los mayores que descansan en sus bancos.

Los datos son elocuentes. Según el censo que acaba de publicar el INE, a 1 de enero de 2023 (pendiente de la edición del padrón municipal), el número de vecinos entre 0 y 9 años de edad apenas llegaba a 6.844 niños y niñas. Y los que no habían cumplido su primer año se quedaban en un mínimo de 460.

Si unimos a éstos los 496 que tenían un año y los 610 con dos, se prevén tiempos aún más difíciles para los centros escolares de la ciudad cuando este grupo empiece la Educación Infantil.

La caída ha sido muy importante. En este grupo de edad de 0 a 9 años, la pérdida se eleva a un 33% menos en una década, pues en 2013 se cuantificaban 10.261 niños y niñas. La bajada se ha agravado en esta última década pues si la comparación de este 2023 lo hacemos con el 2003, el porcentaje de caída apenas crece en un punto.

La situación es tal que en el censo de 2011, los menores de un año rozaban el millar, 919, casi el doble que ahora.

Llama la atención el descenso en apenas un año pues en 2022 hasta los nueve años se contaban con 7.683 niños y niñas, 840 más que un año más tarde.

Frente a estas cifras, los mayores de la ciudad siguen en aumento. El pasado 1 de enero estaban censados 387 personas que ya habían superado los 90 años, de las que 22 eran centenarias. Son en conjunto 50 más que en 2021.

Un cuarto de la población residente en la capital de la provincia ya está por encima de los 65 años de edad, con lo que quedan fuera del mercado de trabajo y viven de su pensión, de la ayuda familiar o la asistencia pública. Hasta los 24 años, cuando se supone que han concluido los estudios superiores y la totalidad de los ciudadanos entra en el mercado de trabajo, con o sin empleo, el porcentaje apenas está un punto por encima de los mayores.

Cádiz tiene desde hace años un crecimiento vegetativo negativo, que es la diferencia entre nacimientos y fallecimientos. Sólo la llegada de población extranjera ha impedido en este tiempo una caída mayor de la población. Con todo, el censo de 2023 refleja que es la ciudad entre las grandes del país que más ha caído en habitantes, un 1,1%, solo igualada por Linares.