Cádiz

El Pardo queda muy lejos

  • El régimen franquista no atendió a la necesidades que tenía la ciudad El proyecto del puente chocó con las reticencias iniciales de Franco que, además, obligó a la ciudad a financiar una obra de coste millonario

Franco donó 50.000 pesetas a las víctimas de la explosión del 18 de agosto de 1947. La cantidad, elevada entonces, hoy se puede considerar ínfima si tenemos en cuenta que el general, en aquella fecha, ya era poseedor de una fortuna que se cuantificaba en decenas de millones de pesetas, según las últimas investigaciones de los historiadores.

 

Tal vez este es el mejor ejemplo de la actitud que tuvo la dictadura en su relación con Cádiz. La ciudad, inmersa en una crisis crónica desde décadas antes, no llegó a obtener en estos cuarenta años un apoyo decidido del gobierno del general impidiendo con ello poner las bases para su recuperación.

 

A lo pocos meses de la catástrofe en la base de  San Severiano, el gobierno nombra a José León de Carranza como alcalde de la ciudad. Su padre ya había sido alcalde durante la dictadura de Primo de Rivera y en los primeros meses de la Guerra Civil. Era, así, el nombre y el hombre adecuado para enfrentarse a los numerosos problemas que tenía una ciudad herida de muerte.

 

Las cartas privadas que se guardan en los archivos municipales, correspondencia entre Carranza y altos cargos del Régimen, nos trasladan a una relación tormentosa entre el Ayuntamiento gaditano y El Pardo. Se suponía, y así se había trasladado a lo largo de la historia, que Carranza tenía una línea directa con Franco, hasta el punto de convertirle éste en uno de los alcaldes más veteranos, más de dos décadas en el cargo, como premio a su fidelidad con la causa nacional.

 

Sin embargo, fueron más las desilusiones que las alegrías en esta relación, aunque públicamente todo fueran parabienes. 

 

Francisco Franco visitó oficialmente la capital en seis ocasiones. La primera, al poco de su triunfo en la Guerra Civil, el 19 de abril de 1939; la última, ya en sus últimos años, en 1970, con Jerónimo Almagro como alcalde y recibiendo el dictador el título de Alcalde Honorario y Perpetuo de Cádiz. Tardó en venir el jefe del Estado a la ciudad tras la explosión de 1947: ocurrió en agosto y la visita se demoró a febrero de 1948. Antes había estado en 1946 y, después, vendría en 1953 y 1961.

 

En estos dos últimos encuentros, muchas de las pancartas que llevaban los miles de ciudadanos que llenaban San Juan de Dios para escuchar sus palabras, evidentemente controladas por la propia autoridad, reclamaban dos obras que se consideraban esenciales: la reforma integral del barrio de Santa María (1953) y la construcción de un puente sobre la Bahía (1961).

 

La primera reclamación estaba estrechamente unida a un problema endémico de la ciudad: la falta de vivienda. Desde un principio, el compromiso del Estado de construir centenares de viviendas sociales se vio incumplido, agravando por ello el déficit. Ya con la barriada de La Paz en marcha, el Ayuntamiento intentó varios movimientos para incrementar el cupo que le correspondía, chocando con la negativa del Ministerio de Vivienda aduciendo ésta una deuda que el municipio mantenía con este departamento. Carranza, en su correspondencia privada, llegó a reconocer que prefería no ir por la sede del Ministerio para evitar toparse con el director general, con el que mantenía unas relaciones especialmente agrias.

 

Respecto al puente, el propio Carranza se topó con el mismo Franco, que no le parecía necesario este proyecto. Cuando se logró el visto bueno de El Pardo, el Ayuntamiento se vio obligado a financiar la obra. Esta medida le llevaría al borde de la quiebra. El alcalde se lamentará de esta circunstancia, frente a otras infraestructuras en otras ciudades pagadas por el Estado. José León de Carranza dejará por escrito su desilusión con Franco, advirtiendo como esta se trasladaba también al resto de la población.

 

El histórico alcalde, gravemente enfermo, tampoco consiguió de Franco que éste nombrase a Fernando Portillo como su sustituto al frente de la Alcaldía.

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