Cádiz

Muere El Motor de Cádiz, leyenda de la reventa en el Falla

El Motor en San Antonio en una imagen del año pasado.

El Motor en San Antonio en una imagen del año pasado. / Joaquín Hernández Kiki

Enrique Mariscal, conocido como 'El motor' de Cádiz y leyenda de la reventa en el Teatro Falla y muy conocido en la ciudad falleció este viernes. Este gaditano, que se había ido a vivir a Segovia, fue uno de los más singulares y famosos, exportando a toda España su talento para revender entradas de todo tipo de espectáculos.

En una entrevista con Diario de Cádiz el año pasado, Enrique recordaba con nostalgia aquella época, ya que con 12 años ya se ponía en la cola para los reventas para llevar dinero a su casa. "Fui cogiendo experiencia y poco a poco me fui metiendo ahí. En esa época había varios que cortaban el bacalao... estaban el Goliat, Fernando, El Bahía, El Gitano... había bastantes sí”, recordaba, una negocio que se acabó cuando empezaron las entradas nominativas para el COAC. "Me quitaron algo de mi niñez", decía entonces.

Otra época

Aquella reventa legendaria tenía sus propios códigos con nombres que permanecen en la memoria de los aficionados de la época. Los reventas acudían a los locales de ensayos con fajos de entradas para repartirlas entre los componentes a un precio más elevado. 

"El procedimiento era fácil. Se ponía la gente en la cola. Se le daba a cada chaval un sueldecito para que se llevara un dinerito para su casa y ya está. No había más vuelta de hoja. Por las noches, cada dos horas, se pasaba lista y el que no estaba pues tenía que irse al final de la cola. Y así sucesivamente. Se daban los numeritos y ahí no se colaba nadie. Los reventas no se colaban. Íbamos de bien. Que una persona se ponía primera, pues estupendo, no pasaba nada. Nosotros respetamos”.

El Motor tenía en proyecto para la venta de entradas que paró por la pandemia, que  le parecía “peor que terrible". "Esto es una cadena. Cuando vino la crisis del ladrillo no vendía tampoco el carpintero, el cerrajero ni el cristalero, pues esto lo mismo, si no hay conciertos no gana el artista pero tampoco el taquillero ni el reventa”.

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