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Obituario

Muere en Cádiz el escultor Celso Escanilla

Celso Escanilla (izquierda) trabaja en el monumento a la cigarrera en una imagen tomada en el año 2000.

Celso Escanilla (izquierda) trabaja en el monumento a la cigarrera en una imagen tomada en el año 2000. / Joaquín Hernández Kiki

El escultor Celso Escanilla Hernández ha fallecido hoy en Cádiz a los 83 años de edad. Profesor de Dibujo en varios centros educativos de la capital gaditana, Escanilla nació en Sevilla aunque con poco más de 20 años comenzó a vivir en Cádiz. Como escultor, fue el autor del monumento a la cigarrera que se encuentra en la Cuesta de las Calesas, junto al Palacio de Congresos (antigua Fábrica de Tabacos). De sus manos, además, salieron el busto a Pablo Iglesias que se encuentra en la barriada de la Paz y el del escritor César Vallejo ubicado en la Alameda. Escanilla, además, fue la imagen o el 'modelo' que el pintor Hernán Cortés utilizó para su polémico cartel de Carnaval del año 1987.

Artistas gaditanos como la pintora Carmen Bustamante y el escritor José Ramón Ripoll han lamentado hondamente la desaparición de Celso Escanilla, que durante muchos años fue un referente en el mundo cultural gaditano desde su estudio en la calle Rafael de la Viesca, siempre abierto al encuentro de creadores de la ciudad, como recuerda la periodista Ana Rodríguez-Tenorio, y cuyo espacio compartió durante muchos años con artistas como Fernando Meléndez y la propia Bustamante: "Ha sido una muy buena persona, muy divertida, amigos de sus amigos, y un gran artista", resume la pintora.

Celso Escanilla fue profesor de Dibujo en la Escuela de Artes y Oficios, Salesianos, La Salle Viña, el instituto del Rosario, el Seminario y el instituto Rafael Alberti, centro en el que se jubiló hace varias décadas. Por sus clases, por tanto, han pasado varias generaciones de estudiantes gaditanos.

En el apartado artístico, Celso Escanilla destacó por el monumento a la cigarrera, que acabó en el año 2000; el busto del histórico líder socialista Pablo Iglesias, que fue inaugurado en octubre de 1988 por el sindicalista Nicolás Redondo, y por el del poeta peruano César Vallejo, que se encuentra en los jardines de la Alameda y que, como anécdota, fue robado hace varios años. El propio Celso Escanilla y el poeta Jesús Fernández Palacios fueron los encargados de ir a Comisaría para recoger el busto una vez recuperado por la Policía.

A estos trabajos hay que añadir un busto de Alberti  y una paloma de la paz en el instituto del mismo nombre, otro del diputado doceañista Ramón Power que está en la Alameda, un Cristo en la parroquia de San Servando y San Germán, en el barrio de La Laguna, y una Purísima en Pozoalberto, Jerez, entre otras esculturas.

Su monumento a la cigarrera es, quizás, su obra más pública y reconocida. En julio del año 2000, la periodista Aida R. Agraso firmaba en Diario de Cádiz un reportaje sobre el proceso de creación de este monumento, que por entonces estaba casi finalizado en barro a la espera de recibir en Madrid el fundido en bronce para inaugurarse en octubre de ese mismo año. "Celso Escanilla ha pasado casi cuatro meses moldeando barro. Hasta setecientos kilos de material ha necesitado para erigir su obra. Y sus manos han creado otras cuatro, las que tienen las dos figuras, una sentada con las labores del tabaco, la otra junto a ella, que componen un conjunto escultórico de 1,90 metros de altura que va colocado sobre una peana de 45 centímetros. Para verla en pie, ha tenido que solucionar los problemas derivados del resecamiento del barro, que a veces le ha obligado a deshacer y rehacer diversas zonas y ocupar buena parte de su tiempo en rellenar las grietas", se podía leer en la crónica periodística.

Cartel de Carnaval de 1987, original de Hernán Cortés y cuya imagen es la de Celso Escanilla. Cartel de Carnaval de 1987, original de Hernán Cortés y cuya imagen es la de Celso Escanilla.

Cartel de Carnaval de 1987, original de Hernán Cortés y cuya imagen es la de Celso Escanilla.

Y continuaba con la opinión del escultor: "A Celso Escanilla le encanta el lugar en el que irá ubicada esta estatua que, una vez realizada en bronce, pesará unos 1.500 kilos. Ahora que la tiene prácticamente concluida, explica que terminar una obra como ésta es "como un embarazo". "Cuando das a luz, la felicidad es extrema", opina. Y al verla culminada se produce un sentimiento parecido a "como después se quiere al hijo".

Celso Escanilla fue, además, la imagen usada por el pintor Hernán Cortés para su cartel de Carnaval de 1987, aquella en la que un hombre aparecía con abierta sonrisa, nariz y bigote postizos y unas gafas. Un cartel polémico en su momento y que, con el paso de tiempo, ha ido valorándose como uno de los más originales de la historia moderna de la fiesta gaditana. Detrás de la careta, por tanto, estaba el ahora desaparecido escultor y profesor.

El alcalde de Cádiz, José María González, ha trasladado hoy en nombre del Ayuntamiento sus condolencias por la muerte del escultor Celso Escanilla, de quien destacó “el legado y la huella que deja en la ciudad” a través de su esculturas y de su trayectoria como docente en diferentes centros educativos de la ciudad.

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