Mercedes Palau Baquero (1935-2023), in memoriam
Obituario
Trabajó como alta funcionaria del Ministerio de Asuntos Exteriores y ejerció de Delegada Permanente en Especial Misión, Adjunta al Director, de la Real Academia Hispano Americana, en Madrid
Fue de esas pocas personas que han llevado el nombre de Cádiz a gran número de lugares de diversas partes del mundo, aún no viviendo aquí, difundiendo la figura y obra de Alejandro Malaspina
He recibido la triste noticia del fallecimiento, el pasado 12 de Enero, de Mercedes Palau, en Madrid, donde residía.
Mercedes fue de esas pocas personas que han llevado el nombre de Cádiz a gran número de lugares de diversas partes del mundo, aún no viviendo aquí.
Catalana de nacimiento, fue alta funcionaria del Ministerio de Asuntos Exteriores, por lo que se radicó en Madrid. Mujer a la que la vida le dio grandes disgustos, fue no obstante muy vitalista con gran capacidad de superación y quizá excesivamente confiada, lo cual también le acarreó adversidades. Perdió muy pronto a su marido y luego a su hijo; y por si fuera poco, una banda hispanoamericana atracó su casa y la jefe de la banda le conminó a que entregase el anillo que llevaba o le cortaba el dedo y lo cogía ella misma (era el único recuerdo que le quedaba de su marido).
Nieta del bibliófilo Antonio Palau y Dulcet autor del Manual del Librero hispano‑americano…, continuada por su hijo Agustín, padre de Mercedes, cuya magna obra hemos tenido que consultar muchísimos profesionales de diversos ámbitos; a nuestra admirada Mercedes debió dejarle un acicate cultural que le permitió superar los múltiples reveses que la vida le dio. Y ese anclaje se lo ofreció la figura y obra de su admirado Alejandro Malaspina cuya famosa Circunnavegación conoció, disfrutó, difundió.
Sabido es que todos los Marinos españoles de prestigio de la Ilustración, pasaron por Cádiz, estudiaron en Cádiz y usualmente partían de Cádiz para sus viajes, como así ocurrió con la Expedición Malaspina, que de aquí partió en 1789 y aquí volvió en 1794.
Pues bien, Mercedes se “enamoró” de Alejandro Malaspina y en su puesto del Ministerio le fue fácil contactar con embajadores y otro personal relacionados con los lugares que Malaspina había visitado o descrito, la mayoría de los cuales también visitó Mercedes. Su vitalidad le hizo estar constantemente elaborando estrategias para difundir tal persona y obra; y lo que es más importante, consiguiendo fondos y moviendo profesionales para realizarlas. Debió ser por los años ochenta cuando ella y el Dr. Orozco, por entonces Director de la Real Academia Hispano Americana (que depende de Asuntos Exteriores), contactaron y colaboraron ambos para conmemorar primero el Bicentenario de la Salida de la Expedición, luego el de la Llegada, sumando varias publicaciones, exposiciones y viajes visitando los sitios malaspinianos, aparte de facilitar otras publicaciones de la Academia financiadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Tras ser yo elegido Director de la Academia, le propuse su ingreso en ella y le nombré Delegada Permanente en Especial Misión Adjunta al Director en Madrid (cargo previsto en los Estatutos), siendo nuestro enlace con el Ministerio y, dado su conocimiento de éste, facilitando muchas cosas para nuestra Corporación, que de su mano estuvo presente en diversos sitios, como Praga o Mulazgo, la patria italiana de Malaspina.
Su última labor importante ha sido la consecución de la reedición, en 2021, de las Memorias de un Librero Catalán (Ediciones Doce Calles), de su abuelo Antonio Palau, de sabrosa lectura su texto, así como la introducción personal de nuestra compañera de Corporación.
Descanse en paz.
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