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Sociedad

La Junta presenta un protocolo contra la soledad no deseada de las personas mayores

  • La iniciativa, que viene a paliar una necesidad que sufre casi la mitad de la población andaluza con más de 55 años, se pondrá en marcha este enero de 2022

  • La consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación ha presentado este lunes el funcionamiento de este sistema en la Facultad de Filosofía y Letras de la UCA

La consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz, flanqueada por la gaditana Chari Luque y por el voluntario de Cruz Roja Ángel Hurtado.

La consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz, flanqueada por la gaditana Chari Luque y por el voluntario de Cruz Roja Ángel Hurtado. / Jesús Marín

Con el objetivo de afrontar el reto de una población cuyo envejecimiento aumenta al compás de la calidad de vida y de, ante todo, combatir uno de los grandes errores de una sociedad excesivamente volcada en los cánones del utilitarismo, la consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, a través del reciente I Plan Estratégico Integral para Personas Mayores, ha presentado un Protocolo para la Detección de la Soledad no Deseada para los ciudadanos andaluces mayores de 55 años. Una iniciativa cuyos detalles ha dado a conocer la consejera Rocío Ruiz este lunes 20 de diciembre en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz.

"La soledad te deshace, te quita la humanidad, la soledad es un agotador exilio cotidiano, la soledad es desesperanza, y eso no lo podemos permitir, por eso le plantamos batalla desde la escucha, desde la empatía y desde la creación de redes y lazos", ha retratado Ruiz el ideario de un protocolo cimentado en "la esencia de Andalucía" que es para la consejera "el espíritu de esa vida de comunidad, de barrios, de vecindad" perdido ante una realidad que nos dice que 4 de cada 10 personas mayores de 65 años están solas. De esta forma, ese trato cercano que durante generaciones nos ha hecho estar al tanto unos de otros es el que desde el Departamento del Mayor se pretende recuperar con este nuevo recurso público que estará en funcionamiento "el próximo mes de enero".

Así, Ruiz recuerda que con la creación de este protocolo de detección de la soledad no deseada se cumple con uno de los programas "fundamentales y prioritarios" del Plan Estratégico Integral que se trazó desde el Gobierno Andaluz hace un año. Un protocolo "ambicioso" y que plantea "un reto necesario" en un doble sentido, porque "una sociedad digna no puede permitir que sus mayores estén en esta situación" y porque la realidad demográfica nos habla de un progresivo "envejecimiento de la población".

El corazón de este recurso se basa en la captación de una serie de agentes que a pie de calle estén al tanto de la situación de las personas mayores de nuestra comunidad. Agentes institucionales de detección (sanitarios, seguridad, socio-comunitarios) y, "los más importantes", a juicio del director general de Personas Mayores, Pedro Miguel Mancha, "agentes sociales como familiares y vecinos, personas de proximidad, profesionales que tratan en su día a día a los mayores como los farmacéuticos, las personas que atienden en los comercios locales, en las asociaciones...", enumeraba el responsable público que se ha encargado de desgranar el funcionamiento del nuevo protocolo.

Estos informantes (que se conseguirán a través de diferentes campañas y reuniones con colegios profesionales, asociaciones y voluntariado de las ONGs, entre otros) darán el aviso de una posible situación de soledad a la Mesa Radar Local, una de las tres mesas, junto a la Mesa Radar Provincial y a la Comisión Técnica de Soledad no Deseada, que integran el plan y hacen las labores de coordinación y comunicación.

Es esta Mesa Local -donde estarán representados Ayuntamiento de cada comunidad, servicios sociales comunitarios, centro de salud de la zona, centro de participación activa, centros municipales de la mujer, del IAM y del Tercer Sector- se erige como el eslabón fundamental de una cadena en la que "siempre", insistieron Ruiz y Mancha, "se actuará respetando la opinión de la persona a la que no se le obligará a aceptar un recurso que no quiera".

De esta forma, los agentes informarán a algunos de los representantes de las entidades que compone la mesa y se hará una visita domiciliaria a la persona mayor para comprobar si, efectivamente, existe esa situación de soledad no deseada. En el plazo máximo de un mes se deberá emitir un informe sobre la situación del afectado y si la persona está en situación de soledad o, incluso, de se estima que hay factores de riesgo, se intervendrá con un plan individualizado informándole de todos los recursos que tiene a su disposición y se le aconsejará para paliar su situación. Además, el plan contempla el seguimiento durante un año de esta persona y, a su término, se volverá a valorar su situación, pudiendo prorrogarse esta vigilancia por un año más, si la mesa lo estima oportuno.

La consejera quiso dejar constancia de “todo el trabajo” que hay detrás de este protocolo con el que se puso manos a la obra “antes de la pandemia”. “Lamentablemente, la pandemia llegó y tuvimos que paralizar el protocolo y activar otros recursos para situaciones de emergencia como los servicios telemáticos o esa alerta que pusimos en colaboración con las farmacias puesto que si en tres días una persona mayor no iba a recoger sus medicamentos acudíamos a su domicilio para ver si estaba bien”, rememoró Ruiz que se congratula, además, por este nuevo protocolo armado desde “el conocimiento”, desde “los datos”, que ofrecía el estudio sobre la soledad en personas mayores en Andalucía, encargado a un equipo de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla con tal fin.

La importancia de sentirse acompañado

Durante la presentación pública del Protocolo contra la Soledad no Deseada en Personas Mayores, la consejera Rocío Ruiz quiso conocer de primera mano la importancia que en el día a día tiene para una persona mayor sentirse acompañada. Así, presentó al auditorio a Chari Luque, una mujer de 73 años, viuda desde hace 20 y con problemas de movilidad, y a Ángel Hurtado, el voluntario de Cruz Roja que desde hace 9 meses hace labor de acompañamiento de esta gaditana.

"Yo estoy deseando que llegue los miércoles porque tocan a la puerta y ya sé que es él", confesaba la señora que aunque tiene tres hijos y varios nietos no los quiere "molestar" porque sabe "que tienen sus trabajos y que atender a sus familias". 

La labor de Ángel es muy simple y, sin embargo, esencial para el día a día de Chari. Llega a su casa, la ayuda a bajar, dan una vuelta, se sientan a tomar cafelito en un bar y continúan dando una vuelta. "Nos ponemos al día de lo que hemos hecho en la semana y ella me cuenta las cosas que ha visto en la tele, me tiene muy al día del Sálvame, por ejemplo. Y la verdad, y lo digo con toda sinceridad, es que me lo paso bomba con ella", asegura el joven, también padre de dos hijos, que anima a todo el mundo "tenga mucho o tenga poco tiempo, el que pueda cada uno" a participar como voluntario en las diferentes organizaciones que existen en Andalucía con especial sensibilidad con nuestros mayores. "Aunque sólo sea por un motivo egoísta, por la satisfacción de sentirse uno bien", azuza.

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