Cádiz

Juegos violentos con los alumnos en el despacho

  • El fiscal explica en su escrito que el cura y los chavales jugaban, por ejemplo, al 'goldfish', una práctica que consistía en agarrar y tirar con fuerza de los genitales

Antes de que diese comienzo la declaración del cura salesiano, el magistrado Manuel Grosso de la Herrán preguntó al fiscal del caso, Florencio Espeso, si iba a proceder a la lectura del escrito de calificación provisional, propuesta que el representante del Ministerio Público rechazó. Ante su negativa, el magistrado leyó las conclusiones provisionales él mismo, dando a conocer un documento que, hasta ayer, había sido custodiado con recelo sin que ningún medio de comunicación hubiese tenido acceso a él.

Así, según el escrito de la Fiscalía, los hechos se remontan a enero de 2012, cuando, con el objeto aparente de ganarse la amistad de los alumnos fundamentalmente de Primero y Segundo de ESO, el acusado supuestamente ideó un "sistema de créditos" mediante el que los alumnos que "querían evitarse alguna clase por resultarle molesta o aburrida" acudían al director para que les diese un justificante "a cambio de un castigo corporal".

De esta manera, los estudiantes permanecían durante un tiempo preestablecido en el despacho estudiando, jugando con el ordenador o la tablet y recibían golosinas, pero siempre "a cambio del correspondiente castigo corporal que era cuestión 'sine qua non'".

Según el fiscal, los castigos corporales implicaban "golpes con la mano abierta sobre la piel", obteniendo este sistema "gran éxito entre los alumnos" para conseguir evitar las clases. En principio se trataría de "collejas y golpes no muy fuertes", pero dicha actitud de camaradería ocultaba sin embargo "un propósito libidinoso" por parte del acusado, que habría ido "aumentando la intensidad de los golpes" y de juegos concretos que "conllevaban un componente erótico".

Entre los supuestos juegos que el acusado practicaba con los menores figuran los denominados "fuegos artificiales", consistentes en cachetes en la cara con las dos manos; el "abrazo del oso", que se basaba en abrazar al alumno por los riñones y elevarlo hasta que los genitales quedaban a la altura de su pecho para posteriormente tirarlo al suelo; y el "goldfish", una práctica que pasaba por agarrar y tirar de los genitales violentamente.

A esto se unían grabaciones de anuncios imitando a los emitidos por la televisión "bajo el pretexto de una especie de concurso para subirlos a la red" y en el que los menores eran los actores (López Luna admitió en el juicio que un menor llegó a estar en bañador en su despacho para que él le extendiese crema de afeitar). También se hace mención a la grabación de un 'Harlem Shake' en el que "los alumnos bailaban al tiempo que se quitaban la ropa".

Según la acusación popular, cuando el acusado decidía hacer los juegos "intensos", "cerraba el despacho, incluso con llave, para evitar ser sorprendido" y que "escaparan los alumnos" cuando el castigo les parecía "excesivo". Asimismo, les aconsejaba que dichas actividades "no debían trascender a otros ni salir del grupo".

Esta actitud se habría prolongado hasta julio de 2013, cuando "el aumento de la agresividad" resultó "molesta" a alguno de los alumnos y decidió denunciarlo.

Tras la lectura del escrito de la Fiscalía, el tribunal ha admitido tres pruebas propuestas por la defensa del acusado. Dichas pruebas consisten en una sentencia del 10 de octubre de 2013 por la que se condena, por agresión al ex director, a la madre y al tío del menor que interpusieron en su día la primera denuncia que ha dado pie a este procedimiento.

La segunda prueba consiste en una serie de mensajes de un grupo de WhatsApp que el acusado tenía con varios alumnos; y, por último, se ha aceptado que declaren en el juicio 14 menores cuyo testimonio había sido excluido inicialmente, pues iban a escucharse las grabaciones realizadas en instrucción y que recogían sus respectivas versiones de los hechos. La defensa ha argumentado que la declaración de estos 14 menores es "superlativamente importante" para que haya "luz y taquígrafo". El tribunal lo ha aceptado para "garantizar al máximo el derecho a la defensa" y teniendo en cuenta que algunos rondan ya la mayoría de edad.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios