Isabel Suraña | Decana del Colegio de Arquitectos de Cádiz

"Por fin vamos estar presentes en la comisión provincial de patrimonio"

  • La arquitecta de la Isla es la primera mujer decana, cargo que afronta con grandes proyectos como la implicación de los jóvenes y la creación de comisiones de urbanismo y cultura

Isabel Suraña, decada del Colegio de Arquitectos de Cádiz.

Isabel Suraña, decada del Colegio de Arquitectos de Cádiz. / Julio González

Isabel Suraña es la primera mujer que ocupa el sillón de decana del Colegio de Arquitectos de Cádiz. Un cargo en el que no se veía al tener un perfil más técnico que político, pero que ha afrontado con grandes e importantes retos para la profesión.

–¿Es usted la primera mujer decana del Colegio de Arquitectos de Cádiz, ¿qué siente?

–Cuando fui nombrada me llenó de orgullo la sensación de ser decana y representar a este colectivo tan importante, pues los arquitectos se han considerado siempre profesionales de alto nivel cultural y de conocimiento. Así que estoy orgullosa y muy agradecida de haber sido elegida por mis compañeros.

–Cuáles serán sus principales líneas de acción al frente del Colegio?

–Hemos sido un sector profesional muy unido, pero en los últimos tiempos estamos más meteorizados y los jóvenes participan poco. Para ello, lo primero que hemos hecho es sacar varias becas, para trabajar en estudios con cierta trayectoria profesional y una serie de concursos. También queremos hacer jornadas de jóvenes, asesorarlos, ayudarles a tener presencia en el sector y apoyarles a la hora de acercarse al mercado laboral.

–¿En qué consisten estos concursos?

–Se llaman 'Espacios para la reflexión', ya se iniciaron cuando yo trabajaba como tesorera hace unos años y que ahora hemos retomado para incentivarlos. Se trata de concursos hechos por el colegio de Arquitectos de Cádiz y en colaboración con los distintos municipios donde se han elegido los enclaves, muy encaminado a ideas frescas y con varios premios para hacerlos accesibles.

–Precisamente usted es decana por vez primera, pero ya conocía las entrañas del Colegio de cuando era tesorera. ¿Quiere mantener la misma filosofía o quiere introducir algún cambio?

–Todo depende de la situación con la que te encuentres. Cuando yo fui tesorera eran los años más duros de la crisis, hablamos del 2009 al 12 y tuvimos que hacer una política de contención importante en todos los sentidos. Aún así la junta de gobierno funcionó bien, hizo muchas cosas, pero con limitaciones. Ahora, aunque no son los años de bonanza de final del siglo XX y principios del XXI, sí que tenemos una estabilidad prevista y controlada con los presupuestos que aprobamos, y estos te permite tener un margen acotado para hacer cosas. Y en esta línea intentaremos revertirlos en los colegiados, tanto en difusión, como en formación, ayudas, concursos, etc.

–¿Se percibe entonces una recuperación del sector en Cádiz?

–Es lenta pero avanza. Primero, que la crisis anterior no nos la esperábamos y nos pilló con lo puesto, por lo que fue más complicado dejar el barco a flote. Pero ahora que hemos aprendido es más fácil controlar con los presupuestos y es verdad que no están tan disminuidos como en la crisis. No hemos remontado a los años de bonanza, pero sí que hemos aumentado algo respecto a los años de crisis.

-Con la crisis vuestros honorarios se vieron muy disminuidos, con la complicidad de las administraciones que se subieron al carro en ese sentido. ¿Cómo va la tarea de recuperar la posición en la sociedad?

–Hay dos motivos por el que algunos arquitectos empezaron a bajar los precios, primero por la necesidad de la gente joven de salir al mercado laboral, pues al no tener los costes de un estudio consolidado, aprovechan este momento para darse a conocer siendo baratos. Además, con la crisis muchos jóvenes y mayores estaban desmotivados y no valoraban el trabajo, de modo que salieron a defenderse económicamente. Y en segundo lugar, la crisis también ha hecho que a todos nos comparen en precios para competir entre nosotros. Es cierto que algunos se han intentando mantener en el mercado bajando el coste de los trabajos, pero hay que hacer ver a la sociedad que el técnico no es el gasto mayor en la obra y, sin embargo, es el que mejor va a controlar la calidad del producto final. Con las administraciones fue más de lo mismo, honorarios bajos a licitar, peor calidad en el servicio. Pero esto hay que revertirlo, hay que tener claro nuestra función y responsabilidad y no bajar los precios sólo por conseguir una solución a corto plazo.

-¿Se está visando más?

–Pues sí. A pesar de que está anunciado un periodo de recesión en 2020, se ha visado por encima de la previsión que había para este año, y aunque no ha sido muy significativo es buena señal. El sector en Cádiz se recupera a ritmo lento, pero se recupera.

-¿Como primera mujer decana, está entre sus cometidos visibilizar más el trabajo de las compañeras?

–A todas las compañeras que nos traigan propuestas para posicionar a la mujer se les va a dar apoyo, al igual que a nuestros compañeros. Es verdad que de cara a la calle hay menos mujeres que hombres, mientras que en las universidades es al contrario. Así que por desmitificar un poco que éste es un trabajo de hombres, hay que dar visibilidad. No obstante, las mujeres en nuestra profesión se defienden bien, entre los compañeros y en general en la sociedad. Son personas muy formadas que se dan a respetar por el nivel de conocimiento que tienen y es muy difícil que se las trate de otra manera por ser mujer.

–En cambio, las arquitectas no están en la primera línea, ni en las ponencias, ni en clases magistrales, ni en los premios, ni en las revistas de arquitectura... De hecho es noticia que usted sea la primera decana.

–En general ser profesional libre es muy sacrificado sobre todo si tienes familia. Nos acostumbramos en épocas complicadas a perder la capacidad de proyectarnos, de modo que nos autoanulamos. Pero hay que saber posicionarse, saber dónde está tu sitio, saber lo que puedes dar, expresarte y no quedarte atrás. Si estoy yo aquí que tengo familia numerosa, puede cualquiera. Pero debemos ser equipo para funcionar, hombres y mujeres deben trabajar conjuntamente a nivel familiar y laboral y todos nos debemos apoyar. Esto lamentablemente es un tema de educación y aún queda mucho por hacer. De hecho, me estoy encontrando a muchas mujeres con puestos de responsabilidad que son muy válidas, así que cuando una mujer alcanza un puesto directivo se convierte en un ejemplo.

–En los últimos años se ha apostado por traer a figuras de primer orden al colegio de Cádiz para ofrecer clases magistrales, conferencias, reconocimientos... ¿Continuará esta línea?

–El Colegio se ha distinguido por tener un nivel cultural alto, y es tanto a base de ponentes de primera línea como a través de actos muy cuidados, y no lo vamos a perder porque es algo que siempre nos ha identificado, es nuestra seña de identidad. Además, siempre acuden todos a nuestra llamada, y se debe también a que el personal del colegio es muy competente y hay una muy buena sintonía.

-En estos últimos años el equipo de gobierno del Ayuntamiento no ha apostado por grandes proyectos, pero sí por la sostenibilidad de la ciudad con la introducción del carril bici y peatonalización de algunas zonas. ¿Cómo valora la gestión urbana? ¿Hay que modificar el PGOU?

–Pienso que todo ahora tiene que ir en una línea de sostenibilidad, pero desde abajo. En este sentido, no vale sólo un carril bici sino que los planeamientos deben ser revisados desde este punto de vista , hay que intentar que la configuración de las ciudades vayan encaminadas a optimizar recursos, transporte y consumo, no dar cabida a edificaciones aisladas ni centros masificados, una buena gestión de bolsas de aparcamientos para vehículos y seguir los protocolos de forma efectiva para bajar el 1,5º C que le hace falta a la tierra. Y claro que hay que modificar el PGOU, pues no hay ninguna apuesta real por la sostenibilidad en el que tenemos, ni en Cádiz ni en los municipios de la provincia.

-¿A qué proyectos se le debería meter mano?

–Seguramente Cádiz tiene un déficit de aparcamientos tan importante que la ciudad está a punto de colapsar, de modo que desde urbanismo se tiene que priorizar en buscar bolsas de aparcamientos, potenciar transporte público y la circulación ordenada en la zona centro, sobre todo en época estival, pues irá en detrimento de la ciudad la no solución a corto plazo.

-Hay una cuestión que se ha echa en falta desde hace bastante tiempo en el Colegio de Arquitectos. Una defensa más férrea de vuestra profesión en cuestiones como el intrusismo, la participación en comisiones y la defensa de la propia arquitectura de la ciudad.

–Desde que empecé me he reunido con varias instituciones, entre ellas la Delegación Territorial de Cultura, Urbanismo y Ordenación del territorio, y ya nos han aceptado oficialmente que el Colegio de Cadiz tenga por fin un arquitecto en la comisión provincial de patrimonio, que hasta ahora no estaba. Y del mismo modo vamos a proponer a arquitectos en comisiones locales de ayuntamientos que no tienen en la actualidad , entre ellos Vejer, Medina... Lo haremos a través de una comisión de patrimonio que estamos creando. También se ha creado la comisión de urbanismo para colaborar con las administraciones y ofrecerles servicios y propuestas válidas en sus planeamientos. Me he reunido y hablado de iniciar convenios con Diputación, con la Delegación Territorial de Cultura, Autoridad Portuaria, Zona Franca, el ISE, Aparejadores, Avra... y en algunos casos ya están listos, y nos hemos reunido con varios alcaldes de municipios de toda la provincia para darles asesoramiento técnico a la hora de sacar concursos y así evitar problemas venideros e impugnaciones, al igual que convenios para regular las competencias. Esta forma de defensa de la profesión en positivo, desde antes de que se cause el problema, está siendo muy bien aceptada y creo que es la mejor forma de funcionar, no a base de impugnaciones y de contenciosos, sino participando en colaboración desde el principio. Soy consciente de que empezar es duro y trabajoso pero todo es rodar. Y ésta es una forma de garantizar la defensa de la profesión, adelantarnos a los problemas.

–Se abre por tanto una línea bastante importante e interesante de trabajo. ¿Cómo se gestionará?

–A través de comisiones y encargos concretos, y extenderemos la formación específica acreditada y especializada de los técnicos al servicio de la administración a través de acuerdos con Diputación, Avra.... En el Colegio de Arquitectos tenemos instituido en colaboración con la UCA el Aula Universitaria de Arquitectura, que nos acredita y homologa la formación que viene dando a nivel universitario desde hace un par de años. Todo un logro a nivel provincial, pues se ha solicitado exportar nuestro modelo de Cádiz a otros colegios de Andalucía y España.

-Y centrándonos en la defensa de la arquitectura le cito a Puerto América. Habéis realizado un alegato firme para que no se derribe, pero no una alegación para actuar y evitar la modificación del PGOU para descatalogarlo. ¿Por qué?

–Cuando llegué me posesioné con un comunicado, y de segundas con otro alegato público recientemente, pero no en cuanto a la defensa del edificio en sí, sino en la contrariedad del procedimiento que se llevaba acabo con la única idea de acabar demoliéndolo. Cuando sale a exposición pública el decreto para descatalogar el edificio lo estudiamos, pero más allá de su descatalogación, lo que insistimos es que no proceda su demolición. La descatalogación es una consecuencia legal por no estar acabado, pero esto no entra en la tesitura de la demolición aun, que ahí es donde nos interesa posicionarnos. Queremos apelar a la lógica y la valoración del edificio emblemático a modo de llamada social, ya que su valor está consolidado, pues aparece en revistas de las más importantes y desde Cádiz lo intentan demoler.

-¿Y del abandono sistemático de edificios tan emblemáticos como el Náutico, San Sebastián, Instituto Rosario, etc.?

–Las administraciones deben tener un protocolo de mantenimiento para estos edificios porque en el momento en que se abandonan se deterioran y cuando se intentan rehabilitar puede ocurrir que se considere demasiado tarde, lo que es un contrasentido. Cuando se trata de un edificio que merece la pena, hay que conservarlo desde el primer momento, hay que darle vida, hay que dar valor de uso a estos edificios emblemáticos y que no caigan en el abandono.

-¿Qué deseo pide como decana?

–Me gustaría irme con la sensación de que se ha hecho mucho por los arquitectos, que se ha apoyado y conciliado al colectivo, se han puesto en valor actuaciones que yo emprenda, y que como sector, pueda ver que prospera y volvamos a posicionarnos como un referente en la sociedad, pues los arquitectos sólo podemos ayudar a mejorar la ciudad y a los ciudadanos.

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