Humareda de opiniones encontradas

La Ley Antitabaco que entró en vigor ayer obligó a los fumadores a salir de los locales hosteleros para consumir sus cigarrillos · La mayoría rechaza la nueva norma, aunque también tiene defensores

Está prohibido fumar en las inmediaciones de hospitales.
Está prohibido fumar en las inmediaciones de hospitales.
Beatriz Estévez / Cádiz

03 de enero 2011 - 01:00

Humareda de opiniones encontradas a las puertas de los establecimientos hosteleros. La mecha la ha encendido la nueva Ley Antitabaco, que entró en vigor ayer obligando a los fumadores a salir de los bares, restaurantes, cafeterías y otros locales para encender sus pitillos.

Y es que ya está prohibido fumar en todos los locales públicos cerrados, además de en zonas abiertas como las infantiles de los parques y las inmediaciones de los centros sanitarios y educativos no universitarios y para adultos.

La fumadora María del Carmen Hidalgo exhala el humo de su cigarro justo antes de ofrecer la palabra: "Absurda". Con ella califica esta nueva medida de espacios y menús sin humos. "Es una vergüenza que todos los fumadores tengamos ahora que irnos a la calle. El Gobierno debería haber permitido la existencia de bares para fumadores, pero el lumbreras de Zapatero ha prohibido encender cigarros en todos, y lo que va a conseguir con ello es que decaiga el sector hostelero. Yo voy a entrar menos en los bares, lo tengo claro", aseguraba ayer a las puertas del restaurante bar-cervecería Casa Castillo, en la calle Zorrilla. Allí consumía un pitillo a la vez que refrescaba su garganta con una cerveza. "Y hoy está el día bueno, pero los días que llueva, ¿qué vamos a hacer?". "Yo quiero dejar de fumar, pero me da mucho coraje de que me lo impongan", se despidió la ciudadana.

A unos metros, en la puerta del café-bar Piccola, en San José, el musicólogo Faustino Núñez también consumía nicotina. Pero a diferencia de María del Carmen Hidalgo, él está "encantado" con la prohibición. Lo explicó: "Yo soy fumador, pero entiendo que hay gente que no fuma y a la que le molesta el humo y el olor del tabaco. Es una cuestión de sentido común...". Eso sí, no está del todo de acuerdo con la nueva Ley Antitabaco porque "se le debería haber dado a los propietarios de los establecimientos hosteleros la opción de prohibir o no los pitillos en su negocio".

No obstante, si existiese esa opción, los empleados no fumadores de esos locales quedarían indefensos ante el humo. Los no fumadores y también los fumadores, pues Carla, que trabaja tras la barra del Woodstock Bar (calle Sagasta), compartía al mediodía de ayer que prefiere tragarse su propio humo al de los demás. "En mi puesto de trabajo no puedo fumar, y es cierto que resulta algo molesto permanecer varias horas en un espacio donde hay mucha gente fumando". A su alrededor, ni un solo cenicero, y también han desaparecido de las paredes del Woodstock Bar los carteles que anunciaban que estaba permitido fumar.

Lo mismo ha ocurrido en el restaurante Show de Tapas, de San Francisco. Los carteles han sido eliminados y se han salvado de la quema sólo unos pocos ceniceros, reservados para las mesas que se instalan en la calle. El encargado de este establecimiento, José Jiménez, fuma esporádicamente. Pero no es ésa la razón por la que no está del todo conforme con la recién estrenada Ley: "Personalmente, creo que va a perjudicar a la hostelería, pues van a ser muchos los clientes que van a comer rápido para irse a la calle a fumar", apuntó.

En la cafetería La Atlántida, la jornada de ayer transcurrió con normalidad. Nadie tuvo que ser alertado de que ya no podía darle a la nicotina en el interior. Eso sí, el encargado se percató de que clientes habituales del negocio que siempre habían ocupado asiento en el interior, optaron por acomodarse en las sillas dispuestas en la peatonal calle, con cigarro en mano.

Y también con cigarro en mano, Ágata Alcántara y José Carlos Márquez exhalaron críticas y quejas motivadas por la norma Antitabaco en la puerta de La Parra de Veedor. "Los hosteleros deberían poder elegir si quieren que se fume o no en su negocio. Ya somos mayorcitos todos... Además, al Gobierno realmente no le conviene que dejemos de fumar, pues recauda mucho dinero con los impuestos del tabaco. Y no tiene sentido que se prohíba fumar y se siga vendiendo tabaco". A esta retahíla rubricada por Ágata, José Carlos añadió que el alcohol "también es perjudicial para la salud y, sin embargo, no se toman medidas contra las bebidas alcohólicas. El alcohol también cuesta mucho dinero a la Seguridad Social, así que no se entiende que el Gobierno se movilice contra el tabaco y no contra el alcohol".

A pesar de rechazar la norma, Ágata y José Carlos comenzaron ayer a acatarla porque no quieren que les metan un puro en forma de multa. Y hablando de dinero, Ágata deja en el aire una pregunta: "¿Quién va a devolver a los hosteleros el dinero que invirtieron en la separación de espacios para fumadores y no fumadores?".

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