Hosteleros: los equilibristas de los precios
En los bares de la capital se piensan seriamente aumentar las tarifas si persiste la adversa situación económica
Son auténticos equilibristas que andan entre los precios que tienen que pagar y los que deben aplicar a sus clientes. Difícil coyuntura es la que tienen los hosteleros en esta época de desabastecimiento, encarecimiento de productos y huelga de transportistas. En la primera línea de batalla del consumo luchan por no subir las tarifas, pero de continuar esta complicada situación económica pueden verse abocados a incrementar sus precios. Porque las cuentas no salen.
“Me matan los clientes si subo la cerveza o el pescado, aunque a mí ahora me cuesta todo más dinero. Pero no estoy para perder clientes, que además no tienen culpa de nada”, reconoce Paco Abeijón, de la bodeguita El Adobo. Al hostelero de la calle Rosario le ha afectado “la escasez de pescado azul” más que “el de lonja”. Y tenía barriles de cerveza para tirar una temporada.
Paco Abeijón. Bodeguita El Adobo.
"Si subo la cerveza, me matan los clientes. Aunque a mí me cuesta todo mucho más”
La cocina diaria de mercado permite al Bar Nono no tener que depender en exceso del transporte, pues encuentra la materia prima en la cercana Plaza de Abastos. Eva, la encargada de este negocio en la calle Valverde, dice que en cuanto a los precios “de momento aguantamos, pero a ver cómo nos repercute porque nos han subido hasta el pan”. De todas maneras indica que “esto fluctúa mucho y esperemos que cuando termine la huelga de transportistas y la guerra de Ucrania todo vuelva a ser como antes”.
“Algunos proveedores se están aprovechando”, lamenta Gema Aragón Loaiza, encargada del bar Merodio. Y desglosa su particular rosario de gastos que han aumentado: harina, aceite, leche, refrescos, cerveza... “A los refrescos ya le aumentaron el IVA del 10 al 21 por ciento el año pasado, y no subimos el precio al cliente. Y ahora hay que sumarle que nos cuesta más el producto”, dice Gema.
Gastos y más gastos. El recibo de la luz de febrero de 2021 fue de 600 euros y el del mismo mes de este año llegó a los 1.000. Con este panorama “vamos a tener que plantearnos una subida de precios”.
En el Merodio fueron “previsores” antes de saltar la guerra y tienen “el almacén lleno”, aunque el stock de cerveza no está para mucho recorrido.
Gema Aragón. Bar Merodio.
"El IVA de los refrescos subió del 10 al 21 % y se añade ahora el aumento de su precio”
En el bar Grimaldi, barrio de Astilleros, no han podido aguantar más. Gabi, uno de sus propietarios, destaca que se han visto obligados a incrementar “muy poco” los precios. El kilo de café pasó a costarle, de diciembre a enero, 1,80 euros más. El café, por tanto, vale ahora 1.35, cinco céntimos arriba. Diez céntimos en el caso de la cerveza. Al aumento natural de los comienzos de año se une ahora la crisis causada por el conflicto bélico.
Jose Canseco, del bar Ancá Lidia, sortea como puede las cornás que está dando la crisis económica provocada por la guerra en Ucrania. Aunque entre los proveedores “hay muchos caraduras que están subiendo los precios de productos como el aceite. Que no viene de Ucrania, que está hecho en Andalucía y lo tienen desde hace mucho tiempo almacenado, pero la guerra es la excusa para incrementar el precio de forma descarada”.
Canseco piensa “aguantar de momento” antes de subir los precios de su negocio. El margen de beneficio se reduce, pero, como otros compañeros de la hostelería, confía en que se reconduzca esta espiral económica que trae de cabeza a los autónomos.
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