Homenaje a ocho gaditanas

La labor de ocho gaditanas, unas de nacimiento y otras de adopción, fue reconocida ayer por el Ayuntamiento a través de la Fundación Municipal de la Mujer. El Día Internacional de las Mujeres se trasladó del 8 al 11 de marzo para rendir homenaje a ocho féminas que desarrollan su vida personal y profesional en esta ciudad y que hasta ahora no habían visto reconocida su labor. Ocho mujeres trabajadoras.

El acto, que estuvo presidido por la alcaldesa, Teófila Martínez, se celebró en el auditorio del Palacio de Congresos actuando como presentador el concejal Pablo Chaves.

La primera en subir al escenario y recoger el obsequio que le entregó la alcaldesa fue la profesora titular de Arqueología de la Universidad de Cádiz (UCA), Alicia Arévalo, a quien se le reconocía su trayectoria académica. Esta mujer se manifestó como "una enamorada" de su profesión y destacó el "privilegio" de trabajar como arqueóloga en Cádiz, una ciudad con tanta historia. Afirmó que este homenaje suponía un reconocimiento y un estímulo a la labor que realiza cada día en la UCA, "un lugar donde la mujer ha conseguido altos niveles de participación y responsabilidad".

Como la mayoría de las homenajeadas ayer, Alicia Arévalo dedicó el reconocimiento a su madre, y, como dijo que creía en la igualdad, también a todos los hombres que la acompañan en su vida: su marido y sus compañeros de trabajo.

Un hombre enchaquetado, con barba y sombrero subió a recoger el obsequio en nombre de Esther Benítez Aparicio, quien era homenajeada por su compromiso con el colectivo de mujeres de la ciudad. Este hombre dijo ser Fernán Caballero, que estaba allí porque Esther junto a las mujeres de la Plataforma de Asociaciones de Mujeres de Cádiz le habían sacado del olvido y porque ella era la culpable de que él siga por las calles de la ciudad. Contó que su madre era Frasquita Larrea y que tuvo que esconder su verdadero nombre para que sus escritos pudieran ver la luz en una época en la que hombres y mujeres no tenían las mismas oportunidades. Pero afirmó que después de dos siglos y gracias al trabajo de muchas mujeres, ya podía quitarse el disfraz y presentarse con su verdadero nombre: Cecilia Böhl de Faber. Así quiso aparecer Esther Benítez, quien recibió un gran aplauso del público y gritos de "¡valiente!", "¡luchadora!", "¡qué arte tienes!" o "¡eres un ejemplo a seguir!"

La pintora Carmen Bustamante Costa fue homenajeada por su trayectoria profesional, en la que siempre tiene la ciudad de Cádiz como referente. "Mi oficio es manual y me expreso mejor con las manos que con el lenguaje, así que sólo voy a dar las gracias a las autoridades por acordarse de mí para este homenaje que quiero compartir con estas mujeres", fueron las únicas palabras de la artista.

El flamenco también estuvo presente en el acto con la bailaora Lydia Cabello Oliva, quien, como dijo Pablo Chaves en su presentación, "ha contribuido al patrimonio cultural de la ciudad con la enseñanza del flamenco". La artista habló de las dificultades que tuvo para emprender el camino "como mujer y como artista en el flamenco", y del orgullo de ser gaditana del barrio de Santa María y de llevar el nombre de la ciudad "por todo el mundo". Afirmó sentirse afortunada por "hacer algo que me gusta y vivir de ello y por ello".

María del Carmen Castro Torres, profesora de Historia y directora del Instituto Provincial de Educación Permanente de Puntales, también se mostró agradecida "por hacer a lo largo de mi vida lo que me gusta: enseñar". Ella es gaditana nacida en Villafranca de Córdoba y llegó a Cádiz en 1976, destinada al colegio Padre Villoslada. Contó que allí conoció a su marido y eso fue lo que le hizo quedarse en esta ciudad. En su intervención solicitó la colaboración de las autoridades y las familias para fomentar la formación y animar a las jóvenes a que no dejen sus estudios para poder "ser libres a través del conocimiento". Recordó que muchas mujeres de otras generaciones han luchado para conseguir las oportunidades que hoy tienen ellas.

Por su parte, María Reina Cervera, puso un punto de humor ante tanta emotividad, diciendo que en el vídeo de presentación le habían sacado "en 3D". "Si estoy así, intentaré adelgazar", comentó entre las risas de los asistentes. Ella dijo ser sólo una más de las muchas mujeres que cada día luchan y dedican su tiempo a las personas con discapacidad. Así, manifestó que aceptaba este reconocimiento "en nombre de todas ellas". María Reina quiso aprovechar su intervención para alertar sobre el peligro que se corre en estos "malos tiempos" de "retroceder todo lo que se ha avanzado" y que lo acaben sufriendo las personas "que menos culpa tienen".

La defensa de los derechos de las mujeres gaditanas desde la Asociación La Década Prodigiosa es lo que le ha llevado al Ayuntamiento a reconocer este año a Ana Mª Rodríguez Morales, presidenta de esta entidad, quien dijo que este homenaje no era solo para ella, "sino para toda la asociación; para todas las compañeras que incondicionalmente están a mi lado; para mi marido, que sufre muchas veces mi ausencia y me anima cuando estoy en momentos bajos; para mi amiga Cuqui, que es mi mano derecha, y para todas mis compañeras de las asociaciones de mujeres que luchan día a día para que la igualdad no sea sólo una palabra".

La última homenajeada fue Mª del Carmen Rodríguez Serrano, quien lleva desde el año 1977 detrás del mostrador del bar El Laurel. "¡Las mejores tapas de Cádiz!", gritó una voz masculina del público al nombrarse este establecimiento hostelero. Con la sencillez que le caracteriza, Carmen Rodríguez dijo que en su vida no ha hecho otra cosa más que trabajar por eso quiso acordarse "de todas las mujeres trabajadoras y las que no pueden serlo porque están en paro", palabras que se llevaron un gran aplauso del público. Como madre, manifestó su preocupación por la juventud, "que tampoco puede llamarse trabajadora porque no ha encontrado su primer empleo".

El acto homenaje a las mujeres gaditanas de este año contó con la colaboración del Conservatorio de Música Manuel de Falla de Cádiz y la participación de tres compositoras andaluzas estrechamente relacionadas con la ciudad y con este centro educativo. Así, en el transcurso del acto, profesores del Conservatorio interpretaron obras de la almeriense Ana Teruel Medina, la gaditana Dolores Serrano Cueto y la onubense María José Arenas Martín. Con estas interpretaciones, la Fundación Municipal de la Mujer del Ayuntamiento y el Conservatorio querían "reivindicar el papel de las mujeres en la composición musical, relegado hasta la fecha a un segundo plano en la Historia de la Música", según dijo Pablo Chaves.