“Historias muy tristes”. Así define Helena Correa, la voluntaria gaditana que ha trabajado en Turquía con la Asociación Gea, la estancia de varios días en la ciudad de Adiyaman para ayudar en las labores de desescombro de los edificios derrumbados por el terremoto en busca de supervivientes o para rescatar los cadáveres y confirmar el fallecimiento a sus familiares supervivientes.

La voluntaria gaditana relata para este periódico su experiencia en aquel territorio asolado: “Hemos vivido una situación infernal. Van más de 36.000 muertos. Hemos estado trabajando estos días en la ciudad de Adiyaman, que está muy cerquita de la frontera con Siria. Hemos estado colaborando con Protección Civil de Turquía, que era quien nos daba los avisos para acudir a los edificios derrumbados y buscar con los perros si había personas vivas”.

El balance no ha sido positivo en ese sentido, como explica Helena Correa: “Por desgracia, no hemos encontrado a ninguna. Eso sí, hemos ayudado a descartar, antes de que metieran la maquinaria pesada, las excavadoras, que hubiera alguna persona viva debajo”.

Sin embargo, de manera indirecta sí colaboraron con otros compañeros en la extracción de una niña de 10 años y de su madre de 30, que fue “una experiencia muy emocionante. Hemos vivido historias muy tristes, de familias enteras fallecidas, de gente que se ha quedado sola... Ha sido una desgracia muy grande”.

La voluntaria gaditana acudió con otros miembros de la Asociación Gea procedentes de otros puntos de España. No es la primera vez que Helena parte hacia un país devastado por un terremoto, pues ya lo hizo en Haití, Nepal, Italia e Indonesia.