Felipe Sanz es un empresario muy singular. Siempre ha mantenido la filosofía de priorizar la calidad de un proyecto a su rentabilidad. Pasó en su día con el Hotel Playa y lo intentó con el fallido plan de transformar el viejo edificio del Valcárcel en el primer hotel de cinco estrellas de Cádiz. Al frente de Zaragoza Urbana, una de las grandes compañías aragonesas propietaria en la capital maña de cinco grandes hoteles, un centro comercial, salas de cine y otros negocios, la firma únicamente salió de su región para radicarse en Cádiz, donde gestiona desde hace décadas el Hotel Playa Victoria.

Esta filosofía en la forma de llevar los negocios, por ejemplo ahora en Zaragoza va a invertir unos 3 millones en recuperar el viejo pasaje de Palafox (zona emblemática en esta ciudad) asumiendo que no le sacará gran rentabilidad, y un reconocido enamoramiento por nuestra ciudad es lo que llevó a Felipe Sanz, director gerente de ZU, a apostar fuerte por el Valcárcel, hasta el punto de comprometer una inversión de 60 millones de euros y contratar a Rafael Moneo, uno de los grandes de la arquitectura mundial, para diseñar la rehabilitación del inmueble. Y es lo que ha llevado a su empresa a persistir en su interés por tener en Cádiz un segundo hotel.

Pasado el temporal de la crisis económica y financiera, cuando el turismo repunta con fuerza, el empresario y su empresa han sido capaces de ultimar con la Diputación Provincial un acuerdo para reforzar su presencia en la ciudad.

"Lo ideal hubiera sido la locura anterior del Valcárcel, pero no sé si sería posible en los tiempos actuales", comenta Felipe Sanz en una conversación telefónica con este diario. "Aquí está lloviendo ahora", comenta al periodista, asumiendo que en el sur lucía el sol.

"Somos buenas personas y no nos gusta pelearnos con nadie, por eso hemos buscado un acuerdo que nos beneficie a todos, porque queremos mucho a Cádiz", reconoce tras varios años de dudas tras anunciar en su día que la operación en el Valcárcel, tal y como estaba planteada desde hacía más de una década, no era viable. Lo cierto es que Sanz nunca rompió la conexión con el gobierno provincial buscando un acuerdo que beneficiase a ambas partes, como así ha ocurrido.

Pendiente de ultimar los detalles que permitan cerrar el nuevo convenio con la Diputación de Cádiz, Felipe Sanz destaca que hay que definir algunas cuestiones, como el número de plantas subterráneas que tendrá el aparcamiento que acompañará al nuevo hotel (varias tendrá uso público). Eso sí, tiene muy claro que será una construcción de gran calidad. En esta ocasión la dirección del proyecto no correrá a cargo de Rafael Moneo ya que estará en manos de los arquitectos gaditanos Tomás Carranza y Javier Montero, que tuvieron un papel muy activo en el proyecto del Valcárcel.

Pendiente de definir el proyecto, calcula que la operación puede suponer una inversión de unos 30 millones de euros, la mitad de lo previsto en la antigua institución provincial. "Nosotros no jugamos con la especulación. Hago las cosas que me gustan en sitios que me gustan", concluye el peculiar empresario. Ahora se vuelve a poner a trabajar con la confianza en cerrar esta vez el proyecto.