Comercio

El Freidor Veedor se traspasa tras más de 60 años vinculado a la familia Rey

Una imagen de la puerta del Freidor del Veedor, actualmente.

Una imagen de la puerta del Freidor del Veedor, actualmente. / Lourdes de Vicente

A Mercedes Rey le da "mucha pena" que el negocio del que ha estado al frente los últimos 13 años y al que su familia ha estado vinculada desde los años 60, el Freidor Veedor, vaya a cambiar de manos. Pero tras un accidente laboral sufrido hace unas semanas y la edad de la comerciante han llevado a esta gaditana a tomar la decisión de dejar un establecimiento que se ha mantenido en pie desde 1813, por lo tanto, el más antiguo de Cádiz. 

"Realmente ha sido la acumulación de varias circunstancias la que me ha llevado a tomar la decisión. Primero, la falta de mi marido (José Baro). Pues aunque este negocio está en mi familia desde los años 60, lo llevaban mis padres y luego mi hermano, yo lo cogí con mi marido hace unos 13 años pero él falleció durante la pandemia y ya cuando me quedé viuda decidí sólo abrir por las mañanas. Pero es que hace unas semanas me caí, resbalé limpiando la freidora y me he hecho una fisura en la espalda con lo que he tenido que cerrar y ya mis hijas me han animado a traspasar el negocio", explica. 

Mercedes pone también por delante su edad, "64 años", en el peso de la determinación de dejar un freidor donde comenzó a trabajar "con unos 12 o 13 años". De hecho, en una entrevista publicada en Cosas de Comé cuando el matrimonio decidió comandar el negocio, la propietaria recordaba que empezó en el negocio de su padre, Manuel Rey, "haciendo los cartuchos de papel de estraza para envolver el pescado".

"Como te digo, siento mucho dejar un negocio que sé que además tiene tanta historia de la ciudad, uno de los más antiguos, sino el más, y que ha tenido mi familia durante tantos años, pero es que mis hijas se dedican a otras cosas y yo, ahora, a ver cómo quedo de la espalda y llevarlo sola. Yo ya es que no tengo empuje. Yo lo tenía para vivir, no para sacarle dinero, pero si lo coge otra persona con más energía pues puede hacer muchas cosas porque tiene muchas posibilidades, el servicio a domicilio, por ejemplo, que funciona ahora tan bien pero a mí es que no me da lugar a meterme en jaleo", reflexiona la dueña del Freidor Veedor que traspasa el negocio "con toda la maquinaria".

Sí advierte Mercedes Rey que el Freidor Veedor volverá a abrir cuando ella se recupere y "mientras no encuentre" a un nuevo propietario. "El lunes después de Semana Santa tengo revisión médica, si me dice que estoy bien volverá a abrirlo a la espera que salga alguna persona interesada", detalla la gaditana a la que le "encantaría" que se mantuviera vivo el establecimiento.

"Imagínate... Mis padres lo cogieron en los 60 cuando todavía estaba unido a La Parra de Veedor, que es el bar que todavía está al lado y que, por tanto, también es otro de los negocios más antiguos de Cádiz. Pero luego mis padres, ya en los ochenta, decidieron vender la parte del bar y quedarse sólo con el freidor. Nosotros hemos trabajado mucho, hemos estado muy bien allí pero ya desde que se murió mi marido es que es todo más complicado. Pero, bueno, sólo espero que venga alguien con más ímpetu y que siga hacia delante. Yo tengo pena pero sé que es lo mejor ahora mismo", cuenta.

El freidor Veedor, en la descripción de Cádiz de 1813

Prueba de la valía histórica del Freidor Veedor en la ciudad de Cádiz se puede encontrar en el manuscrito Cádiz, descripción de esta ciudad en año 1813, de autor anónimo, y fue recogido por el autor Manuel Ruiz Torres en su obra Cocina y gastronomía en el Cádiz de las Cortes. 

En dicho libro se puede leer este texto: "Inmediatamente a la plazuela de San Juan de Dios y casi en un pedazo de ella y mucho más a la Puerta del Mar, delante de la muralla se vende el pescado que regularmente lo hay en abundancia, sobre todo lo que llaman merluza y aquí pescada, con tal exceso que una de estas enteras que pesa 4 o 5 libras hay ocasiones que se vende por una peseta. También suele haber con exceso en cierta temporada otro pescado grande que los hay de más de 1 o 2 y tal vez 3 arrobas , que llaman corvina, el atún es muy abundante , lo mismo que los dentones, una especie de besugos; los lenguados son exquisitos y no escasean, pero ni de este ni de otros varios y raros peces de todas especies que suelen venderse hay la excesiva abundancia que de la merluza o pescadilla.  Por  las calles la venden y en las plazas y en las esquinas, y principalmente frita en trocitos es muy común en infinitos puestos, siendo el más afamado el de la calle del Veedor, inmediato a la plaza de San Antonio".

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